Vel¨¢zquez, una visita en el tiempo
Sevilla, 1599. Origen y destino del tr¨¢fico de metales preciosos y mercanc¨ªas americanas. Por sus calles pululan nobles, cl¨¦rigos y ricos mercaderes de todas las procedencias, artistas, prostitutas, y una legi¨®n de p¨ªcaros y buscavidas atra¨ªdos por la llamada Nova Roma. Una ciudad populosa con 150.000 habitantes que Cervantes retrata en Rinconete y Cortadillo. El 6 de junio de ese a?o, en que la peste se ensa?a con la poblaci¨®n, nace, en una casa de la calle Gorgoja, el primog¨¦nito del matrimonio entre Juan Rodr¨ªguez de Silva y Jer¨®nima Vel¨¢zquez: Diego Vel¨¢zquez. Durante toda su vida, hasta su muerte en Madrid en 1660, ser¨¢ conocido como El Sevillano. Con motivo del cuarto centenario de su nacimiento, el Patronato Provincial de Turismo de Sevilla ha editado una gu¨ªa para recordar los escenarios de la vida cotidiana del genial pintor, la arquitectura y obras de arte de amigos y maestros que vio y conoci¨® durante los 24 a?os que vivi¨® en la ciudad a trav¨¦s de una serie de paseos evocadores de su tiempo. El primero, El paisaje de la infancia, propone recorrer los lugares de sus primeros a?os, partiendo de la calle Gorgoja, hoy Padre Luis Mar¨ªa Llop, donde una placa recuerda el nacimiento del pintor en la ¨²nica casa del siglo XVI que se mantiene en pie. La casa es ahora el taller de confecci¨®n de Vitorio y Luchino. El mismo d¨ªa de su nacimiento, Vel¨¢zquez fue bautizado en la cercana iglesia de San Pedro, que a¨²n conserva la pila bautismal. Escenario de sus juegos infantiles fueron las calles y plazas cercanas a su lugar de nacimiento, cuajado de iglesias mud¨¦jares que enmascaran antiguas mezquitas, huertas y conventos en una zona que a¨²n respira una atm¨®sfera medieval: Santa Catalina, San Marcos, Santa Isabel y Santa Paula, la calle Sol -que entonces se llamaba Real, pues era el camino utilizado por los reyes que entraban por la Puerta de la Macarena - y la calle Feria. La segunda ruta, Aprendiendo a pintar, recrea sus a?os de aprendiz en el taller de Francisco Pacheco, cuando su familia se traslada de la collaci¨®n de San Pedro a la de San Vicente, en las proximidades de la Alameda de H¨¦rcules. De la Plaza del Duque a la calle Aponte (all¨ª se encontraba la iglesia de San Miguel donde se cas¨® con Juana Pacheco) hasta llegar a Trajano, donde estaba el taller de pintura de Pacheco. Una simple placa recuerda la antigua casa con patio, cuyo solar lo ocupa ahora un moderno hotel. ?l la conoci¨® como calle del Puerco porque por ella discurr¨ªa una cloaca que vert¨ªa en la Alameda. En la calle Conde de Barajas, antes del Potro, tuvo una casa en propiedad, y desde aqu¨ª contin¨²a el paseo a San Lorenzo y concluye con una ronda de conventos e iglesias: Santa Clara, San Clemente, San Andr¨¦s y San Mart¨ªn y La Anunciaci¨®n. El centro y los edificios m¨¢s importantes protagonizan el tercer itinerario, La gran ciudad, que incluye los escenarios donde Vel¨¢zquez se nutr¨ªa de las corrientes art¨ªsticas, frecuentaba tertulias y academias y contemplaba las obras de arte de los artistas de su tiempo: el Ayuntamiento, que alberga La imposici¨®n de la casulla a San Ildefonso; la Plaza del Salvador, cuya iglesia contiene dos obras maestras de la imaginer¨ªa andaluza admiradas por Vel¨¢zquez: Jes¨²s de la Pasi¨®n, de Mart¨ªnez Monta?¨¦s, y el Cristo del Amor, de Juan de Mesa. En este recorrido destaca la Casa de Pilatos, que ¨¦l conoci¨® cuando Pacheco le ense?aba su Apoteosis de H¨¦rcules. Las iglesias de San Isidoro y San Esteban y la Juder¨ªa son otros hitos de esta ruta que llega a los Alc¨¢zares, cuya reforma presenci¨®; la Catedral, que hac¨ªa las veces de museo de arte moderno, y concluye en el Arenal y Triana. La ¨²ltima visita conduce al Museo de Bellas Artes, que conserva su Crist¨®bal Su¨¢rez de Rivera.
Promoci¨®n todo el a?o
Hasta 1623, fecha en que se fue a Madrid llamado por el Conde-Duque de Olivares para cubrir una vacante de pintor de la corte, Vel¨¢zquez firm¨® una veintena de cuadros, entre los que destacan El aguador de Sevilla (Museo de Wellington, Londres); Vieja friendo huevos (Galer¨ªa Nacional de Edimburgo), o La Adoraci¨®n de los Magos (Museo del Prado). En Sevilla se conservan dos de sus lienzos, Crist¨®bal Su¨¢rez de Rivera y La imposici¨®n de la casulla a San Ildefonso. Dentro del A?o Vel¨¢zquez, la Consejer¨ªa de Cultura prepara para octubre una gran exposici¨®n sobre la etapa sevillana del artista y sus relaciones con la ciudad, con 100 piezas, de las que 20 son cuadros del autor de Las Meninas. La gu¨ªa, con una tirada de 100.000 ejemplares en cuatro idiomas, se ha presentado en Fitur 99 dentro de una campa?a coordinada con Cultura. "Queremos aprovechar la figura de Vel¨¢zquez los 365 d¨ªas del a?o. Somos conscientes de que la cultura es el principal atractivo tur¨ªstico de la ciudad y queremos aprovechar el tir¨®n del sevillano m¨¢s conocido internacionalmente", se?ala el director del Patronato de Turismo, Manuel Marchena.
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