Costa i Llobera: 40 a?os de renovaci¨®n pedag¨®gica
"Para que nos dejaran abrir la escuela tuvimos que traer libros de nuestra propia casa, ya que carec¨ªamos de biblioteca", relata Pere Darder, uno de los fundadores del centro Costa i Llobera. Ahora su biblioteca tiene 25.000 vol¨²menes y se ha convertido en la m¨¢s importante del sistema escolar espa?ol. El actual equipo directivo se muestra orgulloso de esta evoluci¨®n y la pone como ejemplo del largo camino que ha recorrido la escuela desde su fundaci¨®n, en 1958. Este curso, padres, maestros, profesores y psicopedagogos del Costa i Llobera celebran el cuadrag¨¦simo aniversario, pero tambi¨¦n otro no menos importante: sus 10 a?os como escuela p¨²blica. El colegio Costa i Llobera fue fundado por un grupo de j¨®venes cristianos en pleno franquismo, como una alternativa a la escuela p¨²blica estatal. El centro, que en sus dos primeros cursos s¨®lo impart¨ªa bachillerato, tuvo unos inicios humildes y se instal¨® en un apartamento de ocho habitaciones de la rambla de Catalunya, para acoger a sectores de la clase media del Eixample. Posteriormente, y siguiendo el itinerario del tren de Sarri¨¤, fue cambiando de domicilio hasta instalarse en su sede definitiva: Can Caralleu, al pie del Tibidabo, desde donde se divisa toda la ciudad de Barcelona. La elecci¨®n, seg¨²n Darder, no fue fortuita: "Quer¨ªamos un sitio donde los alumnos pudieran respirar aire puro, pero tambi¨¦n necesit¨¢bamos m¨¢s espacio". Pero Darder, cofundador tambi¨¦n de la Asociaci¨®n de Maestros Rosa Sensat, se?ala otro motivo importante de las diferentes ubicaciones del centro: el perfil social del alumnado. "Para poder crecer y crear un proyecto educativo renovador, ten¨ªa que instalarse donde hubiera familias que pudieran pagar la matr¨ªcula. Un centro privado y sin recursos no puede dar una educaci¨®n de calidad", a?ade con ¨¦nfasis. Durante todos estos a?os, la escuela se ha convertido en un s¨ªmbolo de la nueva escuela catalana con vocaci¨®n de servicio p¨²blico y a la vez de cierto elitismo. Por la escuela han pasado los hijos de las m¨¢s importantes figuras pol¨ªticas del pa¨ªs: Jordi Pujol y Pasqual Maragall. A¨²n ahora, cuando ya es un centro p¨²blico, el perfil predominante entre el alumnado corresponde a un nivel econ¨®mico y cultural alto o de clase media. El equipo directivo reconoce que la situaci¨®n del centro no permite una gran diversidad social. "Pero s¨ª cultural e intelectual", defiende Isabel Darder, hija del fundador y coordinadora del ¨¢rea de educaci¨®n especial. "Hemos integrado a muchos alumnos con discapacidades, cosa que no hacen la mayor¨ªa de los centros privados". El centro naci¨®, como muchas otras escuelas privadas creadas en los a?os cincuenta y sesenta, como un revulsivo frente al sistema educativo franquista. La derrota de la Rep¨²blica en la guerra civil no s¨®lo provoc¨® en Catalu?a la p¨¦rdida de su identidad cultural y pol¨ªtica, sino tambi¨¦n la destrucci¨®n de la red de escuelas p¨²blicas y privadas que durante los a?os treinta hab¨ªan fomentado una gran renovaci¨®n pedag¨®gica. El centro Costa i Llobera quiso continuar esa labor. Pero despu¨¦s de 30 a?os de funcionamiento como centro privado, con la democracia se le plante¨®, como a muchos otros centros del movimiento de renovaci¨®n pedag¨®gica, la gran disyuntiva: integrarse en la red p¨²blica o continuar como centro privado. "No fue f¨¢cil", recuerda la actual directora, Dolors Rius. Buena parte del profesorado se opuso al cambio, debido a la incertidumbre que provocaba. "En la primera votaci¨®n que se realiz¨®", recuerda, "los profesores votaron contra la integraci¨®n en la red p¨²blica". Sin embargo, los padres, que ten¨ªan la titularidad del centro, votaron en favor de la integraci¨®n. La firmeza de los padres y los intensos debates internos fueron minando la oposici¨®n al proyecto. Finalmente, en una segunda votaci¨®n gan¨® la opci¨®n favorable a convertirse en secuela p¨²blica. "Los profesores que quisieron irse fueron indemnizados", indica Rius. Entre los padres, tambi¨¦n hubo deserciones. "De 500 familias, abandonaron la escuela unas treinta", a?ade. La escuela Costa i Llobera pas¨® a ser un centro p¨²blico en el curso 1988-89. Diez a?os despu¨¦s, el equipo directivo de la escuela considera positivo el paso dado, que no estaba exento de riesgos. Isabel Darder resume el resultado en una frase: la escuela sigue manteniendo el prestigio que ten¨ªa antes de ser p¨²blica. Y explica: "Muchos padres solicitan plaza aqu¨ª, y si no la consiguen, llevan a sus hijos a escuelas privadas de prestigio. Buena parte de los alumnos no residen en el distrito, lo cual indica que el centro sigue siendo elegido por su calidad". Para apoyar su argumentaci¨®n, Isabel Darder cita las palabras con las que H. R. Tom¨¦, uno de los mejores especialistas mundiales en psicolog¨ªa de la adolescencia, se refiri¨® a la escuela en 1994: "Estoy sorprendido por la base de datos psicol¨®gica y psicopedag¨®gica que han reunido en 30 a?os, no hay equivalente en Europa, excepto alguno en Suecia". En sus 10 a?os como escuela p¨²blica, la Costa i Llobera ha seguido manteniendo sus signos de identidad: participaci¨®n de los padres y renovaci¨®n pedag¨®gica. Pero sobre todo ha seguido gozando de dos ventajas heredadas de la escuela privada que no pocos defensores de la p¨²blica reclaman para ¨¦sta: gracias a su car¨¢cter experimental y a sus aportaciones en programas piloto, ha podido mantenerse como centro integral que abarca desde los 3 a los 18 a?os. Y tambi¨¦n ha conservado capacidad para seleccionar al profesorado gracias a un sistema de concurso de m¨¦ritos restringido, lo que le ha permitido seguir teniendo un equipo docente cohesionado. "El paso a la red p¨²blica no nos ha anquilosado. Al contrario, ha alimentado nuestras ganas de innovar", se?ala Darder. Ahora el reto de futuro lo constituyen las nuevas tecnolog¨ªas. "Ya se ha informatizado la biblioteca y ahora se va a informatizar todo el centro. De hecho, nuestro modelo ha sido tomado como referencia para la informatizaci¨®n de todas las bibliotecas escolares", explica Rius. Pero el hecho de que est¨¦n satisfechos de estos 10 a?os como escuela p¨²blica no significa que no tengan razones para la cr¨ªtica: "El problema", se queja la directora, "es la falta de recursos. ?ste es uno de los principales inconvenientes de ser un centro p¨²blico. Pero no nos desanimamos y buscamos v¨ªas complementarias, como la colaboraci¨®n econ¨®mica de los padres y de fundaciones privadas".
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