El Madrid dio buena cuenta del Fuenlabrada

El Madrid dio cuenta del Fuenlabrada sin excesos. Hizo una faena cl¨¢sica, abund¨® en sus puntos fuertes, y recurri¨® a Herreros y a Angulo para mantener el marcador en el sitio debido. No le import¨® ir a un cruce de canastas con su modesto rival. No es que estuviera sobrado sino mas bien atento a que no se le escapara el partido. Consigui¨® su objetivo mediada la segunda parte. Da la sensaci¨®n de que los dos grandes se han hartado de tanta sorpresa en la Copa.El Madrid aplic¨® una l¨ªnea continuista a su comparecencia en Valencia. Vino con lo puesto y sin alardes, que no es poco. Con lo puesto significa que este equipo, para lo bueno y para lo malo, se ha definido totalmente desde hace alg¨²n tiempo. Es el equipo de los Albertos, ¨¦sa es su imagen de marca. Su jerarqu¨ªa es r¨ªgida, sin que ese calificativo signifique una cr¨ªtica. Bien vale si da resultado. En la distribuci¨®n de tareas, unos est¨¢n para anotar y los otros mayormente para coger rebotes, defender o servirles la pelota en el sitio y en el momento adecuados. Algunos quieren entender maliciosamente que los Albertos cuentan con su propio servicio dom¨¦stico; digamos que la especializaci¨®n est¨¢ muy marcada y se aprecia en el juego, donde los p¨ªvots apenas ven una asistencia en condiciones. Claro est¨¢ que a estas alturas en las que anda el deporte profesional por Espa?a, no est¨¢ mal vivir la experiencia de un equipo en el que su columna vertebral sea 100% espa?ola. Sin los Albertos, el Madrid ser¨ªa otra cosa. Y, posiblemente, ser¨ªa mejor que no viva esa experiencia por el momento.

Claro est¨¢ que dentro del eje, tambi¨¦n hay diferencias. Alberto I es Herreros, Alberto II es Angulo. Vivimos una temporada en la que se sigue especialmente la actuaci¨®n de Herreros. De confirmarse algunos resultados, el Madrid pasar¨ªa a ser el equipo de Herreros. Como el Fuenlabrada es el equipo de Perasovic y no pasa nada.

Con los Albertos y su troupe, el Madrid tuvo un estreno correcto en la Copa. Se tom¨® un tiempo en madurar al Fuenlabrada y consigui¨® alcanzar el tramo final sin temer por su suerte. El principal problema que pod¨ªa causar el Fuenlabrada estaba m¨¢s del lado emocional que del t¨¦cnico; es un conjunto bien preparado f¨ªsicamente y muy animoso, tanto que no es conveniente darle rienda suelta a su imaginaci¨®n: est¨¢ convencido de que puede ganar a cualquiera y ha vivido buenas experiencias en los ¨²ltimos tiempos. El Madrid aplic¨® una dosis convencional de su juego y trat¨® en mayor medida, con la intervenci¨®n de Santos, de atajar cualquier posibilidad de que Perasovic pensara que pod¨ªa disfrutar de una buena tarde. Cerrado el paso al croata, al Fuenlabrada no le quedar¨ªa mucho combustible para aguantar un partido igualado.

El partido estuvo ajustado casi toda la primera parte, m¨¢s de forma aparente que real. Por mucho que el Fuenlabrada intentara igualar su desventaja en cent¨ªmetros, por mucho que su t¨¦cnico intentara desde jugar con un triple poste o con dos bases, la diferencia era notable. Con el paso de los minutos y el consiguiente cansancio, los madridistas tomaron mando en plaza en la zona, sobre todo Struelens, mientras los Albertos estaban en condiciones de duplicar la eficacia de Perasovic.

El Madrid cumpli¨® con su trabajo y se posiciona en esta Copa. A lo que parece, los grandes no quieren imprevistos este a?o. De alcanzarse una final Madrid-Barcelona, habr¨ªa que calificarla de final sorpresa estad¨ªsticamente hablando. Lo que son las cosas.