Amazonia de todos
LA CONMOCI?N mundial producida por la noticia de que un particular haya podido adue?arse impunemente de siete millones de hect¨¢reas de la Amazonia, surcada por 28 r¨ªos, donde se encuentran pueblos enteros, reservas de indios y riquezas naturales como oro y madera de caoba, revela la conciencia que la humanidad tiene de que ese territorio es patrimonio de todos. Por ser el pulm¨®n a trav¨¦s del cual respira la Tierra y reserva de inmensas riquezas naturales. Las autoridades brasile?as, conscientes de esa importancia, han ido creando numerosos organismos de defensa y protecci¨®n de la Amazonia. Otras veces han tenido que hacer frente a megal¨®manos proyectos privados que no tuvieron escr¨²pulos en eliminar poblados enteros de indios y desforestar miles de hect¨¢reas de selva virgen.Sin embargo, el hecho de que un multimillonario con influencia en las altas esferas haya podido comprar a bajo precio una superficie equivalente a la que suman Holanda y B¨¦lgica, y que la haya blindado militarmente para que nadie pueda acercarse, demuestra que existen a¨²n vac¨ªos legales, si no zonas de impunidad y corrupci¨®n, que desbaratan la voluntad proteccionista del Estado. El presidente brasile?o, Fernando Henrique Cardoso, como soci¨®logo de fama internacional, debe conocer muy bien las repercusiones de actuar impunemente en esa zona.
El hecho es importante, adem¨¢s, para la imagen de Brasil, que ya no puede considerarse tercermundista porque es una potencia econ¨®mica mundial, capaz, como se est¨¢ viendo con la crisis en curso, de condicionar las econom¨ªas m¨¢s s¨®lidas del planeta. Brasil es un pa¨ªs de futuro a pesar de las desigualdades atroces que a¨²n lo sacuden. En palabras de Cardoso, "no es un pa¨ªs pobre, es un pa¨ªs injusto".
Las autoridades est¨¢n obligadas a tomar medidas legales que impidan tales barbaridades. Brasil es poseedor de un bien precioso que pertenece a todos, y tiene, por ello, una doble responsabilidad, hacia dentro y hacia fuera, de proteger ese don de la naturaleza. El gigante latinoamericano debe proporcionar al resto del mundo la certeza de que vigila atenta y escrupulosamente para que ese codiciado territorio siga siendo la gran reserva natural de nuestro maltratado planeta.
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