Los expertos advierten de que la econom¨ªa mundial depende de la "burbuja de Wall Street"
La mayor¨ªa de expertos participantes en el Foro de Davos ha puesto de manifiesto su preocupaci¨®n ante el hecho de que el crecimiento de la econom¨ªa mundial depende en ¨²ltima instancia de la burbuja especulativa que vive Wall Street. Seg¨²n estos especialistas, el buen comportamiento de EEUU descansa en la confianza que provoca en los consumidores de ese pa¨ªs la subida del precio de las acciones. Esta demanda interna se convierte a su vez en el motor de la demanda comercial internacional, a trav¨¦s del d¨¦ficit norteamericano, que es de 300.000 millones de d¨®lares (273.000 millones de euros).
Con tres cuartas partes del mundo sumidas en la recesi¨®n que ha dejado tras su paso la crisis financiera y con China reduciendo sus perspectivas de crecimiento, s¨®lo Estados Unidos, y en menor medida Europa, mantienen en funcionamiento la m¨¢quina econ¨®mica mundial. La aportaci¨®n europea es, adem¨¢s, muy relativa, tanto por el hecho de que registra ritmos de crecimiento sensiblemente menores, 1,7% frente a m¨¢s de un 3%, como porque es un exportador neto, es decir que vende al mundo m¨¢s de lo que le compra. Por contra, Estados Unidos es un gigantesco comprador neto, lo que contribuye a evitar que la depresi¨®n del comercio mundial sea mayor. Sin embargo, seg¨²n los expertos, reunidos en Davos (Suiza), ese papel de gran consumidor final descansa sobre unas bases que pueden cambiar s¨²bitamente. La lista de los que advierten de ese peligro es numerosa. Uno de los primeros en intervenir durante la jornada inaugural fue el director del Instituto de Finanzas Internacionales, Charles Dallara, quien se?al¨® que la demanda estadounidense "est¨¢ dirigida por el insostenible rendimiento de los mercados de valores".
El economista jefe del Deutsche Bank, primer banco europeo, Kenneth Curtis, dibuj¨® como uno de los m¨¢s peligrosos riesgos mundiales "el estallido de la burbuja en la bolsa norteamericana, sobre un fondo de baja tasa de ahorro y un elevado d¨¦ficit comercial", junto con el peligro de una reca¨ªda en Asia.
Crisis sin soluci¨®n
Desarrollando la misma tesis, Martin Wolf, comentarista internacional del Financial Times, destac¨® el contrasentido de que mientras la demanda asi¨¢tica cae, algo que afecta tambi¨¦n a la industria de Estados Unidos, "la demanda interna norteamericana ha crecido un 5%".El gestor de fondos de cobertura de alto riesgo George Soros ya se apunt¨® antes de asistir a la reuni¨®n de Davos a la tesis de la burbuja en Wall Street y durante su intervenci¨®n en el Foro a?adi¨® que "estamos ya en el vig¨¦simo mes de crisis y algo sigue sin funcionar en la arquitectura financiera internacional". Otros dos profesores norteamericanos, Alan Blinder, de la Universidad de Princenton, y Barry Eichengreen, de la de California (Berkeley), afirmaron sin matices su adhesi¨®n a la idea de la burbuja. El primero incluso suministr¨® un consejo: "Si alguna cosa llega a ser m¨¢s cara que California, v¨¦ndala". Blinder alert¨® sobre el peligro de utilizar medidas de choque para reventar las burbujas, pues pueden acabar provocando una recesi¨®n.
Del lado de los que no ven tal peligro est¨¢n el secretario adjunto del Tesoro estadounidense, Larry Summers, posici¨®n l¨®gica, y el profesor del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts Rudi Donrnbusch, quien se?al¨® que no hay "nada malo en la econom¨ªa norteamericana y existen muchas soluciones en el caso de que se presenten problemas".
Este optimismo es compartido, de forma muy marcada por los hombres de empresa, especialmente en el caso de los norteamericanos, que se acercan a la euforia. Ayer, en un transporte p¨²blico una asistente al Foro explicaba a un colega alem¨¢n que "en Chicago es imposible encontrar trabajadores para cubrir plazas de recepcionista y en diversos servicios".
El alem¨¢n, resignado, se limitaba a comentar que en su pa¨ªs la situaci¨®n era la contraria.
El optimismo europeo, que en Davos significa franc¨¦s y alem¨¢n, es monopolio casi exclusivo de los ministros de los gobiernos socialdem¨®cratas y su proyecto de pol¨ªtica de crecimiento. Pero no tan en claro en los dirigentes industriales. ?ste es el caso, significativo, del presidente del grupo automovil¨ªstico alem¨¢n Volkswagen, Ferdinand Piech, quien en conversaciones privadas se ha quejado de la mala evoluci¨®n del mercado de su pa¨ªs durante este mes de enero. De hecho, la empresa ha renunciado a la idea de plantear a los sindicatos repartir las horas de trabajo en seis d¨ªas en lugar de los cinco que rigen en la actualidad.
En Alemania, otros dos grandes fabricantes del sector, Ford y General Motors han reducido temporalmente su ritmo de producci¨®n.
Los japoneses, sin acabar de convencer a nadie, repiten machaconamente que el primer semestre de este a?o habr¨¢n saneado su sistema financiero y que el segundo ser¨¢ el de la recuperaci¨®n. En su zona de influencia, las estad¨ªsticas de Tailandia y Corea del Sur indican que la situaci¨®n ha dejado de caer en picado, aunque est¨¢ lejos de poder hablar de recuperaci¨®n. Una vez m¨¢s, los datos revelan que el capital internacional no est¨¢ fluyendo hacia esos pa¨ªses, ni en general a los pa¨ªses emergentes. Y las previsiones apuntan a que esos flujos se reducir¨¢n m¨¢s.
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