"Espa?a necesita m¨¢s ni?os"
Fue ayer el D¨ªa del Se?or. D¨ªa de sermones y de pr¨¦dicas. De ma?anita, con unci¨®n y recogimiento, como deben hacerse estas cosas, Josep Piqu¨¦ recib¨ªa la bendici¨®n y confirmaci¨®n de don Manuel Fraga como militante del PP. Josep -lo dijo ayer Javier Arenas- es Pepe. Se supone que a partir de ahora m¨¢s Pepe. Hay nombres que llevan en s¨ª mismo su querencia. De Pepe Piqu¨¦ habl¨® tambi¨¦n Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Y le tranquiliz¨®. ?l mismo le dio garant¨ªas de que militar en el PP no lleva a la tontuna. "Seguir¨¢s siendo tan independiente y tan inteligente", le prometi¨®. Un alivio para cualquiera, mira. Antes, un Fraga casi sacerdotal, entre fuga de vocales, grit¨® su apelaci¨®n a la doctrina social de Le¨®n XIII como inspiradora de Alianza Popular, invit¨® a ganar las indulgencias del a?o Jacobeo y, como hiciera en otras ocasiones, anim¨® al uso del matrimonio para el fin cristiano de la procreaci¨®n. Dijo: "Pa?acesitam¨¢i?os", que, traducido, quiere decir: "Espa?a necesita m¨¢s ni?os".
Tambi¨¦n habl¨® Fraga de esta derecha liberal -que no es otra cosa que el centro reformista de hoy- heredera de las Cortes de C¨¢diz. Pel¨ªn forzado, si se piensa en sus a?os de ministro y del fervor de don Manuel por la libertad de expresi¨®n o las protestas obreras. La memoria es selectiva y ¨¦l, de las amarguras del pasado, s¨®lo record¨® "cuando en 1976 no ten¨ªamos dinero y tuvimos que hacer el congreso de Alianza Popular en un colegio mayor".
Ahora, lo dijo con cierto emocionado orgullo, "ver esto" -los grader¨ªos, la madera, las alfombras, el metacrilato, las gr¨²as de Televisi¨®n...- es "un sue?o realizado".
El pasado es ef¨ªmero. Tanto han cambiado las cosas que Aznar afirmaba ayer mismo: "Ya no somos diferentes". Espa?a, con don Manuel, lo era. Pero era ayer el D¨ªa del Se?or. Qu¨¦ llenazo. Y qu¨¦ felicidad. Hasta se pasa a leer el otorgamiento de poderes con la misma solemnidad que los textos de los padres de la Iglesia.
Y, por fin, el gran momento. Cuando todo el mundo espera que se anuncie a Aznar, se oscurece un poco la sala y unas im¨¢genes mon¨ªsimas, entre anuncio de Persil y coche de siete millones, instan con voz susurrante: "Abre los ojos". No. No es un reclamo de la pel¨ªcula de Alejandro Amen¨¢bar, tan maltratada en los Goya. Dios les d¨¦ mejor suerte. Abre los ojos. ?Hay que decir para qu¨¦? Exactamente: para ver esta nueva Espa?a que ha venido de la mano del PP y, m¨¢s concretamente, de la de Aznar.
La misma cosa
Y ahora va ¨¦l. Se oye: "Tiene la palabra el presidente del Gobierno y presidente del Partido Popular, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar". Porque hoy, por fin, Gobierno y PP son, gracias a Dios, la misma cosa. Es la apoteosis. La m¨²sica sube hasta ensordecer los o¨ªdos. Aplausos, aplausos. Pero, aunque haya sido ¨¦ste un congreso a la b¨²lgara, nadie como los comunistas para conocer y utilizar la t¨¦cnica del aplauso eterno. Aqu¨ª no es lo mismo. Prolongado aplauso, como mucho, dicho sea en lenguaje period¨ªstico. Pero potente. Arranca Aznar con una verdad como un templo: "S¨®lo en los diccionarios viene el ¨¦xito antes del trabajo". Y la gente asiente porque es verdad y porque si algo ha demostrado este congreso es que se ha trabajado duro. ?l, el primero. Se lo han dicho todos los que le han precedido y ¨¦l as¨ª lo reconoce, aunque utilice el plural de la humildad: "Hemos, dijimos, cumplimos...". Espa?a, est¨¢ claro, empieza a funcionar hoy.
En un congreso tan po¨¦tico como ¨¦ste, Aznar no dice ni un verso. Pero Kavafis le habr¨ªa dedicado aqu¨¦llos que dicen: "Teme la grandeza, oh alma m¨ªa. / Y si no puedes vencer tu ambici¨®n, / con dudas y con cautelas siempre / secundal¨¢". A ello, a secundarla o vencerla, que para luego es tarde.
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