Los pescadores espa?oles se pliegan a Gibraltar y limitan el n¨²mero de barcos y la zona de pesca
La inmediatez y la necesidad han propiciado un acuerdo entre los pescadores de La L¨ªnea y Algeciras y las autoridades de Gibraltar en el que los ¨²ltimos se salen en casi todo con la suya y los primeros no tienen m¨¢s remedio que aceptar lo que se les propone. La Mesa de la Pesca ha pactado por su cuenta y riesgo un escueto texto en el que se limita por primera vez a cuatro el n¨²mero de barcos que pueden faenar al mismo tiempo en las aguas pr¨®ximas al Pe?¨®n y se fija una distancia m¨ªnima a la costa de 225 metros para los pesqueros, que anoche mismo volvieron a salir a la mar.
Aparte de este reconocimiento de facto de aguas territoriales a los gibraltare?os, el texto negociado durante nueve horas, sin la presencia de pol¨ªticos espa?oles y con el control cuasi absoluto del ministro principal del Pe?¨®n, Peter Caruana, se basa ¨²nicamente en la "tolerancia" unilateral de los llanitos en la aplicaci¨®n de la ley. Este pacto entre fuerzas locales no est¨¢ reconocido por Espa?a, que se apresur¨® ayer a calificarlo de "arreglo entre vecinos". El Reino Unido, por contra, se congratul¨® por el acuerdo entre pescadores y autoridades gibraltare?as y expres¨® su "firme apoyo" al pacto.Los representantes de la Mesa de la Pesca en las negociaciones se afanaron ayer en explicar a los pescadores de Algeciras y La L¨ªnea en sendas asambleas celebradas por la ma?ana de que era necesario pactar "a cualquier precio" si se quer¨ªa volver a pescar. Gran parte de estos pescadores se ganan su salario a diario dependiendo de la bonanza o la escasez de las capturas del d¨ªa. Para alguno de ¨¦stos, pese a que ayer ratificaron por unanimidad aunque a rega?adientes el tratado animados por armadores, sindicalistas y los alcaldes de las dos localidades se ha cedido demasiado frente a la colonia brit¨¢nica.
Adi¨®s a las coquinas
En concreto, los trabajadores del mar de La L¨ªnea, que faenan por la ma?ana y han sufrido bastante menos el hostigamiento de las patrullas gibraltare?as y de la Royal Navy, creen que la distancia m¨ªnima de 225 metros acabar¨¢ con sus negocios, ya que la mayor¨ªa se dedica a la pesca de peque?os moluscos como las coquinas, cuya captura exige estar muy cerca de la costa. Los algecire?os tambi¨¦n apelaban a la resignaci¨®n para votar este acuerdo. El tipo de pesca que realizan en la zona no es de especies aut¨®ctonas, sino de "arribaz¨®n", sardinas y jureles que pasan por la zona y se protegen alrededor del Pe?¨®n. Por tanto, el tiempo es un factor fundamental en su pesca y con la nueva modalidad pactada, si un buque no ha pescado durante el turno en el que se le permite faenar se puede ir a casa con las redes vac¨ªas, mientras que otro que coincida con la marea buena puede ganar mucho dinero.
A las no demasiado abundantes capturas diarias, que apenas aseguran unas 5.000 pesetas por pescador cada jornada, hay ahora que a?adir el azar. Seg¨²n muchos pescadores veteranos, hasta una decena de barcos faenaba a un tiempo.
Los representantes de la Mesa de la Pesca admitieron que no hab¨ªan calculado el posible impacto econ¨®mico que estas restricciones implicar¨ªan en las 500 familias que dependen de la pesca en la zona.
En el primer p¨¢rrafo del texto de seis bloques acordado ayer se dice tambi¨¦n que "el sector pesquero del Campo de Gibraltar respeta de hecho el derecho de las autoridades gibraltare?as al legislar el tema pesquero [como] estimen conveniente". Nada impide, pues, que los llanitos produzcan una nueva norma capaz de acabar con el acuerdo suscrito ayer. Esto y las limitaciones en el n¨²mero de barcos eran innegociables para el sector pesquero espa?ol hace 20 d¨ªas.
En la rueda de prensa celebrada sobre las 17.00 en el aeropuerto de Gibraltar, Caruana enfatizaba que lo ¨²nico que se pretende es volver a la "normalidad" reinante entre 1991 y principios de 1997. Durante este periodo se aplic¨® la normativa fijada por Gibraltar en 1991 que establec¨ªa una zona de protecci¨®n marina de especies en un ¨¢rea que hab¨ªa sido tradicionalmente zona de pesca de los espa?oles. Espa?a nunca ha reconocido esta legislaci¨®n del Pe?¨®n. Manejando la situaci¨®n a su antojo, el ministro principal de la colonia asegur¨® que la posibilidad de que los controles exhaustivos en la frontera implementados recientemente por las autoridades espa?olas den al traste con el trato firmado ayer no dependen s¨®lo de ¨¦l porque el pacto "es una cosa y otra lo que permita la opini¨®n p¨²blica de Gibraltar".
Los altercados con pescadores en esta zona (los gibraltare?os no tienen ning¨²n inter¨¦s en la pesca aparte del deportivo) suelen coincidir con conveniencias internas del Pe?¨®n. El socialista Joe Bossano aprovech¨® los alborotos en la frontera de la semana pasada para recibir un ba?o de multitudes por su beligerancia antiespa?ola. En esta poblaci¨®n de poco m¨¢s de 20.000 habitantes se celebran elecciones parciales el pr¨®ximo martes e inmediatamente despu¨¦s de la primavera del 2000, las generales.
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