Las consecuencias de la ca¨ªda del "tel¨®n de acero"

Reci¨¦n cumplidos los 50 a?os de vida, la empresa Roller Industrial, con sede en Galdakao, afronta un futuro esperanzador apuntalado en unas inversiones de 1.000 millones de pesetas hasta el a?o 2002. Esta firma familiar, que se dedica desde 1948 a distribuir rodamientos y otros elementos de transmisi¨®n de potencia, se ha convertido recientemente en el grupo Moa (letras que corresponden a las iniciales del fundador, Manuel Ortiz Ariza). En esta corporaci¨®n se incluyen Roller, Moa servicios inmobiliarios, la empresa de comunicaci¨®n Ach¨¦ y dos sociedades llamadas Simcav, y que cuentan con un capital, cada una de estas ¨²ltimas de 1.000 millones. "Nosotros siempre hemos sido una empresa de vanguardia, en medios y en personal. En los a?os cincuenta, cuando la gesti¨®n brillaba por su ausencia, s¨®lo el Banco de Bilbao y Roller ten¨ªamos t¨¦lex y m¨¢quinas electromec¨¢nicas para llevar la administraci¨®n", asegura Manuel Ortiz, fundador de la empresa. Si en esos a?os el t¨¦lex ofrec¨ªa informaci¨®n, ahora son las sociedades de bolsa Simcav del grupo las que facilitan los datos burs¨¢tiles y las tendencias econ¨®micas que facilitan la gesti¨®n empresarial. Una cascada de decisiones acertadas garantiza el mantenimiento de las empresas, pese a los cambios en el mercado. Y Roller no es una excepci¨®n. Pero la elecci¨®n fundamental de esta empresa ha sido la elaboraci¨®n de un protocolo familiar que garantizar¨¢ la permanencia del grupo, su crecimiento y una sucesi¨®n sin traumas a la segunda generaci¨®n. "Yo empec¨¦ a pensar en el tema de la sucesi¨®n en 1977 y contrat¨¦ a un abogado economista pero s¨®lo di pasos de ciego", comenta el presidente de Roller. Padre de siete hijos, Ortiz ha tenido que esperar 20 a?os para evitar engrosar la estad¨ªstica que desvela que el 70% de las empresas familiares no sobreviven a la segunda generaci¨®n. El menor de sus hijos, Javier Ortiz Amuriza, abogado de 28 a?os, sustituir¨¢ a su padre como presidente del consejo de administraci¨®n en el a?o 2002. Asesorados por el bufete de abogados Cuatrecasas, la familia Ortiz ha sentado en un documento las bases para que los lazos sangu¨ªneos no interfieran en la gesti¨®n empresarial. "El protocolo familiar establece que para acceder a un puesto de responsabilidad, el familiar tiene que tener titulaci¨®n superior, haber trabajado tres a?os en otras empresas y acceder al puesto siguiendo el mismo sistema de selecci¨®n de personal que cualquier otro empleado", explica Javier Ortiz. Garantizada la continuaci¨®n de la empresa familiar, el grupo Moa ha iniciado una revoluci¨®n que es patente en su sede en Galdakao. Un museo, en que se recog¨ªa una pieza por cada era tecnol¨®gica desde 1948, ha pasado a la historia y ahora ese espacio se utilizar¨¢ para la formaci¨®n continua del personal. "No queremos vivir del pasado sino del futuro, que son las ganas de crecer", comenta el presidente de la empresa. Roller Industrial, que comenz¨® en 1948 en un almac¨¦n alquilado en el centro de Bilbao, comercializa m¨¢s de 3.000 referencias de piezas, que importa fundamentalmente de Europa y del Sudeste asi¨¢tico. "Nuestro objetivo es dar servicio al cliente, que unas veces demanda calidad y otras precio", explica el gerente, Fernando Trevijano, que el a?o pasado ha visitado a todos los proveedores de la empresa para garantizar que todos caminan en la misma direcci¨®n. "Nuestro compromiso con los proveedores es a largo plazo", dice Trevijano, para a?adir que "la imagen del director de compras esperando a que lleguen los pedidos se ha acabado y tambi¨¦n ha pasado a la historia estar esperando a que el cliente te demande nuevas cosas. Hay que adelantarse a sus necesidades", concluye. Almacenistas, distribuidores y empresas como CAF y Renfe son los principales clientes de Roller, que factur¨® el ejercicio pasado 1.000 millones de pesetas, de los que 400 millones se vendieron en mercados exteriores. Los responsables de la empresa esperan cerrar 1999 con un aumento del 25% en la facturaci¨®n. El pasado diciembre, Roller Industrial abri¨® un almac¨¦n en Las Guasimas (Cuba), un pa¨ªs en el que empezaron a trabajar hace 33 a?os y desde el que esperan incrementar su negocio y vender en otros pa¨ªses caribe?os.

Una primera opci¨®n marc¨® el nacimiento de Roller Industrial all¨¢ por el a?o 1948. "Como ten¨ªamos de capital s¨®lo 150.000 pesetas, tuvimos que decidir entre empezar la empresa vanidosa o sencillamente. Optamos por lo fundamental, que era tener stock y en eso invertimos el dinero", recuerda Manuel Ortiz, fundador de la empresa, que comenz¨® con un almac¨¦n de rodamientos alquilado en la Alameda de Urquijo n¨²mero 18. De esta direcci¨®n, la empresa se traslad¨® primero a Espartero [hoy Ajuriaguerra] n¨²mero 34 e Iparraguirre, 9, donde comenz¨® la expansi¨®n del grupo. "Realizamos la primera operaci¨®n inmobiliaria en la calle de M¨¢ximo Aguirre", cuenta Ortiz, que fue ampliando el patrimonio hasta llegar a tener en propiedad 2.000 metros cuadrados en el centro de Bilbao. El grupo ya se hab¨ªa expandido y ten¨ªa sucursales en nueve ciudades espa?olas. "Entonces las comunicaciones eran prehist¨®ricas, hab¨ªa que llamar a la operadora al 09 y esperar horas para hablar con Madrid, as¨ª que empezamos a abrir delegaciones", explica el fundador. Todo lo contrario del mundo actual, en el que las tecnolog¨ªas garantizan la comunicaci¨®n y el tr¨¢fico de mercanc¨ªas sin problemas. "Hoy d¨ªa, la oficina es ambulante con el m¨®vil y el ordenador port¨¢til", destaca Ortiz, que explica la creaci¨®n del grupo Moa como una forma de aprovechar las sinergias entre las empresas y recolocar al excedente de plantilla que trajo consigo el cierre de las sucursales. "El empresario est¨¢ para servir a la sociedad y crear empleo; el hombre de negocios es el que s¨®lo quiere ganar dinero", concluye Ortiz.