Vidal-Quadras: ideas y creencias JOAN ANTON MELL?N
Lo primero que es conveniente recordar al analizar la figura de Aleix Vidal-Quadras es que se trata de un pol¨ªtico singular. Rara avis entre los de su gremio, dice lo que siente y siente lo que dice. Es un hombre de derechas de convicciones profundas que opina que las ideas deben predominar sobre los actos, y por ello rechaza el tacticismo al uso de sus colegas de oficio y orientar la actividad pol¨ªtica en funci¨®n de los sondeos de opini¨®n. Por el contrario, declara con orgullo que su objetivo en la pol¨ªtica no es sobrevivir, sino vivir de acuerdo con las cosas que cree. Y as¨ª le ha ido, fue forzado a dimitir de sus cargos en Catalu?a. Como es harto sabido, Pujol oblig¨® a Aznar a ofrecerle su cabeza como precio del pacto de gobernabilidad. El supremo insulto recibido en el Parlament al ser calificado de pr¨ªncipe de Lampedusa en barretina y se?ora Francis hab¨ªa sido vengado. Sin embargo, Aznar, gran t¨¢ctico, ha seguido con nuestro personaje la t¨¦cnica del palo y la zanahoria. Si primero lo humill¨® al no recibirle en el momento ¨¢lgido de las luchas intestinas por el poder entre los jerifaltes del PP en Catalu?a, posteriormente (en abril de 1997) le recompens¨® su defenestraci¨®n encarg¨¢ndole la coordinaci¨®n general de la Fundaci¨®n para el An¨¢lisis y Estudios Sociales (FAES), aut¨¦ntico laboratorio ideol¨®gico del PP, y ahora, en el ¨²ltimo congreso, con su permanencia en la ejecutiva nacional del partido. Por todo ello, podr¨ªa tener alguna utilidad analizar las ideas pol¨ªticas de Vidal-Quadras, ya que as¨ª entender¨ªamos un poco m¨¢s la coherencia ¨²ltima entre lo que creen, lo que dicen y lo que finalmente hacen nuestros flamantes conservadores actualmente en el poder. ?Neoconservadores?, ?franquistas reciclados?, ?neoliberales?, ?centristas? ?Cu¨¢les son las ideas pol¨ªticas base de un hombre como Aleix Vidal-Quadras y por extensi¨®n de la derecha espa?ola actual? Pues bien, la esencia de la filosof¨ªa de nuestro hombre es la reivindicaci¨®n de la desigualdad como explicita, con la sinceridad que le caracteriza, en su obra divulgativa ?Qu¨¦ era la derecha, qu¨¦ es? Reivindicaci¨®n de la desigualdad que, por cierto, enlaza a la perfecci¨®n, si no en la forma en el fondo, con otra etapa anterior de su vida pol¨ªtica. Todo su pensamiento est¨¢ condensado en una cita de Hayek -el gran guru del neoliberalismo- que, no por casualidad, encabeza otro de sus libros, Cuesti¨®n de fondo: "Si por motivos de envidia hacemos imposibles ciertas maneras excepcionales de vivir, al final todos sufrimos el empobrecimiento moral y espiritual". La cuesti¨®n, para nuestro ide¨®logo local, est¨¢ meridianamente clara : los seres humanos son profundamente desiguales por naturaleza, en belleza, intelecto, voluntad, capacidad y esfuerzo. De ah¨ª que el status que cada persona ocupa en una sociedad liberal abierta, seg¨²n la visi¨®n popperiana, es fruto de su quehacer individual, y por ello nada debe a la sociedad. Intentar corregir pol¨ªticamente esas diferencias de status es antinatural y por ello absurdo y contraproducente para la buena marcha de la sociedad. El corolario final es evidente: toda pol¨ªtica redistributiva es un atentado contra los derechos individuales y un error econ¨®mico y pol¨ªtico. Un error destinado a contentar demag¨®gicamente a la chusma, fea, tonta, ab¨²lica e incapaz de esforzarse, que lo que debe hacer es aceptar su realidad inmutable. Una realidad que hace posible que la civilizaci¨®n avance porque crea la base material que posibilita a los individuos selectos -al instrumentalizar a los no selectos en el sistema productivo- tener una vida superior, de la cual el pueblo inferior se favorecer¨¢ a la corta o a la larga. En ¨²ltima instancia, las desigualdades humanas son tan intr¨ªnsecamente naturales -Vidal-Quadras dixit- que intentar igualar a los hombres produce efectos nocivos en la medida en que se opone a la sabidur¨ªa indescifrable del c¨®digo gen¨¦tico. ?Qu¨¦ razones da nuestro autor para propugnar que un grado adecuado de desigualdad es el mejor camino para conseguir el aumento del bienestar general? La respuesta es clara y meridiana: el af¨¢n de los menesterosos por escapar de su miseria es un motor social insustituible. De esta forma, en el emocionado paneg¨ªrico que escribi¨® en noviembre de 1990 a la figura de su admirada Margaret Thatcher, nos recordaba que entre las ideas y actitudes b¨¢sicas de ¨¦sta, que ¨¦l compart¨ªa al ciento por ciento, deb¨ªan ser destacadas la b¨²squeda de la excelencia sin temor a ser calificada de elitista, la denuncia y la persecuci¨®n de los d¨¦biles que quieren vivir del Estado y no en el Estado, la profundidad de sus convicciones en correspondencia con la firmeza de sus actos y la firme creencia de que el motor m¨¢s eficaz del progreso son las ansias sociales de mejorar. Nuestro autor expone sin ambig¨¹edades en otro art¨ªculo: "Los ricos son indispensables para que un mayor n¨²mero de pobres tengan la posibilidad de dejar de serlo". Doscientos a?os antes un viajero ingl¨¦s conservador, ilustre precedente ideol¨®gico de Vidal-Quadras y de la dama de hierro, expon¨ªa este mismo criterio con estas rudas palabras: "Como todo el mundo sabe, hasta los imb¨¦ciles, los menesterosos deben permanecer en la pobreza si se quiere que sean industriosos". De hecho, sin mencionarlo, Vidal-Quadras, igual que la totalidad de los neoconservadores o neoliberales -los t¨¦rminos son intercambiables- se hacen eco de un darwinismo social civilizado. Opinan que el mercado produce la mejor asignaci¨®n de recursos posible y que el capitalismo, en su competici¨®n, revela qu¨¦ actores son lo m¨¢s preparados al triunfar los unos y fracasar los otros: sobreviven los m¨¢s fuertes. Por esa raz¨®n su idolatrado Hayek opone el liberalismo tanto a la democracia como al totalitarismo; dado que la competencia capitalista supone la selecci¨®n natural, el Estado no debe intervenir en este proceso "natural". Seg¨²n las propias palabras del economista austriaco, "que el gobierno proteja y estimule la laboriosidad, asegure la propiedad, reprima la violencia y castigue el fraude, es todo lo que tiene que hacer. En otros aspectos, cuanto menos intervenga tanto mejor". El propio Vidal-Quadras afirma taxativamente en un art¨ªculo de noviembre de 1993, titulado La hora de la verdad: "Los mercados no se equivocan". A estas concepciones b¨¢sicas, Vidal-Quadras a?ade las cl¨¢sicas convicciones liberal-conservadoras de que el derecho de propiedad privada es sagrado y es una de las bases perennes de la civilizaci¨®n. Por eso no s¨®lo acusa al socialismo de igualitarismo hortera, sino que opina que esta doctrina, como el nacionalismo, extrae sus potencialidades pol¨ªticas de exaltar los instintos m¨¢s bajos y demag¨®gicos de los sectores sociales m¨¢s desfavorecidos de la sociedad, mientras que, por el contrario, sus ideas y convicciones neoliberales apelan a los elementos m¨¢s nobles de nuestra naturaleza: el intelecto y la raz¨®n. Aleix Vidal-Quadras es un pol¨ªtico de derechas que no se averg¨¹enza de ello y al que le molesta disfrazarse de centrista. ?l cree tener raz¨®n. La derecha es el bien y la izquierda el mal, y por eso no admite componendas claudicatorias. No es que vocifere desmesuras, como afirma de ¨¦l Tusell, sino que cree ser el Di¨®genes de la derecha. No quiere el poder por el poder, sino para que la realidad haga palpable la certeza de sus convicciones. Sabe que la lucha contra las concepciones de la izquierda ser¨¢ un combate eterno, pero cree contar con un conjunto de aliados invencible: las eternas leyes de la naturaleza, las motivaciones profundas de los seres humanos y un sistema econ¨®mico que le confirma d¨ªa a d¨ªa sus ideas. Como todo conservador, cree que intentar lograr sociedades m¨¢s igualitarias en donde no sean posibles brutales desigualdades en el reparto de la riqueza es una quimera absurda, fruto de mentes resentidas y calenturientas que padecen un exceso de racionalismo y que conducen a la sociedad hacia el desastre. La redistribuci¨®n es un grav¨ªsimo error que potencia la vagancia; lo que se debe hacer es impulsar el crecimiento global si realmente se quiere beneficiar a los menesterosos. ?stas son las ideas-base de Vidal-Quadras, simples pero efectivas para cohesionar a unas clases sociales dominantes en la Espa?a de final de siglo ¨¢vidas de superar el complejo de culpabilidad de su impresentable origen franquista. Aleix Vidal-Quadras es la esencia de la derecha. Una derecha civilizada, ir¨®nica, brillante en ocasiones, que no se averg¨¹enza de serlo, pero a la vez despiadada, asocial, selv¨¢tica, como la naturaleza a la que tanto le gusta invocar.
Joan Anton Mell¨®n es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Barcelona.
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