El asesinato de Roque Dalton
Sirva esta nota para comentar con usted y con los respetables lectores de este peri¨®dico la entrevista al ex comandante guerrillero Joaqu¨ªn Villalobos, reci¨¦n publicada con grandes espacios . Somos una familia v¨ªctima de las acciones extremistas y desmesuradas de Villalobos. ?l es el principal responsable del asesinato de nuestro familiar, el poeta salvadore?o Roque Dalton Garc¨ªa, el 10 de mayo de 1975. Y ¨¦ste fue uno de los pasajes m¨¢s triste del conflicto armado en nuestro pa¨ªs. El caso, por su envergadura, por las consecuencias que tuvo y por la trascendencia de la v¨ªctima, se sit¨²a, nacional e internacionalmente, a la par del asesinato de monse?or ?scar Arnulfo Romero y de la masacre de los padres jesuitas, encabezados por Ignacio Ellacur¨ªa.
Villalobos y su grupo no s¨®lo fueron los responsables de la muerte de Roque Dalton Garc¨ªa, sino, adem¨¢s, del desaparecimiento de sus restos mortales, los cuales fueron abandonados en un lugar de triste recordaci¨®n para todos los salvadore?os: El Play¨®n, donde los escuadrones de la muerte tambi¨¦n abandonaron a miles de sus v¨ªctimas. No bast¨® ello; despu¨¦s del asesinato de nuestro familiar se encargaron de desprestigiar su memoria y de ofender a todos aquellos destacados intelectuales latinoamericanos que protestaron por el crimen, entre ellos connotados escritores como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Mario Benedetti y Eduardo Galeano, quienes forman parte de los colaboradores de EL PA?S y fueron amigos de nuestro esposo y padre.
Villalobos no ha pedido perd¨®n a nuestra familia por el crimen del que se considera actualmente pilar fundamental de la cultura y de la identidad de los salvadore?os. Lejos de ello, luego de haber reconocido sus culpas, ha tenido el atrevimiento de retractarse y evadir su responsabilidad intelectual y material, hechos que para nosotros han significado una permanente y terrible pesadilla.
Ante el p¨²blico y los trabajadores de EL PA?S quer¨ªamos dejar constancia de nuestra posici¨®n, que es de reclamar justicia y dignificaci¨®n para nuestro padre, nuestro
poeta, cuya obra cada vez m¨¢s y con mayor vigor trasciende las fronteras nacionales.-
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