Los republicanos ven en riesgo incluso la mayor¨ªa simple contra Clinton
Una pesadilla aterrorizaba anoche al n¨²cleo duro del Partido Republicano: la posibilidad de que las dos acusaciones contra Clinton ni siquiera sean aprobadas por una mayor¨ªa simple del Senado de Estados Unidos. La C¨¢mara alta apuraba su tercera jornada de deliberaciones secretas y, pese a la velocidad que intentaba imprimir su l¨ªder, el republicano Trent Lott, era muy improbable que pudiera concluirlas anoche y pasar a la votaci¨®n sobre el destino del presidente.
Lo que parec¨ªa m¨¢s probable es que la votaci¨®n se efectuara hoy. Ser¨¢ el cierre del caso Lewinsky, que ha durado 13 meses. Es seguro que no existe en el Senado la necesaria mayor¨ªa de dos tercios para declarar culpable y destituir a Clinton. Anoche, ni uno solo de los 45 senadores dem¨®cratas se hab¨ªa pronunciado a favor de esa opci¨®n, por lo que cabe esperar que todos voten como una pi?a a favor de la absoluci¨®n de su correligionario. En las filas republicanas, en cambio, se produc¨ªan graves defecciones. Tres de los 55 miembros de su grupo parlamentario -James Jeffords, Arlen Specter y John Chafee- anunciaron su voto negativo a las dos acusaciones presentadas contra Clinton: perjurio y obstrucci¨®n a la justicia. Y advirtieron que otros republicanos moderados podr¨ªan seguir su ejemplo. A falta de sacarle de la Casa Blanca, la ¨²ltima victoria p¨ªrrica para los acusadores de Clinton, representados por 13 congresistas republicanos, ser¨ªa que, al menos, los dos cargos contra el presidente fueran aprobados por una mayor¨ªa simple. Podr¨ªan decir que, aunque no ha reunido el elevado techo de los dos tercios impuesto por la Constituci¨®n para destituir a Clinton, la mayor¨ªa del Senado ha apoyado las acusaciones. Pero ni esta satisfacci¨®n, meramente simb¨®lica, ten¨ªan garantizada anoche.
A tenor de la temperatura del Senado, parec¨ªa posible que la acusaci¨®n de perjurio no lleguara a ser aprobada ni por 51 votos. La de obstrucci¨®n a la justicia ten¨ªa mayores posibilidades de superar esa barrera. Que ni la totalidad de la mayor¨ªa republicana en el Senado considere probadas y graves las acusaciones en su contra, ser¨ªa una gran victoria para Clinton. El presidente tambi¨¦n parec¨ªa escapar anoche al castigo que ¨¦l mismo se ha declarado dispuesto a aceptar y que han promovido en los ¨²ltimos d¨ªas los senadores dem¨®cratas: que el Senado apruebe una declaraci¨®n de censura de su comportamiento al t¨¦rmino del juicio.
Partidario del todo o nada, el n¨²cleo duro republicano bloqueaba esa opci¨®n. La testarudez republicana podr¨ªa, pues, hacer que Clinton salga completamente indemne del paso por la C¨¢mara Alta del caso Lewinsky. Liderados por Dianne Feinstein y Joseph Liebermann, un grupo de senadores dem¨®cratas anunci¨® que, a falta de una resoluci¨®n de censura aprobada por el pleno de la C¨¢mara, ellos piensan dirigir una carta al presidente para reprobar en¨¦rgicamente que sostuviera relaciones sexuales con una empleada en el lugar de trabajo y creara luego una telara?a de mentiras para enga?ar al pueblo estadounidense. Con esa carta, que dar¨ªan para firmar a los republicanos y s¨®lo tendr¨ªa el valor de una declaraci¨®n p¨²blica, los dem¨®cratas quieren salvar sus conciencias y su lugar ante la historia. No desean que su voto a favor de la absoluci¨®n de Clinton sea percibido como una aprobaci¨®n de su conducta.
La censura, que se desvanec¨ªa como posibilidad, segu¨ªa siendo la f¨®rmula favorita del 57% de los norteamericanos, seg¨²n un sondeo difundido ayer. Un 31% insist¨ªa en pedir su destituci¨®n. Clinton, seg¨²n el 62% de los encuestados, ha tenido un juicio honesto y limpio. Pero del cansancio que este largo esc¨¢ndalo ha provocado entre la opini¨®n p¨²blica da cuenta el que el 50% apruebe el que el Senado haya deliberado en secreto, frente al 47% que hubiera deseado que lo hubiera hecho a puerta abierta.
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