El Gobierno de Brasil se ve obligado a pagar en 48 horas dos deudas del Estado de Minas Gerais

El Gobierno brasile?o pag¨® en la tarde del jueves parte de la deuda externa del Estado de Minas Gerais. Es la segunda vez en menos de dos d¨ªas que el Gobierno paga una deuda de este Estado para salvar su imagen externa. Esta vez le toc¨® hacer un desembolso de 1,9 millones de d¨®lares (1,67 millones de euros, 1.470 millones de pesetas), que Minas Gerais deb¨ªa al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).El Gobierno inform¨® en Brasilia que, despu¨¦s de haber pagado esta deuda, retuvo una vez m¨¢s fondos destinados a Minas Gerais. El mi¨¦rcoles le hab¨ªa tocado al Tesoro Nacional contribuir con 54,5 millones de d¨®lares (8.000 millones de pesetas) para amortizar eurobonos emitidos por Minas Gerais. El Gobierno tambi¨¦n comunic¨® que, despu¨¦s de haber cobrado por la v¨ªa de la retenci¨®n de fondos y la intervenci¨®n directa en los dep¨®sitos bancarios de Minas Gerais todos los retrasos del Estado federal, hab¨ªa liberado los fondos remanentes que quedaban depositados y que pertenecen a Minas Gerais.

El enfrentamiento entre el gobernador de Minas Gerais, el expresidente Itamar Franco, y el actual presidente brasile?o, Fernando Henrique Cardoso, lleg¨® de esa forma a un nuevo y curioso punto. Brasilia no dej¨® de ejercer su derecho a cobrar lo debido y Minas logr¨® que se liberaran los fondos remanentes que antes estaban retenidos.

Pero ayer, Itamar Franco dio una nueva demostraci¨®n de que su imprevisibilidad no tiene l¨ªmites. Convoc¨® una reuni¨®n de emergencia con el alto mando de la polic¨ªa militar local -un cuerpo de seguridad de ¨¦lite- para "evaluar el caos social que amenaza" a su Estado. El ¨²nico antecedente de una reuni¨®n similar fue en 1964, cuando el entonces gobernador Magalh?es Pinto convoc¨® a la misma polic¨ªa militar para que participase en el golpe militar que derrib¨® al presidente Jo?o Goulart y le permiti¨® iniciar una dictadura militar que dur¨® hasta 1985.

La actitud descabellada de Itamar Franco, sin embargo, no provoc¨® m¨¢s que sorpresa y discretas risas. La ¨²nica preocupaci¨®n del Gobierno de Cardoso es evitar, a toda costa, que se deje de cumplir con los compromisos internacionales. En los medios pol¨ªticos y financieros se entiende que todo lo que Itamar Franco diga no merece mayor atenci¨®n. Pero aunque en Brasil se d¨¦ por descontado que la rabieta provinciana del expresidente no llevar¨¢ a ninguna parte, se teme que fuera de las fronteras se le tome en serio.