Los investigadores apoyan a Fabius en el juicio de la sangre contaminada
Los afectados denuncian a los expertos por "falso testimonio"
Los investigadores franceses pioneros en la lucha contra el sida, Luc Montagnier, Willy Rozembaum, Michel Setbon y Fran?oise Barr¨¦-Sinoussi, no creen en absoluto que los tres ex ministros procesados en el caso de las transfusiones de sangre contaminada puedan ser responsables de la infecci¨®n masiva que cost¨® centenares de muertos. Lejos de eso, sus testimonios han reforzado notablemente las tesis de la defensa, particularmente la que pone el acento en las lagunas m¨¦dicas existentes en la ¨¦poca en cuesti¨®n, principios y mediados de los ochenta, sobre la naturaleza y los efectos de la epidemia. En su testimonio ante el Tribunal de Justicia de Rep¨²blica, el profesor Rozembaum lleg¨® incluso a afirmar que ¨¦l mismo juzg¨® "precipitada" la decisi¨®n adoptada por el Gobierno el 19 de junio de 1985 de aplicar an¨¢lisis sistem¨¢ticos de sangre a los donantes.
El cient¨ªfico afirm¨® que, frente a la indiferencia general sobre el problema del sida existente, a su juicio, a principios de los ochenta, la Direcci¨®n General de Sanidad francesa mantuvo una actitud receptiva, manifestada en la circular del 20 de junio de 1983, que aconsejaba evitar las donaciones de sangre de los reclusos y otros grupos de riesgo. "Para m¨ª fue una cierta satisfacci¨®n ver que mis consejos hab¨ªan sido seguidos", dijo, antes de atribuir a los mismos m¨¦dicos y responsables de los hospitales la responsabilidad por no haber respetado las instrucciones dictadas por la Administraci¨®n sanitaria.
Tal y como se puso de relieve en la primera jornada del juicio, el martes, seis meses despu¨¦s de esa circular, la Direcci¨®n General de Pol¨ªtica Penitenciaria curs¨® a las prisiones directrices para "incrementar" las donaciones de sangre, una pr¨¢ctica que facilitaba a los reclusos la reducci¨®n de condena.
A lo largo del proceso, y con anterioridad, no pocos analistas han aludido a la resistencia existente entre los m¨¦dicos y en otros muchos colectivos a aplicar criterios de selecci¨®n en los donantes de sangre para no incurrir en lo que se consideraba un peligro de discriminaci¨®n. "En 1995 consider¨¢bamos que el riesgo de contaminaci¨®n por transfusi¨®n de sangre era s¨®lo del 1%", indic¨® el investigador Willy Rozembaum.
Frente a la acusaci¨®n principal que recae sobre el ex jefe de Gobierno Laurent Fabius, la de haber retrasado deliberadamente la comercializaci¨®n de la prueba estadounidense Abbott para favorecer as¨ª al de la firma francesa Pasteur, entonces en preparaci¨®n, el investigador se?al¨® que a finales de 1984 y principios del 1985 los expertos se encontraban desconcertados por el gran n¨²mero de "falsos negativos" y "falsos positivos" de las pruebas.
La totalidad de los cient¨ªficos convocados como testigos atribuyeron la contaminaci¨®n masiva de sida a la insuficiencia de los conocimientos cient¨ªficos, al deficiente cumplimiento de las instrucciones y tambi¨¦n, caso de Luc Montagnier, a la centralizaci¨®n excesiva de la Administraci¨®n francesa. "Con otro tipo de organizaci¨®n habr¨ªamos ganado, quiz¨¢, varias semanas", indic¨®. Los testimonios de los investigadores cayeron como un jarro de agua fr¨ªa entre las asociaciones de v¨ªctimas, que anunciaron su intenci¨®n de presentar una denuncia por "falso testimonio" contra Montagnier. Asimismo, la Asociaci¨®n Francesa de Hemof¨ªlicos y la Asociaci¨®n de Transfundidos anunci¨® una denuncia similar contra Rozembaum por "difusi¨®n de informaciones falsas".
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