Cumbre de los grandes "se?ores" del arte
Los comisarios y cr¨ªticos m¨¢s influyentes del momento revelan sus proyectos en la feria
Mientras la avalancha de p¨²blico se agolpa en los pabellones de las galer¨ªas y la sobreabundancia de im¨¢genes desborda cualquier capacidad de an¨¢lisis, un reducido grupo de personas intenta reflexionar sobre el arte actual desde perspectivas sociales, geogr¨¢ficas, econ¨®micas y, naturalmente, culturales. Es en el subterr¨¢neo, junto al auditorio del recinto ferial madrile?o, dentro del programa de las mesas de debate que se celebran paralelamente a Arco. Participan, como suele ser habitual, algunos de los m¨¢s influyentes e importantes comisarios independientes, cr¨ªticos, conservadores y directores de museos de todo el mundo.Pero este a?o, sin duda, el protagonismo y la principal expectaci¨®n han reca¨ªdo en dos personas que en los pr¨®ximos a?os tendr¨¢n en sus manos las manifestaciones art¨ªsticas m¨¢s importantes de Europa, lo que en el terreno del arte es casi como decir del mundo. Uno es un veterano, Harald Szeenmann, comisario independiente suizo que organizar¨¢ las pr¨®ximas dos ediciones de la Bienal de Venecia, la que cerrar¨¢ el siglo en 1999 y la que lo inaugurar¨¢ en el 2001. El otro es relativamente nuevo en este mundo, se trata del nigeriano Okwui Enwezor, poeta y comisario independiente que ser¨¢ el responsable, entre junio y septiembre del 2002, de la und¨¦cima edici¨®n de la Documenta de Kassel, una manifestaci¨®n art¨ªstica que ha venido marcando hist¨®ricamente, para bien y para mal, el debate art¨ªstico occidental.
La Bienal de Venecia es la m¨¢s veterana de este tipo de acontecimientos, y Szeemann -que dirigi¨® en 1972 la Documenta V- ya fue uno de sus responsables en 1980, a?o en que se cre¨® el Aperto, una exposici¨®n abierta a los j¨®venes artistas que en 1995 suprimi¨® Jean Clair cuando dirigi¨® la bienal del centenario. Szeemann no se ha limitado a restaurarlo, ha titulado toda la bienal D"AperTutto, es decir, abierto para todos.
"He decidido borrar la distinci¨®n entre el aperto y el no aperto. Sean cuales sean los artistas elegidos, tienen que estar todos al mismo nivel, tanto si son j¨®venes como consagrados, europeos o asi¨¢ticos", afirma Szeenmann. "Tampoco habr¨¢ un tema o una idea que lo unifique todo, porque me parece que son limitaciones. El concepto con el que trabajamos es el de crear campos de energ¨ªa, y esto es algo que puedes decir, pero que despu¨¦s es dif¨ªcil de materializar en una exposici¨®n. Ser¨¢ posible porque vamos a extender la bienal espacialmente, ocupando otros edificios que en algunos casos a¨²n no estar¨¢n reformados y s¨®lo podr¨¢n visitarse desde el exterior. Tambi¨¦n busco artistas que puedan presentar un trabajo en este tipo de espacios en los que el espectador no puede transitar. Esto era algo imposible hace veinte a?os, pero ahora muchos j¨®venes realizan trabajos que lo permiten".
En abril, Szeemann presentar¨¢ la primera lista de seleccionados, entre 100 y 120 artistas, en funci¨®n de que puedan ocupar los espacios. De momento, adelanta que entre los elegidos figura el espa?ol Antoni Abad. Szeemann se encarga de las exposiciones principales de la bienal, pero los pabellones nacionales se mantienen cada uno con el comisario elegido en sus respectivos pa¨ªses. El de Espa?a es el cr¨ªtico David P¨¨res que ha seleccionado al pintor Manolo Vald¨¦s y a la veterana artista conceptual Ester Ferrer.
Pero si la Bienal de Venecia est¨¢ al caer, en junio de este a?o la Documenta XI, quinquenal, tiene a¨²n varios a?os para cerrar su programa. Okwui Enwezor, que reside desde hace 17 a?os en Estados Unidos y gan¨® prestigio internacional al dirigir en 1997 la II Bienal de Johanesburgo, en Sur¨¢frica, afirma que a¨²n es pronto para hablar de conceptos globales.
Si la edici¨®n anterior fue la primera que dirigi¨® una mujer, Catherine David, ¨¦sta, en una Europa unida por la moneda y con fronteras casi cerradas, ser¨¢ la primera que dirija un cr¨ªtico africano. "No creo que el hecho de que yo sea africano acabe teniendo un papel importante en la Documenta", afirma Enwezor, quien respecto al debate que enfrenta la reivindicaci¨®n de la identidad y la demanda de una visi¨®n multinacional o transnacional del arte, considera que hay que repensar "las implicaciones que supone el privilegio del sentido de origen".
"De la anterior Documenta me fascin¨® su rigor intelectual y la precisi¨®n de la comisaria", afirma. "Respeto su trabajo, pero la nueva edici¨®n no ser¨¢ igual". S¨®lo adelanta dos l¨ªneas de actuaci¨®n. Por una parte, la posibilidad de extender la Documenta a otras ciudades y tal vez a otros continentes. La otra es la interdisciplinariedad de la creaci¨®n. "No quiero jugar con categor¨ªas estancas, sino que pienso que hay que estar abierto a otras actividades y propuestas. Tampoco es mezclar todo para que se combinen. Se trata de provocar tensiones y contradicciones entre las distintas creaciones, pero no de manera ir¨®nica o c¨ªnica. No s¨¦ si el objetivo es acabar con el cinismo, pero al menos intentaremos cuestionarlo".
Babelia
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