El t¨ªtulo, ese ciclista lento ENRIQUE VILA-MATAS
Terrible tarea la de titular. Conozco a un cronista de esta casa que a veces puede estar hasta 15 d¨ªas buscando un t¨ªtulo para su cr¨®nica. Cuando le veo, le gasto una broma, le pregunto si ha encontrado ya el t¨ªtulo. "No, sigo buscando", me responde a veces, alej¨¢ndose pensativo. Otro cronista de este diario, Joan de Sagarra, lo confesaba el domingo pasado. "Siempre he sido un desastre para los t¨ªtulos titulares". Los t¨ªtulos tienen una importancia terrible, y sin embargo, poco se habla de ellos. Hoy voy a dedicarles cierta atenci¨®n, a ver si me congracio con ellos. Deber¨ªa haber alg¨²n premio para el arte de titular. Hay novelas horribles con t¨ªtulos maravillosos, y viceversa. No estar¨ªa de m¨¢s un premio nacional de la cr¨ªtica al mejor t¨ªtulo del a?o. Los t¨ªtulos tambi¨¦n tienen su coraz¨®n. ?Qu¨¦ es de una cr¨®nica con un t¨ªtulo poco agraciado? Ya pueden imagin¨¢rselo. Esta cr¨®nica -tiemblo ante la perspectiva- a¨²n no tiene t¨ªtulo, pero ya tiene tema, ya estoy metido de lleno en ¨¦l: t¨ªtulos famosos y c¨®mo llegaron a serlo, t¨ªtulos de novelas. Nadie se ha suicidado por el mal t¨ªtulo de una cr¨®nica, pero s¨ª por el de una novela. El asunto es muy serio. Si por Scott Fitzgerald hubiera sido, El gran Gatsby se habr¨ªa llamado nada menos que Trimalchio en West Egg. Pero Maxwell Perkins, el sensato editor, se opuso rotundamente argumentando que el nombre de Trimalchio era impronunciable para la mayor¨ªa de los lectores. Lolita, de Nabokov, por ejemplo, estuvo a punto de ser publicada con el t¨ªtulo de El reino del mar. Y Lo que el viento se llev¨® no existir¨ªa si alguien no se hubiera encargado de convencer a Margaret Mitchell de que era absurdo titular a su novela Pansy, el p¨¢nfilo nombre con el que hab¨ªa bautizado a la hero¨ªna sure?a que hoy todos conocemos por Scarlett O"Hara. Esperando a Godot siempre ha sido un t¨ªtulo enigm¨¢tico, pero Beckett jam¨¢s desminti¨® la teor¨ªa que asegura que un d¨ªa ¨¦l se detuvo en la carretera ante un grupo de personas que segu¨ªan esperando la caravana del Tour de Francia cuando ¨¦sta ya hab¨ªa pasado. Al preguntar Beckett qu¨¦ hac¨ªa all¨ª toda aquella gente, obtuvo esta respuesta: "Est¨¢n esperando a Godot". Parece ser que el m¨¢s veterano y lento de todos los ciclistas de la carrera se llamaba as¨ª: Godot. Otro t¨ªtulo enigm¨¢tico y muy afortunado es el de la primera novela de James M. Cain, El cartero siempre llama dos veces. No es tan enigm¨¢tico si se sabe que el cartero llamaba dos veces al timbre de la puerta del escritor para advertirle de que el correo le deparaba una factura. El ¨¦xito de La importancia de llamarse Ernesto en Espa?a se debe a que el t¨ªtulo de la obra de Wilde fue traducido perversamente. Desde luego -como ha escrito Monterroso-, se necesita cierto talento y malicia para cambiar being (ser) y earnest (honrado) por llamarse Ernesto. Otro t¨ªtulo afortunado, ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf?, naci¨® en un bar. En los a?os cincuenta, Edward Albee frecuentaba un tugurio de Greenwich Village en cuyo s¨®tano hab¨ªa un espejo enorme donde la clientela escrib¨ªa sus proclamas y pintaba garabatos. Un d¨ªa, mientras Albee beb¨ªa, sus ojos toparon con esta frase escrita con jab¨®n: "?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf?". Un amigo al que le coment¨¦ esta an¨¦cdota me dijo que el t¨ªtulo de su novela m¨¢s rechazada lo hab¨ªa encontrado en una pintada, una rara pregunta en la tapia de una calle de M¨¢laga: "?Por qu¨¦ golpeas al domingo?". En mi opini¨®n, el t¨ªtulo es muy bueno, lo que me lleva a pensar que la novela (perd¨®name, Luis) era muy mala. Llego al final de esta cr¨®nica y sigo sin haberle encontrado un t¨ªtulo. "?Sabes por qu¨¦ son tan cabrones los t¨ªtulos?", me pregunt¨® no hace mucho un cronista. "Porque se saben imprescindibles", le contest¨¦. Como m¨ªnimo, los t¨ªtulos siempre llaman dos veces -como el famoso cartero- a la puerta de los cronistas. Y la mayor¨ªa de las veces ni a la tercera llega la vencida. Los t¨ªtulos son muy suyos. Muchas veces -y a¨²n gracias- llegan a ¨²ltima hora, como Godot.
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