El ¨¢rbitro impidi¨® ver un partido equilibrado
- Condici¨®n de favorito. El Bar?a hizo valer su condici¨®n de favorito apoyado en una serie de circunstancias muy claras. El equipo azulgrana jug¨® en su campo y, a pesar de las diferencias que existen entre la afici¨®n y su t¨¦cnico, en este partido Bar?a-Real Madrid el apoyo fue extraordinario desde el primer minuto. La inercia de los resultados del Barcelona, con siete victorias consecutivas, le ha aportado la seguridad y confianza necesarias para salir desde el inicio con la m¨¢xima clara de superar al Madrid. El Bar?a utiliz¨® la alineaci¨®n tipo de los ¨²ltimos encuentros tras la llegada de los hermanos De Boer, demostrando que su presencia ha aportado cohesi¨®n y sincronizaci¨®n, sobre todo con el liderazgo defensivo que ejerce Frank de Boer. El Madrid, con su trayectoria irregular, no tuvo capacidad de reacci¨®n despu¨¦s del tempranero gol de Luis Enrique.- Precauciones de Hiddink. Con la alineaci¨®n inicial, el t¨¦cnico madridista dej¨® entrever un excesivo respeto al introducir a Sanchis (un defensa) en el medio campo. Lo hizo con la mejor intenci¨®n de ayudar al Madrid en algunos aspectos t¨¢cticos. La alineaci¨®n de Jarni indic¨® claramente la renuncia al ataque, al dejar fuera a Savio, un hombre capaz de desequilibrar por habilidad en el regate, y m¨¢s a¨²n teniendo en cuenta que esa banda la ocup¨® un hombre como Ronald de Boer, cuya especialidad no es precisamente el juego defensivo. El Real Madrid no supo resolver ni contrarrestar la virtud m¨¢s importante del juego de ataque barcelonista, que es precisamente la capacidad de crear centros. Sus dos primeros goles fueron propiciados por centros de diversas facturas, y con la finalizaci¨®n de un hombre que lleg¨® desde la segunda l¨ªnea, Luis Enrique.
- Exagerada sanci¨®n de Iturralde. Con su exagerada y no justa decisi¨®n de expulsar a Roberto Carlos, el ¨¢rbitro nos impidi¨® ver un partido equilibrado, en el que el Bar?a hab¨ªa encarrilado con buen juego y convicci¨®n una victoria. A partir de la expulsi¨®n, el Real Madrid no pudo cambiar su actitud defensiva ya iniciada, sino todo lo contrario. Excesiva preocupaci¨®n defensiva. El Real Madrid no est¨¢ acostumbrado a dejar la iniciativa al rival, y en este partido lo hizo pr¨¢cticamente desde el inicio, provocando un desgaste f¨ªsico complementario al que los jugadores blancos no est¨¢n habituados. Cuando recuperaban el bal¨®n, no estaban lo suficientemente frescos como para incorporarse al ataque.
- Mejora del Madrid en el segundo tiempo. Con la presencia de Savio y Guti, el Madrid gener¨® un juego m¨¢s de creaci¨®n y de posesi¨®n del bal¨®n, dando oportunidades y cambiando su actitud defensiva con espor¨¢dicas llegadas individuales de sus jugadores m¨¢s importantes: Ra¨²l, Savio.
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