No hay perd¨®n para Rushdie
Los integristas iran¨ªes confirman la "fatwa" para asesinar a Salman Rushdie 10 a?os despu¨¦s de ser dictada
Diez a?os despu¨¦s, la orden de asesinar al escritor Salman Rushdie es irrevocable. La organizaci¨®n paramilitar Guardianes de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica de Ir¨¢n (Pasdaran) reafirm¨® ayer la plena vigencia de la fatwa -decreto religioso- firmada hace exactamente una d¨¦cada, el 14 de febrero de 1989, por el ayatol¨¢ imam Jomeini, quien conden¨® a muerte a este escritor anglo-indio, nacido en Bombay en 1947, por su obra Vers¨ªculos sat¨¢nicos. En esta novela tristemente c¨¦lebre Rushdie abord¨® una relectura sat¨ªrica de las profec¨ªas de Mahoma."En los ¨²ltimos dos a?os, pa¨ªses occidentales y falsos seguidores de la libertad y respeto a los derechos humanos tratan de hacer creer en el mundo musulm¨¢n que la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n intenta retractarse de su posici¨®n respecto a la fatwa del imam. Pero la fatwa contra Rushdie es irrevocable", anunciaban ayer los Guardianes de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica en un comunicado difundido por todo el pa¨ªs, con ocasi¨®n del aniversario de la orden de asesinato.
La aparici¨®n de la nota que renueva el llamamiento para asesinar a Rushdie coincid¨ªa con unas declaraciones efectuadas por el presidente de la fundaci¨®n pol¨ªtico-religiosa 15-Khordad, quien desde Teher¨¢n reiteraba su compromiso de pagar una recompensa de 2.800.000 d¨®lares (unos 420 millones de pesetas) a quien pudiera acabar con la vida del escritor, al tiempo que aseguraba su absoluta confianza en que "esta fatwa hist¨®rica un d¨ªa acabar¨¢ siendo aplicada". La llamada a muerte decretada por el imam ayatol¨¢ Jomeini, padre de una revoluci¨®n isl¨¢mica iran¨ª que ahora cumple su 20? aniversario, contra el escritor Rushdie no ha podido a¨²n llevarse a t¨¦rmino. Entre otras razones, por las precauciones que el propio escritor ha tomado por ponerse a salvo, contando para ello con una generosa ayuda del Ministerio del Interior brit¨¢nico, que cada a?o gasta alrededor de 1.600.000 d¨®lares (unos 240 millones de pesetas) para proteger al autor amenazado. A pesar de que en los ¨²ltimos a?os el autor de Hijos de la medianoche ha relajado un tanto sus medidas de seguridad y ha hecho frecuentes apariciones p¨²blicas, Salman Rushdie est¨¢ siempre custodiado por inspectores de polic¨ªa brit¨¢nicos.
Pero las medidas de seguridad no lograron proteger la vida del escritor japon¨¦s William Nygaard, quien en 1991 mor¨ªa apu?alado despu¨¦s de haber traducido a su propia lengua los Vers¨ªculos sat¨¢nicos. Mucha m¨¢s suerte tuvieron, sin embargo, el escritor y traductor italiano Ettore Capriolo, quien fue apu?alado en Mil¨¢n aquel mismo a?o, o el editor noruego William Nyggard, v¨ªctima tambi¨¦n de la agresi¨®n de un fan¨¢tico islamista. Los dos consiguieron salvar sus vidas.
Nada parece por ahora capaz de frenar la orden de asesinato decretada contra Salman Rushdie. Sus esfuerzos por reconciliarse con el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s, con su conversi¨®n hace unos a?os al islam o tratando de hacer llegar al Gobierno una donaci¨®n de 600.000 d¨®lares (algo m¨¢s de 80 millones de pesetas) destinada a paliar los sufrimientos de las v¨ªctimas de los ¨²ltimos terremotos, no han servido para nada. Tampoco ha servido de nada la ofensiva diplom¨¢tica encabezada por el actual ministro de Asuntos Exteriores iran¨ª, Kamad Jazari, quien el pasado septiembre afirm¨® de manera tajante ante las Naciones Unidas que Ir¨¢n no har¨ªa nada para atentar contra la vida del escritor, desmarc¨¢ndose de esta manera de la recompensa prometida por su asesinato y permitiendo as¨ª la reanudaci¨®n del di¨¢logo pol¨ªtico con Estados Unidos y el Reino Unido.
Rushdie est¨¢ sentenciado a muerte. Pero este escritor no es la ¨²nica v¨ªctima del fanatismo radical iran¨ª. En los dos ¨²ltimos meses han muerto asesinados en esta rep¨²blica isl¨¢mica media docena de intelectuales, escritores y pol¨ªticos liberales. Han desaparecido en extra?as circunstancias, sin necesidad de fatwas. Sus muertes han provocado la conmoci¨®n de los sectores renovadores del pa¨ªs, con el jefe del Gobierno, Mohamad Jatam¨ª, a la cabeza, quien de un plumazo ha destituido a su ministro de Informaci¨®n -servicios secretos-, Gornabali Dorri-Najafabadi, al demostrarse que los verdugos hab¨ªan sido reclutados entre sus funcionarios. Para ellos no hubo ninguna protecci¨®n.
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