La experiencia de Clinton

(...) Tanto el presidente Clinton como su portavoz hicieron las declaraciones oportunas poco antes de la decisi¨®n del Senado; no se exigieron justificaciones y se volvi¨® a reiterar el arrepentimiento del presidente por todo lo hecho. (...) Sin embargo, surge la sospecha de que Clinton no ha entendido todav¨ªa lo que ha pasado. Para la Casa Blanca, todo ha sido una guerra pol¨ªtica m¨¢s que un grave asunto sobre la idoneidad del hombre que est¨¢ al tim¨®n de Estados Unidos. Nosotros nos opusimos al proceso de destituci¨®n de Clinton. (...) Nos ha parecido correcta la votaci¨®n del Senado para poner fin al proceso contra Clinton sin destituirle. (...) Pero creemos que tanto el perjurio como la obstrucci¨®n de la justicia, cuando est¨¢n probados, son delitos que, de acuerdo con la Constituci¨®n, pueden llevar a un proceso de destituci¨®n. Y aunque la absoluci¨®n de Clinton es la justa expresi¨®n de la prudencia de los senadores, (...) surge el sentimiento de que se ha establecido un precedente que servir¨¢ en el futuro como justificaci¨®n para los perjuros. (...) Los senadores y los comentaristas pol¨ªticos se han apresurado a definir la decisi¨®n del Senado como una victoria para la constituci¨®n. Pero no es as¨ª. La constituci¨®n se vio muy perjudicada desde el momento en que el hombre investido con todo el poder ejecutivo de los Estados Unidos decidi¨® enga?ar a un tribunal para protegerse. Aunque es bueno que este asunto haya concluido, (...) no hay motivos para celebrar esta sentencia ni por lo que respecta a Clinton ni a la Constituci¨®n., 15 de febrero