Confianza
F?LIX BAY?N Al pol¨ªtico conservador Winston Churchill -que, junto a El Gallo y Shakespeare, es probablemente la mayor fuente de citas ap¨®crifas- se le atribu¨ªa aquella improvisada lecci¨®n a un parlamentario novato que ve¨ªa a los laboristas como enemigos. "No se equivoque", dicen que dijo Churchill, "esos son sus adversarios: los enemigos los tiene usted al lado, en su propio partido". La pol¨ªtica partidaria se rige por ese viejo principio que dice que la confianza da asco, precepto que gu¨ªa tambi¨¦n las relaciones familiares o de amistad, que suelen ser siempre bastante m¨¢s tempestuosas que las que se mantienen con desconocidos. Por ello conviene ser tolerantes y no escandalizarse por el clima cainita que suele haber dentro de los partidos pol¨ªticos. El mi¨¦rcoles, en este peri¨®dico, Anabel D¨ªaz contaba c¨®mo "numerosos diputados socialistas" ten¨ªan que contener la risa cuando se les preguntaba por las acusaciones hechas por su correligionario jienense Manuel Aguilar, que acababa de denunciar fraude en las primarias. Naturalmente, lo que provocaba la hilaridad de los diputados socialistas no eran las acusaciones, sino su escasa verosimilitud, y no porque creyeran que en su partido nadie fuese capaz de hacer trampas en unas elecciones internas, sino, todo lo contrario, porque -seg¨²n describ¨ªa uno de ellos- en caso de enfrentamiento los interventores extreman su recelo, se est¨¢ "a cara de perro" y no hay quien despegue el culo del asiento, lo que imposibilitar¨ªa el fraude. Dudo que los interventores desconf¨ªen tanto en unas elecciones generales, municipales o auton¨®micas, que, seg¨²n el lugar com¨²n acu?ado por los menos imaginativos locutores de telediarios, se desarrollan mayormente "en completa normalidad". Que los pol¨ªticos en su vida m¨¢s ¨ªntimamente pol¨ªtica -es decir, en su actividad partidaria- se comporten as¨ª y consideren la marruller¨ªa una simple herramienta no debe de descorazonar a nadie. Tampoco hay por ello que poner en duda la sinceridad de los deseos de regeneraci¨®n social que acostumbran a exhibir en cuanto se suben a una tribuna p¨²blica. En su disculpa, cabe recordar que nadie se comporta en privado como en p¨²blico (?qui¨¦n no se ha metido alguna vez el dedo en la nariz al no sentirse observado?) y, adem¨¢s, ya se sabe, tambi¨¦n est¨¢ eso de que donde hay confianza da asco. Pero si no hubiera reparos morales que poner al fraude electoral dentro de los partidos, quiz¨¢ haya al menos que poner pegas funcionales, porque -aunque se desconozca con seguridad qui¨¦nes fueron los autores e inductores- lo innegable es que hubo fraudes en las primarias del PSOE, como reconoc¨ªa ya ayer su direcci¨®n. Las pegas funcionales tienen que ver con lo est¨¦ril que a largo plazo resulta disfrazar la realidad. Comenzando por el hecho reconocido de que los censos internos del PSOE est¨¦n inflados artificialmente en la mayor parte de las agrupaciones, que as¨ª pueden seguir contando con mayor n¨²mero de compromisarios en los congresos. En un mundo que cada d¨ªa valora m¨¢s la transparencia -entre otras cosas, porque resulta indispensable para su funcionamiento- este tipo de pr¨¢cticas son una r¨¦mora. Mantenerlas supone vivir de espaldas a una sociedad que mayoritariamente abomina ya de ellas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.