28 beb¨¦s murieron en un hospital brit¨¢nico que prob¨® con ellos un respirador artificial
Los padres denuncian que los m¨¦dicos no les informaron de la naturaleza del experimento
El Gobierno brit¨¢nico investiga la muerte de 28 beb¨¦s prematuros y los da?os cerebrales irreversibles que sufrieron otros 15 tras las pruebas efectuadas entre 1989 y 1993 en un hospital p¨²blico del centro de Inglaterra. En el ensayo fue utilizado un nuevo modelo de respirador artificial, similar a un pulm¨®n de acero, que evita la inserci¨®n de tubos en la garganta para insuflar aire. Los padres dicen que ignoraban la naturaleza experimental del tratamiento. Seg¨²n asegura el centro m¨¦dico en un comunicado, todos ellos dieron su consentimiento por escrito.
En el experimento, dirigido por el pediatra David Southall, participaron 122 beb¨¦s prematuros. Otro grupo de igual n¨²mero fue ayudado a respirar -la inmadurez pulmonar es uno de los problemas m¨¢s graves de estos ni?os- por medio de ventiladores tradicionales.El escenario de los hechos fue el hospital North Staffordshire, en Stoke-on-Tren, regi¨®n famosa por sus porcelanas. Perteneciente a la red sanitaria p¨²blica, la asociaci¨®n que lo gestiona subraya que el estudio fue aprobado por su comit¨¦ de ¨¦tica. "Todas las familias involucradas, adem¨¢s, confirmaron por escrito su participaci¨®n", seg¨²n el comunicado hecho p¨²blico ayer.
Carl y Debbie Henshall, los padres que han desencadenado con su queja la investigaci¨®n oficial, recuerdan los hechos de otro modo. En febrero de 1992 perdieron una ni?a, Stacey, sujeta al nuevo ventilador. En diciembre de ese mismo a?o, su hija Sofie se qued¨® cuadrapl¨¦jica tras participar en el mismo ensayo. La revolucionaria t¨¦cnica que les mostraron supon¨ªa la inclusi¨®n de los beb¨¦s en una c¨¢mara a baja presi¨®n. El aire penetraba en sus pulmones gracias a la "fuerza extrator¨¢cica ejercida sobre los pulmones, facilitada por la cinta que sellaba sus cuellos", en palabras del propio pediatra ahora en entredicho. El nuevo aparato ya no se usa con reci¨¦n nacidos sino con ni?os algo mayores.
"Cuando nos hablaron de este ventilador cre¨ªmos estar salvados. Literalmente nos vendieron el producto compar¨¢ndolo con los terribles efectos del m¨¦todo convencional", han dicho ahora los Henshall. El m¨¢s com¨²n de ¨¦stos es la posible ruptura de tejidos a¨²n en formaci¨®n provocada por la inserci¨®n de tubos respiratorios en la garganta.
La primera noticia del ensayo, y su participaci¨®n en el mismo, se la dio otro especialista al diagnosticar la minusval¨ªa de Sofie. "Esta familia asegura que no les explicaron bien la naturaleza de la prueba. Tampoco hay que descartar que la misma se prolongara demasiado tiempo", seg¨²n Llin Golding, diputada laborista de su distrito que ha tramitado la reclamaci¨®n. Otras 18 familias han acudido entretanto con relatos similares al Consejo General de la Medicina.
La duraci¨®n de las investigaciones es uno de los primeros puntos oscuros que su comit¨¦ de ¨¦tica debe aclarar. Para ello cuenta con la ayuda de un informe publicado en diciembre de 1996 en la revista cient¨ªfica estadounidense Pediatrics.
El mismo se?alaba claramente las diferencias de flujo sangu¨ªneo recibido por el cerebro de los beb¨¦s del pulm¨®n de acero. Una prueba de ultrasonidos detect¨® la anomal¨ªa.
El hospital ha recordado asimismo que el ¨ªndice de mortalidad y minusval¨ªa result¨® similar en ambos grupos de beb¨¦s. "Nada prueba la relaci¨®n directa entre los fallecimientos y el uso del nuevo ventilador", concluyen. El caso ha sido ya comparado con el esc¨¢ndalo de las fallidas operaciones de coraz¨®n de otro centro m¨¦dico, en la ciudad de Bristol. All¨ª pereci¨® casi una treintena de menores.
Dos cardi¨®logos fueron expulsados en 1998 del Colegio de M¨¦dicos por negligencia. Ahora se ha sabido que los corazones y otros ¨®rganos fueron extra¨ªdos para la investigaci¨®n sin que las familias recuerden haberlo autorizado.
El pediatra Southall, que cuenta con defensores ac¨¦rrimos y cr¨ªticos feroces en el Reino Unido, debe su prestigio a un estudio sobre el s¨ªndrome de la muerte s¨²bita infantil.
Otro trabajo sobre abuso de menores, basado en el uso de filmaciones secretas de los malos tratos que los peque?os recib¨ªan de los progenitores en los hospitales, le vali¨® las iras de sus colegas. Este estudio provoc¨® la detenci¨®n de 34 progenitores entre 1986 y 1994 pero algunos de ellos fueron acusados por error.
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