"Solas", bella pel¨ªcula andaluza, cierra la participaci¨®n espa?ola
Stephen Frears sigue los pasos perdidos de Peckinpah y se pierde
ENVIADO ESPECIALFuera de concurso, termin¨® anoche entre ovaciones la participaci¨®n del cine espa?ol. El p¨²blico del Panorama fue secuestrado por la llaneza y la verdad de Solas, un fr¨¢gil y conmovedor relato intimista dirigido por Benito Zambrano. En la competici¨®n entraron el filme chino H¨¦roes comunes y el estadounidense The Hi-Lo Country, ambas muy interesantes, pero no totalmente logradas.
La participaci¨®n espa?ola termin¨® ayer con una buena carambola a tres bandas. Por un lado, Pen¨¦lope Cruz -tras la admiraci¨®n que dej¨® flotando aqu¨ª tras el paso de La ni?a de tus ojos- reapareci¨® en su primer trabajo en Hollywood, la preciosa composici¨®n que logra de la muchacha chicana de The Hy-Lo Country. Minutos antes se proyect¨® El topo y el hada, cortometraje del pintor y m¨²sico Grojo. Pas¨® la prueba, pl¨¢sticamente muy curiosa, pero hubo disidentes, cosa comprensible si se tiene en cuenta que hace un ejercicio abusivo de truquer¨ªo digital.Pero lo mejor lleg¨® con el gozoso descubrimiento de la pel¨ªcula andaluza Solas, proyectada en el Panorama ante un p¨²blico atrapado por la sencillez y sinceridad de un relato de buena hechura, al que da alma un reparto de alta calidad, compuesto por int¨¦rpretes que clavan sus peque?os y hermosos personajes, gente m¨ªsera y a la deriva, due?os de una poderosa sensaci¨®n de verdad, que la c¨¢mara del director y guionista Benito Zambrano ensancha mir¨¢ndoles fraternalmente a la altura de los ojos.
El d¨²o madre-hija que bordan en su cubil sevillano Mar¨ªa Galiana y Ana Fern¨¢ndez, terciado por el vecino asturiano Carlos ?lvarez Novoa, y complementado por Antonio Dechent, Paco de Osca y todos y cada uno de los fugaces int¨¦rpretes de paso que van desfilando a lo largo de los tramos del idilio de las dos mujeres protagonistas, logra convertir a la pantalla de Solas en un foco de contagio que conmueve y cautiva -s¨®lo una pega m¨ªnima: a Zambrano le sobran palabras que le impiden desarrollar m¨¢s las elipsis sugeridoras, la elocuencia de los silencios- sin acudir a ning¨²n exceso melodram¨¢tico, con compleja sencillez y dif¨ªcil facilidad.
Dice Zambrano: "He intentado hacer una pel¨ªcula insistente, que no le d¨¦ respiro al espectador. Que busque la grandeza y la miseria de los personajes. Una pel¨ªcula donde la c¨¢mara comprenda el drama de los personajes. Una c¨¢mara que se detenga e intente extirpar, de cada peque?o detalle de la vida cotidiana, el drama o el significado de la vida de esos infelices, sin sentimentalismos y sin trampas. Una pel¨ªcula sobria, que intente dignificar a sus personajes, que los trate con respeto y los arrope con una suave y casi imperceptible atm¨®sfera de poes¨ªa. Una pel¨ªcula que parezca pesimista, pero que en el fondo no lo sea. Una pel¨ªcula que tenga una manera propia de comunicarse y que busque, sobre todo, una verdad, por fugaz que ¨¦sta sea. La incomunicaci¨®n entre dos generaciones de mujeres son el asunto central de esta historia, al que hay que a?adir otros, como el de la terrible soledad que sufren los ancianos en las grandes ciudades". Tard¨® Zambrano siete a?os en conseguir dinero para su aventura. No ha sido in¨²til su empe?o. Logr¨® lo que se propon¨ªa.
Horas antes, en el concurso, entraron en liza dos interesantes pel¨ªculas. Una es la china H¨¦roes comunes, dirigida por Ann Hui, una veterana nacida en Manchuria en 1947, que cuenta, con r¨¢fagas estupendas, el relato, algo embarullado para quien no conozca los hechos hist¨®ricos, de un grupo de j¨®venes luchadores trotskistas desde la sublevaci¨®n de los parias de Hong Kong en 1979 a la matanza de estudiantes de la plaza de Tiananmen en 1989. La otra es la estadounidense The Hy-Lo Country, dirigida por el brit¨¢nico Stephen Frears, producida por Martin Scorsese e interpretada por Woody Harrelson, Billy Crudup, Patricia Arquette y Pen¨¦lope Cruz. Es una pel¨ªcula muy atractiva, que se devora gracias a la apasionante historia de amor y amistad que cuenta. Pero padece dos defectos graves. Uno es la fotograf¨ªa, que en s¨ª misma es magn¨ªfica, pero que aplicada a lo que cuenta resulta en exceso preciosista. El otro es la falta de aut¨¦ntico fuego er¨®tico (completamente medular en un relato como ¨¦ste) en la relaci¨®n entre Woody Harrelson y Patricia Arquette.
Babelia
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