Desaf¨ªo franco-alem¨¢n a Espa?a en la UE
Bonn y Par¨ªs aceptan preservar el Fondo de Cohesi¨®n a cambio de rebajar otras sustanciosas ayudas
Habilidosa trampa. A Espa?a le podr¨ªa costar muy cara una defensa numantina exclusiva del Fondo de Cohesi¨®n. Francia y Alemania se han mostrado dispuestas, en discretas negociaciones bilaterales, a conservar el emblem¨¢tico fondo para el per¨ªodo 2000-2006, e incluso a aumentarlo. A condici¨®n de que acepte una rebaja general en todos los dem¨¢s fondos estructurales y su reorientaci¨®n de manera que se favorezca a las regiones pobres de los pa¨ªses pr¨®speros en detrimento de las regiones pobres de los pa¨ªses pobres.A las p¨¦rdidas econ¨®micas que implica la operaci¨®n -entre un cuarto de bill¨®n de pesetas y dos billones, seg¨²n se cuente-, porque el Fondo de Cohesi¨®n supone s¨®lo el 16,8% del total de transferencias estructurales que recibe Espa?a, hay que a?adir el coste pol¨ªtico. Si aceptase el trato el Gobierno espa?ol deber¨ªa dejar en la estacada a sus aliados, Grecia y Portugal, que resultar¨ªan m¨¢s perjudicados.
El ¨¦nfasis casi exclusivo de la clase dirigente, la prensa y la opini¨®n espa?olas en defensa del Fondo de Cohesi¨®n encierra un peligro. A saber, que acaben manteni¨¦ndose sus dotaciones, pero que se rebajen las transferencias derivadas de los dem¨¢s fondos (Fondo de Desarrollo Regional, Fondo Social, FEOGA orientaci¨®n), muchas m¨¢s sustanciales para Espa?a.
Par¨ªs y Bonn han comprendido que, para el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, la conservaci¨®n del Fondo de Cohesi¨®n es pol¨ªticamente trascendental. Por tres razones. Porque no puede renunciar a ¨¦l, apareciendo como alguien que pierde lo que el presidente Felipe Gonz¨¢lez consigui¨® a cara de perro en Edimburgo hace siete a?os -precisa-mente la dotaci¨®n presupuestaria de ese fondo- y menos a¨²n despu¨¦s de que el propio Aznar le criticara durante las negociaciones de aquella cumbre tild¨¢ndole de "pedig¨¹e?o".
Porque, en segundo lugar, es un Fondo flexible en cuanto al destino territorial de sus recursos -no predeterminado por los niveles de riqueza de cada regi¨®n-, lo que permite al Gobierno central compensar la menor ayuda europea que reciben comunidades ricas como Catalu?a o el Pa¨ªs Vasco, engrasando as¨ª, adem¨¢s, su alianza pol¨ªtica con los nacionalistas.
Y porque, en tercer lugar, este Fondo sigue siendo v¨¢lido en su objetivo fundacional: garantizar la continuidad inversora de los pa¨ªses pobres (con renta per c¨¢pita inferior al 90% de la media comunitaria), amenazada por el mayor esfuerzo relativo en sus presupuestos que deben realizar para mantener la convergencia nominal.
Y as¨ª, en las negociaciones de estos d¨ªas, tanto p¨²blicas como reservadas, Francia y Alemania est¨¢n utilizando el Fondo de Cohesi¨®n como reh¨¦n en la batalla financiera de la Agenda 2000 (las perspectivas presupuestarias de la Uni¨®n Europea para el septenio 2000-2006), que hoy marcar¨¢ un hito en el c¨®nclave de ministros de Asuntos Exteriores, preparatorio de la minicumbre de los Quince prevista para el pr¨®ximo d¨ªa 26 en Bonn.
Par¨ªs y Bonn han lanzado p¨²blicamente distintas ideas sobre el futuro del famoso fondo: suprimirlo para los beneficiarios que se hayan integrado en el euro; reducirlo progresivamente hasta su desaparici¨®n en el 2006; recortar los beneficios a medida que sus beneficiarios se acerquen al 90% de la renta media, frontera desde la cual se deja de tener derecho a percibirlo; reducir simplemente su importe... Todo eso ha estado o est¨¢ en los documentos oficiales de la presidencia alemana.
Pero esos papeles de momento s¨®lo valen a efectos t¨¢cticos y tambi¨¦n para la galer¨ªa. En la verdadera negociaci¨®n, la subterr¨¢nea -Madrid ha mantenido cinco contactos de alto nivel con Bonn; y otros tantos con Par¨ªs- ambas capitales, pero con mayor nitidez la francesa, han mostrado su disposici¨®n a mantener el Fondo.
M¨¢s sorprendente a¨²n, algunos negociadores han ofrecido a Espa?a aumentar su dotaci¨®n, "con lo que Aznar se apuntar¨ªa un gran tanto simb¨®lico", seg¨²n indic¨® a este peri¨®dico una fuente asociada a la negociaci¨®n. A cambio, el Gobierno deber¨ªa aceptar dos medidas. Primera, un dr¨¢stico recorte general en todos los dem¨¢s fondos: los 218.400 millones de euros para el septenio propuestos por la Comisi¨®n en su Agenda 2000 para el primer septenio del siglo XXI se rebajar¨ªan un 20%, a 173.000 millones.
Como Espa?a recibe una media del 22,5% del total transferido a los Quince por ese concepto (38.473 de los 170.945 millones de euros en el per¨ªodo 1994-1999, v¨¦ase grafico), perder¨ªa por este concepto un total de 10.215 millones de euros (1,7 billones de pesetas en el per¨ªodo), m¨¢s o menos lo que Grecia y Portugal juntas. Ese ahorro beneficiar¨ªa a los pa¨ªses contribuyentes netos, como Alemania.
La segunda medida, m¨¢s compleja, es la eliminaci¨®n del baremo de la prosperidad nacional para el reparto de los fondos entre los Estados miembros. Para atribuir las cantidades de los objetivos 1 y 2 (que subvencionan a las regiones con renta inferior al 75% de la media y a las que sufren declive industrial) se utiliza desde tiempo inmemorial una cesta de criterios: poblaci¨®n, riqueza regional relativa, d¨¦ficits estructurales... y riqueza nacional relativa, medida en producto nacional bruto (PNB), que pondera un 18%.
El factor PNB permite intensificar las ayudas a las regiones pobres de los pa¨ªses pobres (Extremadura) que a las pobres de los pa¨ªses ricos (los l?nder alemanes orientales), y su supresi¨®n beneficiar¨ªa, por tanto, a ¨¦stas ¨²ltima.
Es lo que proponen Par¨ªs y Bonn. "Interesa mantener el criterio, porque los pa¨ªses pobres tienen menos posibilidades que los ricos de ayudar a sus regiones menos pr¨®speras, como lo demuestra la mayor intensidad de las ayudas de Estado a las regiones desfavorecidas en los pa¨ªses ricos", discrep¨® en declaraciones a EL PA?S la comisaria de Fondos Estructurales, la alemana Monika Wulf-Mathies.
Traducido a cifras, la eliminaci¨®n del baremo supondr¨ªa un recorte para Espa?a de casi 2.800 millones de euros (466.000 millones de pesetas) en el septenio, de 5.000 para Grecia y de 4.000 para Portugal. Y un aumento de 4.000 millones para Alemania e Italia.
Entre el recorte general y la eliminaci¨®n del criterio de prosperidad nacional, Espa?a perder¨ªa 13.015 millones de euros (2,16 billones de pesetas). Pero conservar¨ªa el Fondo de Cohesi¨®n. Si se dota con lo propuesto por la Comisi¨®n (21.000 millones de euros para el septenio) y teniendo en cuenta que Espa?a absorbe el 55% del total, obtendr¨ªa 11.550 millones de euros, 1,9 billones en el septenio.
?Pueden mezclarse ambas cifras? Seg¨²n. El presidente Aznar ha dicho que defender¨¢ hasta la ¨²ltima gota tanto el Fondo de Cohesi¨®n como el resto de los fondos estructurales. Y en las negociaciones oficiales, Espa?a se manifiesta en contra el recorte general, contra la eliminaci¨®n del criterio de prosperidad nacional y por el mantenimiento ¨ªntegro de la propuesta de la Comisi¨®n para el Fondo de Cohesi¨®n.
Pero Par¨ªs y Bonn no est¨¢n por esa labor. Argumentan que con su f¨®rmula, la p¨¦rdida para Espa?a ser¨ªa muy peque?a, de s¨®lo 1.465 millones de euros (13.015 menos 11.550), o 244.000 millones de pesetas, y por tanto resultar¨ªa asumible cuando todos deben apretarse el cintur¨®n.
Les inquieta m¨¢s a Par¨ªs y a Bonn las elevadas ayudas otorgadas a los otros sure?os, que representa el 3,18% del PIB para Grecia y el 3,5% para Portugal mientras que para Espa?a s¨®lo suponen el 1,59%. Lisboa y Atenas saldr¨ªan, con las dos medidas propuestas, mucho m¨¢s perjudicadas que Madrid, no s¨®lo porque reciben proporcionalmente m¨¢s de los fondos estructurales, sino tambi¨¦n porque reciben menos del Fondo de Cohesi¨®n.
A la discusi¨®n econ¨®mica se une pues la pol¨ªtica. Aceptar la f¨®rmula significar¨ªa romper el llamado frente de la cohesi¨®n o bloque de los pobres. Altos cargos de Hacienda y Exteriores sostienen que eso apenas importa porque "no hay que olvidar que Grecia y Portugal dejaron s¨®lo a Felipe Gonz¨¢lez en Edimburgo" en 1992 y porque "ya se les comprar¨¢ con otras compensaciones".
Otros discrepan: "No dejaremos a portugueses y griegos en la estacada, Espa?a no puede renunciar a su papel pol¨ªtico en la UE, que es liderar el Sur".
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