La muerte de Roque Dalton
El art¨ªculo publicado por su peri¨®dico sobre mi persona provoc¨®, entre otras reacciones, una carta sobre la muerte del poeta Roque Dalton. Hay en ella afirmaciones que no se corresponden con la verdad y desear¨ªa poder aclararlas. En 1975, yo no era jefe militar ni pol¨ªtico de la organizaci¨®n guerrillera Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo (ERP). Por lo tanto, no pude ser el responsable directo, ni intelectual ni material, de la muerte de Dalton. Las falsas acusaciones a Dalton de ser miembro de la CIA fueron parte de un debate entre viejos militantes comunistas con los cuales no tengo relaci¨®n generacional y el hecho material fue responsabilidad del entonces jefe militar del ERP. Yo asum¨ª la jefatura del ERP en 1977. Sin embargo, en 1992 el ERP promovi¨®, por su propia iniciativa, una investigaci¨®n para intentar localizar los restos de Dalton. ?sta fue llevada a cabo por la Divisi¨®n de Derechos Humanos de la Misi¨®n de Naciones Unidad para El Salvador (ONUSAL), presidida por el doctor Diego Garc¨ªa Say¨¢n. Tambi¨¦n, durante 1992, sostuve largas conversaciones con los hijos de Roque Dalton y ellos publicaron estas entrevistas en el peri¨®dico Exc¨¦lsior, de M¨¦xico. En 1993 conced¨ª una entrevista a El Diario de Hoy, de El Salvador, donde, de nuevo, reconoc¨ªa el suceso como un grave error del ERP. A pesar de que todas las organizaciones revolucionarias de El Salvador cometieron violaciones a los derechos humanos, los dirigentes del ERP fuimos los ¨²nicos que asumimos la responsabilidad por ello ante la Comisi¨®n de la Verdad. Fui yo el ¨²nico dirigente involucrado en el conflicto que pidi¨® perd¨®n p¨²blicamente por los errores cometidos, mediante un discurso pronunciado durante la ceremonia de inicio del proceso de paz, en febrero de 1992, en San Salvador. Dicho discurso contiene una referencia a Dalton y fue transmitido por radio y televisi¨®n a todo el pa¨ªs. Pertenezco a un grupo m¨¢s joven, el que hered¨® la conducci¨®n del ERP de la generaci¨®n que lo fund¨®. Convertimos al ERP en la organizaci¨®n revolucionaria m¨¢s din¨¢mica de la insurgencia salvadore?a. En esa condici¨®n mi nombre adquiri¨® una presencia que nunca imagin¨¦ y ha sido el centro de muchos debates. El caso Dalton es com¨²nmente utilizado por extremistas, de derechas o de izquierdas, para atacar mi posici¨®n con la l¨®gica de "no oigan lo que piensa, sino acu¨¦rdense qui¨¦n es". De no haberme colocado la historia frente a la responsabilidad de dirigir la guerra, comprometerme seriamente con la paz y promover la modernizaci¨®n de izquierda, probablemente no ser¨ªa tan importante adjudicarme injustamente la muerte de Dalton. Casos como el anterior, y a¨²n m¨¢s graves, ocurrieron en el movimiento revolucionario salvadore?o y latinoamericano. Las organizaciones guerrilleras eran altamente ideol¨®gicas, con una disciplina vertical y un funcionamiento autoritario, en tanto eran movimientos reactivos frente a las dictaduras. Los conflictos generaron graves injusticias y p¨¦rdidas de vidas, que muy pocos se atreven ahora a reconocer como errores. Finalmente, reitero, como ya lo he hecho otras veces, que lamento profundamente la forma injusta y tr¨¢gica en que se produjo la muerte de Roque Dalton.-
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