La mitad de los norteamericanos retirar¨¢ dinero extra antes de a?o nuevo
Los agoreros creen que el fallo de los ordenadores puede destruir el planeta
Un n¨²mero cada vez mayor de norteamericanos, bastante ruidosos, opina que los albores del nuevo milenio van a traer buenas y malas noticias. La buena noticia es que podremos dejar de pagar nuestras facturas mensuales. La mala, que supondr¨¢ el fin del mundo que conocemos.Los agoreros creen que el fallo de los ordenadores en el a?o 2000 [los ordenadores, en general, representan los a?os mediante dos d¨ªgitos; los que no hayan arreglado el fallo, al leer el a?o 00, pensar¨¢n que es 1900] desencadenar¨¢ una serie de reacciones en la infraestructura tecnol¨®gica del planeta que acabar¨¢ por devolvernos a la Edad de Piedra como mucho. Otra opini¨®n m¨¢s pesimista es la de que, cuando se desplome el sistema bancario, se rompan las redes el¨¦ctricas y se agote el suministro de agua, estallar¨¢ una guerra nuclear, seguida de tormentas solares y una destrucci¨®n general en todo el planeta.
Es una posici¨®n extremista, quiz¨¢, pero no del todo sorprendente, en un pa¨ªs en el que uno de cada cuatro cristianos cree, seg¨²n una encuesta realizada por Associated Press en 1997, que antes de morir va a ver c¨®mo regresa Jesucristo para cumplir la profec¨ªa apocal¨ªptica del Antiguo Testamento, con los Cuatro Jinetes y la madre de todas las batallas, Armaggedon.
Las previsiones del Gobierno, que ha creado numerosos comit¨¦s para estudiar el problema del "efecto 2000", es que la situaci¨®n est¨¢ bajo control. El propio presidente Clinton ha declarado que se est¨¢ haciendo todo lo que hace falta para asegurarse de que "este problema inform¨¢tico del 2000 sea recordado como el ¨²ltimo quebradero de cabeza del siglo XX, y no la primera crisis del XXI".
Encuestas publicadas el mes pasado por Time y USA Today revelan que no todo el mundo est¨¢ tan convencido. La mitad de los estadounidenses afirma que piensa retirar una cantidad extra de dinero de su banco cuando se acerque la fecha de A?o Nuevo; un tercio declara que va a hacer acopio de alimentos no perecederos.
Dentro de ese tercio existe una pr¨®spera subcultura que ha utilizado, casi con regocijo, los datos emp¨ªricos existentes para fabricar un sistema de creencias construido a base de en¨¦rgicas im¨¢genes de la cat¨¢strofe mundial inminente.
Es una subcultura, s¨ª, pero ellos siguen siendo norteamericanos. Lo cual quiere decir que siguen teniendo, en abundancia, las dos caracter¨ªsticas principales de los habitantes de la ¨²ltima superpotencia: un optimismo sin l¨ªmites y una energ¨ªa incansable.
En otros pa¨ªses la gente podr¨ªa reaccionar con el esp¨ªritu del carpe diem (vivir el momento): cogerse unas largas vacaciones, olvidarse del colesterol y comer hasta explotar, beber, fumar y pas¨¢rselo bien.
No los habitantes de la tierra de la libertad. Ellos no van a consentir que un peque?o detalle como el apocalipsis que se avecina reprima su entusiasmo trabajador. La industria del juicio final se encuentra en plena expansi¨®n y est¨¢ ofreciendo a fan¨¢ticos religiosos y mercenarios comerciantes unas oportunidades inimaginables para lucir sus mercanc¨ªas.
Los profetas del olvido trabajan como locos, por un lado en Internet y, por otro, en los bosques, monta?as y cuevas donde se preparan para librar su ¨²ltima batalla.
Examinan la red mundial en busca de nuevos datos que les permitan corroborar su terrible visi¨®n y alimentar sus sue?os catastr¨®ficos. Se env¨ªan mensajes por correo electr¨®nico para fortalecer sus convicciones, informarse sobre las ¨²ltimas pruebas, que anuncian el desastre, intercambiar consejos sobre la mejor forma de practicar su nueva religi¨®n, "la preparaci¨®n para el a?o 2000". Compran generadores solares, leen manuales (como el titulado Vencer a la Bestia), ven v¨ªdeos educativos; hacen acopio de animales; asisten a cursos preventivos de terapia de grupo, y a clases para aprender a sobrevivir en la naturaleza; acumulan armas y municiones.
Est¨¢n convencidos de que los disturbios van a ser inevitables y van a sufrir asaltos las personas prudentes que hayan acaparado alimentos. En Arizona, un refugio rural en construcci¨®n llamado High 54 Ranch ofrece casas subterr¨¢neas, guardias armados las 24 horas, una verja de seguridad, instalaciones alimentadas con energ¨ªa solar. A los posibles compradores se les pide que lleven comida para un a?o y, al menos, un rifle y una pistola por familia, preferiblemente con 1.000 balas por cabeza.
El sumo sacerdote del apocalipsis es el doctor Gary North, cuyo sitio en Internet es el Vaticano o la Meca de la iglesia de la "preparaci¨®n para el a?o 2000". A su p¨¢gina acuden cientos de miles de personas cada d¨ªa. "Jam¨¢s en la historia de la humanidad -predica North- hemos sido capaces de predecir con tanta precisi¨®n una cat¨¢strofe mundial de esta magnitud. El reloj del milenio sigue avanzando. No podemos hacer nada".
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