Sangre fr¨ªa o desesperaci¨®n

S¨®lo la sangre fr¨ªa o un aut¨¦ntico ataque de desesperaci¨®n pueden explicar la conducta de Jos¨¦ Antonio tras asesinar supuestamente a Mar¨ªa ?ngeles. El hombre se deshace del coche de la v¨ªctima, la prueba m¨¢s intimidatoria, en un lugar totalmente abarrotado de gente. La playa del faro de Santa Pola es un lugar muy concurrido los domingos. Buceadores, pescadores, ciclistas y paseantes campan por todas partes. Por si fuera poco, el d¨ªa del crimen se inauguraba un merendero a pocos metros del lugar que eligi¨® para quemar y abandonar el coche de su v¨ªctima. Ayer, durante la reconstrucci¨®n de los hechos, un buen n¨²mero de curiosos se agolpaba en las inmediaciones del paraje atra¨ªdos por el despliegue de efectivos policiales. ?Qui¨¦n es el asesino?, preguntaban. Otros recordaban que hace justo una semana estaban en el mismo sitio. Sin embargo, nadie vio nada extra?o. Algunos recordaban el coche, otros aseguraban que estaba aparcado desde la siete de la ma?ana. Lo cierto es que la desesperaci¨®n o la sangre fr¨ªa ayud¨® a Jos¨¦ Antonio a realizar a pie unos siete kil¨®metros sin que nadie se percatara de su presencia. El hombre tuvo que pasar junto al merendero, donde a esas horas el presidente de la Diputaci¨®n, Julio de Espa?a, inauguraba la instalaci¨®n. Polic¨ªas locales vigilaban el acto.