Dos modelos de pa¨ªs se enfrentan en Ir¨¢n
Las nuevas generaciones pugnan con el poderoso clero para cambiar el r¨¦gimen en las primeras municipales desde 1979
![?ngeles Espinosa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F32bb7ff4-537e-43ea-9dab-0cb3f83ba60b.png?auth=fe7906998c48e4418837148be26d16b394f20655dd6a58f57c74c79fe3150bd9&width=100&height=100&smart=true)
ENVIADA ESPECIALSamira Yamee ni siquiera sabe cu¨¢ndo es la cita con las urnas. Y eso, a pesar del encarnizado debate que la convocatoria electoral del pr¨®ximo viernes ha desatado entre los principales grupos que compiten por el poder en Ir¨¢n. A pocos d¨ªas de las primeras elecciones municipales desde la creaci¨®n de la Rep¨²blica Isl¨¢mica (1979), la movilizaci¨®n popular es m¨ªnima y la actividad propagand¨ªstica apenas acaba de comenzar. Sin embargo, son 300.000 los candidatos que aspiran a ocupar uno de los 120.909 puestos de concejal en liza en todo el pa¨ªs, y el Gobierno de Mohamed Jatam¨ª espera de la participaci¨®n ciudadana un refrendo a su pol¨ªtica reformista.
"No estoy muy al tanto de la pol¨ªtica", se justifica Yamee, una universitaria teheran¨ª que refleja una actitud bastante extendida. Sin muchos datos sobre el contenido real de los consejos isl¨¢micos que van a elegirse para regir las ciudades y pueblos iran¨ªes, la preparaci¨®n de los comicios ha puesto de relieve los dos modelos de sociedad que enfrentan al estamento dirigente. Por un lado, el que aboga por el continuismo que favorece el ala m¨¢s conservadora del clero, con el apoyo del bazar (los comerciantes tradicionales) y de los sectores sociales que se han visto beneficiados por la revoluci¨®n isl¨¢mica. Por otro, el que preconiza una reforma (dentro del sistema) hacia la apertura y la modernizaci¨®n de la sociedad, que piden los j¨®venes (el 50% de la poblaci¨®n tiene menos de 20 a?os), las clases medias urbanas y todos aquellos que s¨®lo han visto deteriorarse su situaci¨®n econ¨®mica en las dos d¨¦cadas de r¨¦gimen teocr¨¢tico.
El debate se hubiera saldado en las urnas si no fuera por las particularidades del sistema iran¨ª. El enorme respaldo popular obtenido por Jatam¨ª en las presidenciales de mayo de 1997 (un 70% de los votos con un 87% de participaci¨®n) no se ha traducido todav¨ªa hoy, casi dos a?os despu¨¦s, en un verdadero control de los ¨®rganos de gobierno a causa del poder temporal que ostenta la figura religiosa del gu¨ªa espiritual, la m¨¢xima autoridad del pa¨ªs. De ¨¦l dependen las Fuerzas de Seguridad, la Radiotelevisi¨®n y numerosos ¨®rganos de escrutinio y supervisi¨®n que influyen directamente en que los poderes legislativo y judicial est¨¦n en manos conservadoras.
De ah¨ª el inter¨¦s de Jatam¨ª y de quienes le respaldan, una inesperada coalici¨®n de moderados y radicales que han captado el anhelo de cambio de sus compatriotas, en consolidar la experiencia democr¨¢tica y fortalecer la sociedad civil que les apoya. De ah¨ª tambi¨¦n el temor de los conservadores a dar su visto bueno a unos candidatos que, temen, van a poner en peligro su modelo de pa¨ªs.
Si la asistencia a la plegaria del viernes en la Universidad de Teher¨¢n sirve de term¨®metro, el fervor revolucionario ha descendido considerablemente. Decenas de autobuses traen a¨²n cada semana a las familias de los arrabales del sur de la capital y centenares de hombres y mujeres (separados por una lona) ocupan el campus para escuchar al orador de turno, pero ya hace a?os que la multitud no llena el recinto. El pasado viernes, el ayatol¨¢ Ahmad Yanati apenas logr¨® que los congregados corearan dos o tres veces, y un tanto desganados, el ya t¨®pico "Down, down with America" (sic, "abajo, abajo con Am¨¦rica"), aunque no desaprovech¨® la ocasi¨®n para dar consejos electorales.
"Deb¨¦is votar a alguien que crea en este sistema", pidi¨® Yanati en la segunda parte de su serm¨®n. "Su pasado importa. Tiene que creer en todas las creencias del ayatol¨¢ Jomeini y en el velayat-e-faguit ". Y por si hab¨ªa dudas sobre con qui¨¦n est¨¢n sus simpat¨ªas, a?adi¨®: "Algunos [candidatos] siguen el mismo esquema que en Occidente. Hacen cualquier cosa para ganar".
Tal vez Yanati se hab¨ªa percatado del despliegue de carteles y de propaganda electoral en los alrededores de la universidad. Desde el jueves, cuando por fin se hicieron p¨²blicas las listas de candidatos aceptados, los partidos y asociaciones que respaldan a los aspirantes pr¨®ximos a Jatam¨ª han inundado las calles de Teher¨¢n con sus p¨®sters. Tambi¨¦n en el resto del pa¨ªs ha empezado la campa?a, pero el car¨¢cter local de los comicios resta contenido pol¨ªtico a la convocatoria en peque?as ciudades y pueblos, donde lealtades familiares o tribales se imponen a otras consideraciones. Es en las grandes ciudades del pa¨ªs (Teher¨¢n, Isfah¨¢n y Mashad) donde conservadores y reformistas van a medir fuerzas.
En la capital, donde vive una sexta parte de la poblaci¨®n y deben elegirse 15 concejales, el campo pro-Jatam¨ª logr¨® finalmente la aprobaci¨®n por los diferentes comit¨¦s electorales de su figura clave, Abdol¨¢ Nur¨ª, el ministro del Interior al que los conservadores derribaron la pasada primavera con una moci¨®n de censura en el Parlamento. En un gesto de apoyo que debi¨® doler a sus enemigos pol¨ªticos, Jatam¨ª le nombr¨® entonces vicepresidente para Asuntos Sociales, un cargo para el que no requer¨ªa el visto bueno de los diputados y del que dimiti¨® hace unas semanas para poder presentarse al consejo municipal de Teher¨¢n.
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