Rambouillet bis
LOS ALIADOS se resisten a llamar a las cosas por su nombre. Despu¨¦s de 17 d¨ªas de enclaustramiento en el castillo de Rambouillet en los que no han sido capaces de forjar un compromiso sobre Kosovo entre serbios y albanokosovares, el Grupo de Contacto anuncia que los dos bandos en guerra volver¨¢n a encontrarse el pr¨®ximo 15 de marzo para seguir negociando. La nueva cita al filo de la primavera - m¨¢s de un a?o despu¨¦s de que comenzara la imparable escalada de la represi¨®n serbia en Kosovo- devuelve a la casilla inicial el sangriento y desigual pulso que se disputa en los Balcanes y anticipa terror y sufrimiento renovados. De hecho, las fuerzas de Belgrado est¨¢n incrementado sus ataques en los ¨²ltimos d¨ªas (9.000 civiles m¨¢s en fuga, seg¨²n Naciones Unidas) y la situacion de los observadores de la OSCE, algunos de los cuales han sido maltratados por los hombres de Milosevic, es considerada por sus responsables como insostenible sin una fuerza militar de apoyoPuesto que el fracaso de las negociaciones se atribuye a los dos bandos, su desenlace disipa, para alivio de la OTAN, las inacabables amenazas de inminente intervenci¨®n armada formuladas por la Alianza. Los serbios, que han rechazado hasta el ¨²ltimo momento un despliegue militar aliado en su territorio, se mostraban ayer dispuestos a seguir hablando del aspecto pol¨ªtico del plan: la autonom¨ªa de sus v¨ªctimas. La delegaci¨®n albanokosovar, en la que la guerrilla se consagra como actor indispensable, ha pedido dos semanas para consultar a sus bases sobre la firma de un compromiso que no menciona la posibilidad de un refer¨¦ndum sobre la independencia de Kosovo transcurridos los tres a?os de virtual protectorado internacional que prev¨¦ el plan estadounidense.
El fracaso de Rambouillet sugiere algunas consideraciones relevantes. La primera es que la conferencia de Par¨ªs -inaugurada por un teatral Jacques Chirac exclamando"?queremos paz en nuestro continente!"- ha naufragado porque los dos bandos enfrentados han percibido diferencias sustanciales en el supuesto frente unitario de los poderes convocantes: la resistencia rusa a un eventual protagonismo militar de la OTAN, la ambig¨¹edad francesa y la falta de convicci¨®n general del Grupo de Contacto. Que Europa, con intereses encontrados, es incapaz de poner orden en su patio trasero es evidente. Ocurri¨® en Bosnia antes del acuerdo de Dayton y se repite en Kosovo.
El creciente desentendimiento entre Estados Unidos y sus aliados es tambi¨¦n palmario. El conflicto de Kosovo no ha hecho sino profundizar las fisuras ya existentes en la Alianza Atl¨¢ntica. La credibilidad de la organizaci¨®n, que cumple en abril 50 a?os necesitada urgentemente de un nuevo objetivo, ha descendido a lo largo de un a?o en el que, coincidiendo con el c¨¦nit de las dificultades de Clinton, se ha enfangado en una escalada de innecesarios ultim¨¢tums contra el r¨¦gimen serbio cuya ejecuci¨®n siempre ha estado en duda. Su mayor intimidaci¨®n a prop¨®sito de Kosovo fue una suerte de festival a¨¦reo, en junio pasado, sobre Albania.
Rambouillet representa tambi¨¦n un triunfo m¨¢s de la inveterada t¨¢ctica de Milosevic de ganar tiempo en circunstancias cr¨ªticas. El dictador serbio, instigador y responsable de los tr¨¢gicos acontecimientos de Kosovo (¨¦l suprimi¨® la autonom¨ªa albanesa, instaur¨® un sistema de apartheid y ha desencadenado en el ¨²ltimo a?o matanzas indiscriminadas en cascada), se puede presentar ya ante los suyos como el jefe que ha echado un ¨®rdago a la OTAN, evitado su castigo y paralizado el despliegue de sus tropas en un rinc¨®n de Serbia.
No obstante hay que reconocer que en Rambouillet se ha esbozado el esquema de un eventual autogobierno para Kosovo, que podr¨ªa pacificar al menos temporalmente la regi¨®n y garantizar los derechos de los albanokosovares (al menos el 80% de la poblaci¨®n) y de la minor¨ªa serbia.
Pero el tiempo no juega precisamente a favor de la paz. La cita del 15 de marzo no puede abrir nuevos plazos. En v¨ªsperas de la primavera, cuando la guerra florece tradicionalmente en los Balcanes, a¨²n cabe temer lo peor: el recrudecimiento de la lucha -el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo, como ha quedado patente estos d¨ªas, ya no es un grupo de encapuchados cuya misma existencia se pon¨ªa en duda- y la creciente posibilidad de una desestabilizaci¨®n regional. Justo lo que Europa y EEUU hab¨ªan decidido cortar de una vez por todas el 29 de enero, cuando convocaron solemne e inapelablemente las negociaciones de Rambouillet.
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