Mosc¨² y Pek¨ªn forjan su cooperaci¨®n estrat¨¦gica para el siglo XXI

El presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, recibi¨® ayer al primer ministro chino, Zhu Rongji, con todos los honores en el Kremlin. Ambos estadistas profundizaron en una "cooperaci¨®n estrat¨¦gica" para el siglo XXI que responda al deseo com¨²n del pa¨ªs m¨¢s poblado y el m¨¢s extenso del planeta de evitar un mundo unipolar dominado por Estados Unidos como superpotencia ¨²nica.

El pasado noviembre, Yeltsin tuvo que recibir al presidente chino, Jiang Zemin, en una habitaci¨®n del hospital central de Mosc¨², en el que hab¨ªa sido internado con neumon¨ªa. Ahora, el presidente ruso, oficialmente recuperado de su ¨²lcera de est¨®mago sangrante, ha podido atender con normalidad a Zhu, uno de los principales impulsores de un modelo, seguido con gran inter¨¦s en Rusia, que ha permitido impulsar el desarrollo econ¨®mico sin aflojar el control pol¨ªtico del partido comunista.En los ¨²ltimos a?os, Yeltsin y Jiang Zemin han desarrollado una relaci¨®n que ha vuelto a convertir en oficialmente amigos a sus pa¨ªses, dejando atr¨¢s las tensiones de los a?os sesenta, que tuvieron (en 1969) un foco de guerra caliente. El componente m¨¢s simb¨®lico de esta reconciliaci¨®n fue la firma, en noviembre de 1997, del acuerdo que delimita la frontera oriental, de m¨¢s de 4.300 kil¨®metros.

Ahora, ambos pa¨ªses quieren dotar a su relaci¨®n de m¨¢s contenido econ¨®mico. Pretenden que, para el a?o 2000, el volumen de sus intercambios ascienda a 20.000 millones de d¨®lares anuales (unos tres billones de pesetas). No ser¨¢ f¨¢cil: en 1998, apenas si lleg¨® a los 5.500 millones, con una ca¨ªda del 10% debida en parte al impacto de la crisis de agosto en Rusia.

Zhu trat¨® ayer de proyectos tan ambiciosos como la construcci¨®n de una central nuclear en la provincia de Jiangsu o de un gasoducto para llevar a China miles de millones de metros c¨²bicos de gas de Siberia.