Vivir como en las pel¨ªculas
Las im¨¢genes del informativo del canal siete del condado de Miami- Dade eran tan gr¨¢ficas y tan sangrientas que muchos hoteles de la playa de Miami Beach, donde llegan millones de turistas al a?o, las han bloqueado en sus sistemas de cable.Aunque sensacionalistas, reflejaban la realidad que diariamente se vive en las 28 municipalidades del condado Miami-Dade, uno de los que encabezan la lista de mayor ¨ªndice de criminalidad de Estados Unidos.
La frustraci¨®n de las autoridades locales ante su impotencia para cambiar las leyes hizo que recurrieran hace un mes a los tribunales en busca de ayuda.
"Es un mensaje a esta industria de que ya no se puede lavar las manos que tiene llenas de la sangre de nuestros ni?os", subraya el alcalde del condado, Alex Penelas.
Con la demanda que ha entablado contra 26 fabricantes pretende recuperar los cientos de millones de d¨®lares que ha costado la atenci¨®n a las v¨ªctimas y, al mismo tiempo, que se equipen a las armas con dispositivos de seguridad para prevenir que alguien las pueda activar sin conocer el c¨®digo.
S¨®lo los muertos y heridos por bala menores de edad han costado el a?o pasado 129 millones de d¨®lares (unos 19.000 millones de pesetas) al Gobierno municipal de Miami-Dade.
Una de las facturas que se documenta en la querella asciende a 768.127 d¨®lares (115 millones de pesetas) por la hospitalizaci¨®n y tratamiento de un hombre de 40 a?os que recibi¨® varios disparos en el pecho en marzo de 1995. El ayuntamiento del condado pag¨® la factura.
Como ese caso hay otros 1.079 en los ¨²ltimos dos a?os en Miami-Dade, de personas de todas las edades que han muerto, intencionada o accidentalmente, a balazos.
El alcalde Penelas, pistola en mano, se present¨® hace un mes ante los legisladores locales para pedirles que votar¨¢n a favor de la demanda.
"Esto no es un juego, ni esto es un juguete", dijo levantando el rev¨®lver, "se trata de la vida, la vida en este condado".
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