La peor avalancha de los ¨²ltimos cincuenta a?os
Austria no sufr¨ªa desde 1954 un alud destructivo como los dos que arrasron el valle de Paznaun esta semana
Helic¨®pteros militares de Austria, Suiza, Alemania y Estados Unidos han trabajado sin descanso desde el mi¨¦rcoles para evacuar por aire a unas 6.000 personas de Galt¨¹r, Valzaur y otras poblaciones cercanas en el austriaco valle de Paznaun. Sobre esas dos estaciones de esqu¨ª tirolesas se abalanz¨® el martes y el mi¨¦rcoles la muerte blanca: dos aludes destructivos que se han cobrado 38 muertos en un invierno excepcionalmente siniestro en fallecidos por avalanchas de nieve en los Alpes. Entre Francia y Suiza, la cifra de muertos este invierno por aludes suma otros 30 a los 38 de Paznaun."Los Alpes: s¨¢lvese quien pueda", titulaba el viernes, en primera p¨¢gina, el diario suizo Le Matin. Y es que ¨¦ste es el peor invierno en aludes en los Alpes de los ¨²ltimos 50 a?os. En 1954, una mortal avalancha sepult¨® a 56 personas. Fue un alud similar al que aterroriz¨® el martes Galt¨¹r, donde 3.000 esquiadores se sumaban a una poblaci¨®n fija del pueblo de s¨®lo 700 habitantes. Todos ellos, y otros 3.000 residentes y turistas de localidades cercanas en este valle del Tirol, han sido evacuados en un puente a¨¦reo con ayuda militar. En Suiza, donde este invierno han fallecido una decena de personas en varias avalanchas, hay que remontarse a 1951 para recordar tama?a siniestralidad. En aquel a?o, prol¨ªfico en aludes, murieron 75 personas.
Santiago R¨ªos, experto en avalanchas de nieve del Instituto T¨¦cnico Geominero de Espa?a, no cree que la muerte blanca que ha azotado Austria esta semana sea fruto de la imprevisi¨®n. Afirma que el primer gran alud mortal de este invierno, el que cay¨® sobre la estaci¨®n francesa de Chamonix, se desliz¨® por una ladera considerada como segura. Como ejemplo siniestro, un matrimonio fallecido el martes en Galt¨¹r acababa de mudarse de casa, pues la situaci¨®n de su anterior vivienda fue calificada como en zona de riesgo de aludes. R¨ªos afirma que los pa¨ªses alpinos, sobre todo Suiza, llevan muchos a?os estudiando y controlando las zonas de riesgo de aludes. La meteorolog¨ªa, adem¨¢s, ha sido especialmente adversa en los Alpes, al sumarse tres grandes nevadas este invierno intercaladas con temperaturas m¨¢s suaves de lo habitual, que han impedido que se estabilice el manto de nieve.
Los ecologistas no creen que todo deba achacarse a la mala suerte. Irving Maier, de Greenpeace en Viena, asegura que en los ¨²ltimos a?os, por el auge de los deportes de nieve, "se han construido muchas m¨¢s casas y en altitudes que no pueden protegerse adecuadamente de las avalanchas". Galt¨¹r, que desde hace 400 a?os registra sus avalanchas y jam¨¢s hab¨ªa sufrido una como la del martes, est¨¢ ahora desierta. Las reservas tur¨ªsticas all¨ª y en buena parte de los Alpes se est¨¢n anulando y Austria ha encendido la alarma. Ten¨ªa previsto ingresar por turismo este a?o 165.000 millones de chelines (casi dos billones de pesetas), de los que 75.000 millones (907.500 millones de pesetas) proceder¨ªan del turismo invernal. Y es que s¨®lo el cierre del valle siniestrado cuesta 105 millones de chelines (1.270 millones de pesetas) a la semana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.