Una comisi¨®n del Gobierno brit¨¢nico critica el racismo de su sistema educativo
Los alumnos negros son expulsados cinco veces m¨¢s que los blancos
El mes de febrero ha marcado un hito para el futuro de la convivencia en el Reino Unido. Mientras un informe oficial calificaba a la polic¨ªa londinense de "intr¨ªnsecamente racista", la Comisi¨®n para la Igualdad Racial, dependiente del Ministerio del Interior, hac¨ªa lo propio con el sistema educativo. Seg¨²n su presidente, Herman Ouseley, la discriminaci¨®n ser¨ªa aqu¨ª de car¨¢cter "institucional". Una actitud tan arraigada que hace falta un debate nacional para frenar la sangr¨ªa de menores negros que abandonan la escuela secundaria.En 1996, fecha de los ¨²ltimos datos recopilados, 6,3 millones de escolares de 5 a 15 a?os acud¨ªa a diario a clase en Inglaterra y Gales (Escocia dispone de su propias normas en materia de Educaci¨®n). El 11% (704.000), pertenecen a las mencionadas minor¨ªas ¨¦tnicas. El Estado asegura su escolarizaci¨®n, pero lo sucedido de puertas adentro es ya otra cosa.
En igualdad de condiciones, un alumno brit¨¢nico de primaria negro y de origen caribe?o, tiene cinco veces m¨¢s posibilidades de ser expulsado a perpetuidad por motivos disciplinarios que el resto de sus compa?eros blancos. En la secundaria, el mismo grupo sigue siendo echado del colegio para siempre tres veces m¨¢s que el resto. Los negros de ascendencia africana suelen ser adultos que siguen estudios o cursillos de formaci¨®n superior, pero no han nacido en el Reino Unido, seg¨²n advierte la Comisi¨®n.
Una vez coronada la ense?anza obligatoria a los 15 a?os, las estad¨ªsticas sobre la poblaci¨®n estudiantil brit¨¢nica arrojan cifras singulares en el intervalo comprendido entre los 16 y los 19 a?os. Entre los ciudadanos que no son de raza blanca, un 81% de los que han terminado la secundaria contin¨²an y se preparan para cursar estudios superiores o acceden a la formaci¨®n profesional. En el caso de los blancos, el correspondiente porcentaje es del 67%.
Pero los blancos tienen a la larga menos dificultades laborales que los indios, paquistan¨ªes y negros africanos o caribe?os, principales grupos minoritarios asentados en el Reino Unido.
El hecho de que una relativamente elevada proporci¨®n de los blancos dejen los estudios antes de tiempo no explica bien la incidencia posterior del desempleo, que les afecta en menor medida. Sin ir m¨¢s lejos, un 11% de los j¨®venes de raza negra que hab¨ªan aprobado secundaria y un 6% de los asi¨¢ticos estaba en paro en 1997, cualquiera que fuese su grado de cualificaci¨®n. En el caso de los blancos, el porcentaje es del 3%.
Si se habla de personas sin estudios, el paro afecta al 34% de los negros y al 13% de los blancos. Para la comisi¨®n racial, el desfase se fragua mucho antes y en un ambiente en apariencia cordial, las aulas infantiles.
Para Herman Ouseley, la cabeza visible de la Comisi¨®n, explicar estos datos es tan sencillo como doloroso. "El racismo es inherente al sistema educativo brit¨¢nico. Se hacen bellas declaraciones de principios y muchos particulares tienen buenas intenciones, pero el resultado es el mismo, un racismo institucionalizado", ha dicho. Al frente de un organismo avalado por el propio Parlamento, Ouseley ha formulado a sus miembros varias de las preguntas m¨¢s punzantes de las ¨²ltimas semanas: "?Por qu¨¦ se sigue expulsando a tantos negros del colegio? ?Por qu¨¦ escasean los maestros de otra raza que no sea la blanca? ?Por qu¨¦ est¨¢n tan mal representadas las minor¨ªas ¨¦tnicas en los centros de poder educativo?", interrog¨® la pasada semana al Gobierno laborista poco antes de la aparici¨®n del llamado informe Lawrence.
Destinado a modificar las relaciones raciales en el Reino Unido, dicho documento no s¨®lo acusa a la polic¨ªa de Londres de racista por no resolver el asesinato del joven negro Stephen Lawrence. Aprovechando un hist¨®rico momento de prop¨®sito de enmienda generalizado, solicita que las medidas para combatir el racismo empiecen en la propia escuela. Lograrlo supondr¨¢ reformar antes los programas de estudios, incapaces ahora de promover la diversidad cultural ni de prevenir los prejuicios raciales.
Una vez sentadas las nuevas bases para la verdadera convivencia, las propios centros docentes tendr¨¢n que asegurarse de que condenan la presencia interna de elementos racistas. En uno de los apartados m¨¢s pol¨¦micos de sus propuestas, William Macpherson, juez jubilado y autor del informe Lawrence, pide a cada escuela que apunte cualquier choque de esta clase, informe de ello a los padres y publique luego una relaci¨®n anual de los altercados, con nombres y apellidos. Para algunos pedagogos brit¨¢nicos, el papel de los alumnos no debe reducirse a ser se?alados y avergonzados. La educaci¨®n y no los castigos erradican el racismo, seg¨²n ellos.
Para la Comisi¨®n para la Igualdad Racial, que estudiar¨¢ a fondo las nuevas propuestas, el informe supone el primer paso hacia un cambio del sistema educativo brit¨¢nico.
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