El tribunal pregunta a un testigo si se prepar¨® previamente al hablar de Isolux
El ex consejero delegado de Isolux, Jos¨¦ Manuel Losada, declar¨® ayer que tras un periodo de virtual quiebra Isolux sali¨® adelante tras la entrada en su accionariado del grupo de Eugenio Mart¨ªnez Jim¨¦nez (Valyser). Losada hizo una r¨¦plica punto por punto de la declaraci¨®n del testigo Manuel Reimunde, de Wat. El tribunal pregunt¨® a Losada si hab¨ªa le¨ªdo la declaraci¨®n de Reimunde previamente, a lo que respondi¨® que no.
Si te pasas un par de pueblos, malo; sobre todo, cuando en el tribunal hay algunos perros viejos, vamos, la ancianidad, a la que no sin humor, se refiri¨® el presidente del tribunal, Siro Garc¨ªa, la semana pasada.Jos¨¦ Manuel Losada, el hombre que seg¨²n Manuel Reimunde, de la sociedad Wat, representaba a una Isolux en grandes dificultades acudiendo a los concursos de adjudicaci¨®n de obras a bordo de un cadillac, declar¨® ayer que, en efecto, la sociedad estaba pr¨¢cticamente quebrada en los a?os ochenta y que tras la entrada de Valyser (julio de 1990) con un 40% comprado por 600 millones de pesetas a Banesto, las cosas cambiaron radicalmente. Losada achac¨® todos los problemas surgidos en 1992 y 1993 a los pasivos ocultos y contingencias fiscales de la sociedad Wat, que fue absorbida por Isolux en una operaci¨®n que promocion¨® Mario Conde en persona.
Losada manifest¨® que nunca le fue presentado Eugenio Mart¨ªnez Jim¨¦nez y Valyser como representantes o vinculados a Mario Conde. "Si as¨ª fuera lo dir¨ªa aqu¨ª", dijo. Defini¨® a Mart¨ªnez Jim¨¦nez como un hombre din¨¢mico, con grandes relaciones internacionales, por haber trabajado en IBM Francia. "?l puso a disposici¨®n de Isolux esas relaciones. Recuerdo diversos contratos, uno de ellos con la sociedad Alcatel, dirigidos a un proyecto de edificios inteligentes, en los que influyeron sus relaciones", dijo.
El interrogatorio de la defensa de Mart¨ªnez Jim¨¦nez no calibr¨® -o decidi¨® que era lo que mejor conven¨ªa a su cliente-, que en cierto momento el testigo parec¨ªa limitarse a glosar las excelencias de Valyser. El tribunal advirti¨® que algunas preguntas eran impertinentes e inquiri¨® al letrado Juan Garc¨ªa Alarc¨®n qu¨¦ relaci¨®n ten¨ªan con el asunto. El letrado se mantuvo en sus trece. Hasta que el tribunal apunt¨® que su declaraci¨®n parec¨ªa estar preparada para contestar las afirmaciones de Manuel Reimunde. El tribunal pregunt¨® directamente a Losada si hab¨ªa tenido conocimiento de esa declaraci¨®n previamente, a lo que el testigo respondi¨® que no.
Felipe Pujol, ex consejero delegado de la Uni¨®n y el F¨¦nix, declar¨® ayer que se adquiri¨® el palacete de Fernando el Santo por invertir en inmuebles y, sobre todo, porque la Corporaci¨®n Industrial aseguraba un contrato de alquiler que ofrec¨ªa la rentabilidad m¨¢s alta del mercado. Dijo que Conde dej¨® a su criterio decidir sobre la adquisici¨®n del edificio.
Taparse la nariz
Hay una pregunta de algunos acusados que anticipaba un sentimiento de verg¨¹enza ajena cuando llegase la operaci¨®n locales ( evaporaci¨®n de unos 1.700 millones en una operaci¨®n de m¨²ltiples compras y ventas de naves en Alcal¨¢ de Henares por parte de Banesto, en los a?os 1989 y 1990). El ¨²nico acusado: Fernando Garro. Ayer uno tend¨ªa a taparse la nariz para evitar el hedor. Tres testigos "amigos" pasaron por la sala: Francisco Ayerra, Jos¨¦ Miguel Castillo y Juan Ciudad Palomo. La estrella fue Ciudad Palomo. Hombre bajo, de pelo abundante, entrecano, luc¨ªa bigote poblado. Dijo que era apoderado de dos empresas de construcci¨®n. Se le pregunt¨® por los propietarios y como quien oye hablar de Marte. No recordaba. A trav¨¦s de Ayerra, que habl¨® con Castillo, le encargaron un estudio y unas obras por unos 400 millones de pesetas "para Banesto". El enlace con Banesto, seg¨²n el amigo Castillo, era Tom¨¢s Allende y Mil¨¢ns del Bosch, hijo del conocido ministro de Agricultura. Allende, dijo Castillo, trabajaba para Banesto. Ayerra y Castillo se llevaron por la presentaci¨®n 7,5 millones cada uno. Ciudad Palomo se hizo con el "proyecto". Lo primero: contact¨® con otra empresa cuyo nombre recordaba mal y a duras penas, para que hiciese un "informe medioambiental".Ciudad Palomo lo entreg¨®. Le pagaron 50 millones, dio cinco a los autores y se qued¨® con los 45 millones restantes. De la obra, nada. Previamente, hab¨ªa firmado un recibo por 400 millones.
Eso s¨ª Ciudad Palomo asegura que habl¨® del tema con un tal "Inchausti". Se trata de Pedro Insauriaga, interventor de Banesto, ya fallecido.
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