BIANCA JAGGER DIRIGENTE DE AI "Necesitamos creernos que los individuos pueden cambiar el mundo"
Fue icono de belleza y de buen vivir. Ahora utiliza la fama que la persigue desde entonces y desde su apellido para atraer la atenci¨®n hacia las violaciones de los derechos humanos. Ayer, les refresc¨® la memoria a los asistentes al VII Congreso de Abogac¨ªa sobre las atrocidades cometidas en la antigua Yugoslavia. Desde Amnist¨ªa Internacional, Human Rights Watch o sus campa?as contra la pena de muerte en EE UU, sus ojos han pasado de ser ex¨®tica belleza a representantes de toda una generaci¨®n que supo disfrutar como nadie y ahora tambi¨¦n sabe luchar contra lo injusto o inhumano. Pregunta. Usted disfrut¨® de lo bueno del mundo y ahora dedica su tiempo a la parte m¨¢s cruel ?C¨®mo se hace? Respuesta. Es muy simple. Yo nac¨ª en Nicaragua, en un pa¨ªs en el que mi infancia y adolescencia tuvieron lugar bajo una dictadura. Yo nac¨ª en el Tercer Mundo y cuando sal¨ª de all¨ª lo hice para estudiar Ciencias Pol¨ªticas. Es cierto que hubo un par¨¦ntesis, dentro de mi vida, pero cuando yo me encontr¨¦ libre, por decirlo de alguna manera, volv¨ª a ser lo que me hab¨ªa propuesto cuando era una adolescente. P. ?Es peor el mundo ahora que hace un par de d¨¦cadas? R. Creo que s¨ª, porque hay una doble moral. S¨ª es cierto que en Europa existieron genocidios, como los de la Segunda Guerra Mundial. Ahora se siguen cometiendo, pero delante de los medios de comunicaci¨®n, luego no podemos seguir pretendiendo que no supimos lo que estaba ocurriendo en Bosnia o que ignoramos lo que sucede ahora mismo en Kosovo. Es inconcebible y c¨ªnico que la comunidad internacional no tome ninguna medida para arrestar a gente como Karadzic o Vladic y se considere un garantizador de la paz a Milosevic. P. ?C¨®mo se porta la UE en todo esto? R. De manera ambigua, la credibilidad del Grupo de Contacto est¨¢ en entredicho, por las numerosas amenazas huecas que hacen, como por ejemplo a Milosevic. P. ?Fallan los gobiernos o tambi¨¦n las personas? R. Fallan los gobiernos, falla la falta de liderazgo, la carencia de fuerza moral. Pero, sobre todo, hemos perdido la creencia de que los individuos pueden llevar a cambios y que una persona puede cambiar el curso de la Historia. Necesitamos creernos que podemos tomar parte en lo que est¨¢ ocurriendo en el mundo. A veces pensamos que las dificultades son insuperables. P. Eso parecer sentirse m¨¢s en el Tercer Mundo que en los acomodados y burocratizados pa¨ªses ricos. R. Tal vez un poco m¨¢s que en el Primer Mundo, pero insisto en que se est¨¢ perdiendo. Tal vez los problemas son tan devastadores y las burocracias tan asfixiantes que las personas s¨®lo pueden quedarse pregunt¨¢ndose qu¨¦ es lo que pueden hacer.
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