"No hay m¨¢s fraude en Bruselas que en los Gobiernos"
Jan O. Karlsson (Estocolmo, 1939) es desde enero el presidente del Tribunal de Cuentas Europeo, el organismo encargado de auditar a la Comisi¨®n, cuyos trabajos han destapado numerosas irregularidades de gesti¨®n
Pese a su simpat¨ªa, Jan O. Karlsson acarrea fama de riguroso y duro, aunque carece del aura inquisidora de su predecesor. En ¨¦sta su primera entrevista con un medio de la Europa del sur denuncia las causas profundas de las irregularidades. Eval¨²a el nivel de fraude comunitario al mismo nivel que el nacional, sin "magnificarlo" como han hecho -critica acerbadamente- ciertos peri¨®dicos y pol¨ªticos. Resalta la "muy adecuada" reacci¨®n del comisario espa?ol Manuel Mar¨ªn ante el primer s¨ªntoma de corrupci¨®n en su departamento. Y propone recetas para combatirla a Bruselas y a los Gobiernos.Pregunta. ?Es muy deficiente la gesti¨®n de la Comisi¨®n sobre los recursos presupuestarios europeos?
Respuesta. M¨¢s o menos como la de los Estados miembros, que administran el 85% del presupuesto. Como en muchas otras administraciones, hay grandes diferencias entre departamentos, por sus distintas tradiciones, por la naturaleza de sus tareas, seg¨²n si el ¨¢mbito de su actuaci¨®n es est¨¢tico o bien muy cambiante y din¨¢mico. La Comisi¨®n debe repensar la propia estructura de su Administraci¨®n, sabiendo que su ¨²nica salida es emplear la flexibilidad para atribuir funcionarios y dinero, porque es imposible conseguir m¨¢s recursos.
P. Eso requerir¨ªa el acuerdo de los Gobiernos.
R. Los Gobiernos deben descartar la ilusi¨®n de que a un funcionario se le puede usar dos veces. Si se encomiendan m¨¢s tareas pero se mantiene el mismo personal, el esquema no funciona. Es un caldo de cultivo para la mala gesti¨®n, porque se depende demasiado de las agencias de asistencia t¨¦cnica externas y de los controles exteriores. Y eso genera riesgo de fraude. Que los Gobiernos sean realistas: d¨ªganle, si quieren, a la Comisi¨®n que no haga m¨¢s cosas, pero eviten encomendarle m¨¢s tareas manteniendo al mismo personal.
P. ?Ad¨®nde llega el fraude en la Comisi¨®n?
R. La causa del espejismo que se ha creado es que cuando descubres fraude en un Estado miembro a nadie se le ocurre que debe cerrarse ese Estado. Cuando se descubre en la Comisi¨®n, muchos aprovechan para socavarla, y con ella, a la construcci¨®n europea. Aprovechan para decir que cualquier dinero enviado al presupuesto com¨²n se dilapida, y que por tanto es mejor no enviarlo. Nosotros hemos descubierto muchas irregularidades, pero no son tan graves como han querido magnificar algunos medios de comunicaci¨®n y algunos pol¨ªticos. Ciertos periodistas, sobre todo de algunos tabloides y ciertas zonas -no me haga concretar-, han contribuido a este enga?o, han enga?ado a los ciudadanos. No hay ninguna evidencia de que la inmoralidad o el fraude sea mayor en Bruselas que en las administraciones nacionales. Ninguna, aunque eso no disminuya la gravedad de los fraudes.
P. Algunos lo sostienen.
R. Es s¨®lo una suposici¨®n sin base cient¨ªfica. Ocurre que el ruido que se arma con un "caso" en Bruselas se expande m¨¢s que con igual caso en Londres, Madrid o Roma, porque la Comisi¨®n es muy vulnerable. Le han encargado m¨¢s tareas de las que puede asumir. Adem¨¢s, la UE no tiene Ej¨¦rcito ni escuelas, casi todo su presupuesto se destina a subvenciones, y en las subvenciones siempre anida el riesgo de fraude. Pero todo esto es responsabilidad pol¨ªtica conjunta de la Comisi¨®n, el Parlamento Europeo y de los Estados miembros.
P. ?Qu¨¦ resultado espera del proceso actual? ?Qu¨¦ impacto tendr¨¢ el informe del Grupo de Sabios?
R. Que aumente la apertura y la transparencia de las instituciones europeas. Hay posibilidad de aumentarla, los suecos sabemos de eso desde hace siglos.
P. ?C¨®mo distingue, telegr¨¢ficamente, entre irregularidad, fraude, corrupci¨®n, nepotismo, favoritismo...?
R. Es una distinci¨®n esencial, pero imposible. Necesitar¨ªa meses y todas la p¨¢ginas de su peri¨®dico. Pero no por culpa m¨ªa, sino de los 15 primeros ministros. Desde 1994, en la cumbre de Essen, se decidi¨® elaborar un Convenio para la Protecci¨®n de los Intereses Financieros de la Comunidad. Es el gran convenio antifraude, para proteger el buen destino del dinero europeo y dar garant¨ªas a los contribuyentes. Pues bien, se adopt¨® en 1996 y hasta ahora los Estados miembros no lo han ratificado. ?Qu¨¦ diablos hace Aznar en las Cortes que no aprieta para que lo ratifiquen? No s¨®lo ¨¦l, ?qu¨¦ diablos hacen cada uno de los otros 14 gobernantes en sus Parlamentos? Cuando est¨¦ ratificado habr¨¢ una norma clara, y podr¨¦ contestarle muy clarito.
P. ?Qu¨¦ pretende lograr en su mandato?
R. Hace seis a?os no se nos conoc¨ªa. Y ahora el Tribunal de Cuentas est¨¢ ya en el mapa de la opini¨®n p¨²blica, gracias a mis predecesores, Andr¨¦ Middlehoek y Bernhard Friedman, quienes hicieron esa tarea, con perfiles pol¨ªticamente muy acusados, que a veces han sido criticados. As¨ª que soy un privilegiado, no necesito desplegar un perfil de notoriedad. Mi tarea es diferente, consiste en centrar todos los esfuerzos en lo profesional, esto es, en incrementar la calidad de nuestros informes y mejorar la estructura auditora.
P. ?Aumentar¨¢ o reducir¨¢ el n¨²mero de auditor¨ªas?
R. Hemos producido una avalancha de informes especiales. Me propongo reducir su n¨²mero y que sean m¨¢s cortos, m¨¢s claros, m¨¢s centrados en la cr¨ªtica de los mecanismos disfuncionales y menos en las personas. Y, sobre todo, hacer mejor el seguimiento.
P. ?De qu¨¦ manera?
R. Le pongo un ejemplo que los espa?oles conocen. Cuando en 1995 encontr¨¦, durante la investigaci¨®n sobre los programas mediterr¨¢neos , ciertas situaciones inaceptables, escrib¨ª enseguida al comisario Manuel Mar¨ªn. ?l reaccion¨® muy r¨¢pidamente, con mucha contundencia, y de forma muy adecuada, paralizando los programas. Muy bien por su parte, pero luego queda el seguimiento: cinco a?os despu¨¦s a¨²n no se ha recuperado todo el dinero evaporado . Pues bien, si continuamos multiplicando el n¨²mero de informes, haremos imposible el seguimiento de los anteriores. Debemos mejorar este aspecto, en inter¨¦s del contribuyente.
P. ?Se siente el Tribunal relegado en su funciones de control por el Parlamento o por el Grupo de Sabios?
R. De ninguna manera. Esta casa no es una instituci¨®n pol¨ªtica. Personalmente cada uno tenemos nuestras ideas. Yo no soy un castrado pol¨ªtico, soy socialdem¨®crata desde hace m¨¢s de cuarenta a?os, igual que mi predecesor era democristiano. Pero dejamos estas ideas a la puerta. No somos pol¨ªticos. No nos inmiscuimos en las tareas del Consejo o del Parlamento. Nuestra funci¨®n no es sustituirlos, sino elaborar informes de auditor¨ªa. Nada menos, pero tampoco nada m¨¢s que eso.
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