M¨²sculos
El esfuerzo sobrehumano que est¨¢ realizando la mujer moderna por conquistar sus derechos tal vez alcanzar¨¢ la victoria definitiva en el pr¨®ximo siglo. Si hoy el poder que detenta un ejecutivo es a¨²n directamente proporcional a la longitud de las piernas de su secretaria, en el futuro ser¨¢ la calidad de los m¨²sculos masculinos, la evidencia de su paquete genital, su disposici¨®n a ejercer de penetrador al minuto lo que determinar¨¢ que el hombre encuentre r¨¢pida colocaci¨®n cuando las mujeres liberadas ocupen los altos despachos. Se supone que entonces todos los chicos tendr¨¢n dos carreras, sabr¨¢n cuatro idiomas y habr¨¢n hecho un curso en Harvard. Solo los har¨¢ diferentes un cuerpo m¨¢s o menos espl¨¦ndido, como sucede con las chicas preparadas que acuden ahora a una entrevista para conseguir un puesto de trabajo. El f¨ªsico de la mujer todav¨ªa es catalogado por la mirada inseminadora que anida en el inconsciente de los jefes. Este darwinismo cruel de la belleza femenina puesede contemplarse en oficinas, bancos y ministerios. A medida que uno sube a cualquier planta noble y se adentra en el n¨²cleo del poder las azafatas y secretarias son m¨¢s fascinantes. En ese trayecto se ha producido una selecci¨®n natural casi caballar, de modo que las formas femeninas se han ido depurando hasta alcanzar la perfecci¨®n de las medidas de oro y con ellas inundan ese ¨¢mbito herm¨¦tico donde se establecen insonoras dentelladas de tibur¨®n mientras se libra a la vez una batalla entre la seducci¨®n de las que obedecen y el polen de los que mandan. Cuando las mujeres en el futuro sustituyan a los hombres en los puestos de decisi¨®n, cosa que va a suceder en el sigo XXI, ellas estar¨¢n sentadas detr¨¢s de la mesa y los secretarios y otros subalternos ser¨¢n valorados por las horas que hayan dedicado al gimnasio. De acuerdo, le dir¨¢ la ejecutiva moderna a ese tipo que pide trabajo, tiene usted un gran expediente pero aparte de su alta preparaci¨®n, ?est¨¢ usted dispuesto a acompa?arme este fin de semana al Caribe y a meterse conmigo en la cama? ?Ah! ?que quiere usted a su novia? Entonces v¨¢yase a tomar por el saco. En el futuro el hombre tendr¨¢ que estar siempre en forma, maquillado y disponible. La competencia ser¨¢ terrible. Cuando, recibida la orden, ellos abandonen el despacho, ellas desde el sill¨®n tambi¨¦n observar¨¢n la calidad de su trasero. Y de ¨¦l har¨¢n grandes proyectos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.