La trascendencia del pensamiento de Borges re¨²ne a fil¨®sofos y literatos en Viena
El seminario destac¨® las propuestas visionarias y transgresoras del escritor argentino
Es anticuado cuestionar si Borges era fil¨®sofo o no, seg¨²n las conclusiones del seminario internacional sobre el escritor argentino que el Instituto Austriaco para Am¨¦rica Latina realiz¨® el pasado fin de semana en la Biblioteca Nacional de Viena, en el que participaron expertos en filosof¨ªa y literatura de Europa y Am¨¦rica Latina. En el debate se reafirm¨® la trascendencia del pensamiento del literato visionario y transgresor, a la vez que se puso en tela de juicio la crisis de la filosof¨ªa en este final de milenio y la necesidad de derribar las barreras tradicionales entre las disciplinas.
Como el Parten¨®n de Atenas, Jorge Luis Borges es un tesoro que se suele usurpar a pedazos, observ¨® Juan Arana, titular de literatura hispanoamericana en la Universidad de Sevilla, al concluir la mesa redonda, celebrada en un lugar que evoca tanto el recuerdo del escritor argentino como la opulenta biblioteca barroca de la capital austriaca. A pesar de las bifurcaciones que podr¨ªan temerse entre expertos en literatura y filosof¨ªa, la reuni¨®n no acab¨® convertida en campo de batalla, porque nadie se opuso a que coexistieran las m¨¢s variadas perspectivas para afrontar el tema, seg¨²n observ¨® Karl Kohut, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Cat¨®lica de Eichst?tt.
La b¨²squeda de Dios
Sin atreverse a juzgar si Borges fue fil¨®sofo o no, Mar¨ªa Kodama, viuda del escritor, coment¨® que despu¨¦s de su muerte en 1986, al ordenar su biblioteca, descubri¨® que m¨¢s de la mitad de sus libros eran de filosof¨ªa. Cuando Rafael ?ngel Herra, escritor y catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad de Costa Rica, insinu¨® en Borges una b¨²squeda religiosa, Mar¨ªa Kodama lo confirm¨® de forma parad¨®jica, al indicar que Borges no renunci¨® nunca a la b¨²squeda de Dios, pero lo buscaba donde estaba seguro de no encontrarlo: en la raz¨®n.Seg¨²n Michael R?ssner, profesor de literatura de la Universidad de M¨²nich, "Borges utilizaba la filosof¨ªa y luego la dejaba atr¨¢s como se usa una escalera para ascender, en su caso para llegar a un nivel m¨¢s alto de lo est¨¦tico y lo sagrado her¨¦tico". R?ssner califica al escritor de subversivo y posfilos¨®fico porque iba m¨¢s all¨¢, porque revalorizaba la filosof¨ªa, pero no para restituirle la posici¨®n dominante del siglo XIX, que de alg¨²n modo se mantiene todav¨ªa en el mundo acad¨¦mico alem¨¢n. "Borges lleva los problemas filos¨®ficos sin soluci¨®n a un nivel en el que pueden encontrar una soluci¨®n est¨¦tica, est¨¢ cantando la soluci¨®n como propone Enrique Anderson Imbert, seg¨²n el cual el ensayo es un terreno en el que la l¨®gica se pone a cantar".
Entre las met¨¢foras del laberinto y del espejo, o del sue?o y la vigilia -un tema tratado en el simposio por la fil¨®sofa argentina Mar¨ªa Gabriela Rebok-, Borges propone una disoluci¨®n del yo, el hombre se extravierte y encuentra la plenitud m¨¢s all¨¢ de s¨ª mismo. Para Arana, esta reflexi¨®n es un precedente de lo que viene despu¨¦s de la posmodernidad, porque "la subjetividad del hombre contempor¨¢neo ha llegado a un callej¨®n sin salida, una idea tambi¨¦n defendida por Michel Foucault".
Los expertos se plantearon si Borges, aunque no se lo hubiese propuesto ¨¦l mismo, viene a rescatar ahora a la filosof¨ªa moribunda. "Para Borges, el escepticismo no es un punto de llegada, sino de partida, es un explorador que va m¨¢s all¨¢ de los fil¨®sofos a los que inspira, que toman sus hallazgos, pero no comparten su inquietud profunda. Inquietud que se refleja tambi¨¦n en la b¨²squeda de vivencias universales m¨¢s all¨¢ del espacio y del tiempo", dijo Arana. ?l apuesta por la revitalizaci¨®n de la filosof¨ªa a trav¨¦s de otras disciplinas, y le llama la atenci¨®n que cada vez m¨¢s fil¨®sofos se entreguen a la literatura, como hace Fernando Savater.
"Cuando la filosof¨ªa de la antig¨¹edad entr¨® en crisis fue salvada por los te¨®logos. Pero tambi¨¦n ¨¦stos quedaron encerrados en una escol¨¢stica vac¨ªa hasta que toman el relevo los cient¨ªficos en el siglo XVII, y no se puede descartar que ahora venga la literatura a revitalizar, a romper ese hermetismo propio de secta de iniciados".
El m¨¢s reacio a aceptar a Borges como fil¨®sofo fue Rub¨¦n Sierra Mej¨ªa, catedr¨¢tico de Literatura de la Universidad de los Andes (Colombia), porque, seg¨²n su opini¨®n, el escritor s¨®lo ten¨ªa una relaci¨®n l¨²dica con la filosof¨ªa, y "si bien aport¨® mucho al pensamiento de nuestro siglo, no conduce a una respuesta cognitiva, sino que termina siempre en desasosiego y paradoja". Pero s¨ª puede ser indicio del posmodernismo, agreg¨®, citando como met¨¢fora de la desorientaci¨®n el laberinto que se convierte en desierto, seg¨²n el relato Los dos reyes, de Borges.
Babelia
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