El 'derby' result¨® un mon¨®logo del Bar?a

El derby result¨® un mon¨®logo. No hubo ni partido. El Espanyol se entreg¨® en cuanto el Bar?a salt¨® al campo y dej¨® la confrontaci¨®n ciudadana en un acto de afirmaci¨®n barcelonista. Desde un punto de vista pasional, sentimental, de rivalidad, la tarde fue, un fraude.No est¨¢n los blanquiazules para gran cosa, y menos para discutirles el liderato a los azulgrana, que no flojearon ante el mal marcador que les depar¨® la jornada. La insensibilidad de los barcelonistas es estremecedora: tratan a todos los rivales de la misma forma. Da igual que sea el Madrid, el Extremadura o el Espanyol, un proceder que aument¨® la sensaci¨®n de que tampoco hicieron nada ayer para dignificar al derby.

La Liga gira en torno al Bar?a: la ganar¨¢ por descontado o la perder¨¢ por dejadez, y en este debate el Espanyol no tuvo nada que decir. Los periquitos est¨¢n por otros asuntos. Han conseguido despertar cierto sentimiento de comprensi¨®n y hasta admiraci¨®n por su apuesta por la cantera, por una optimizaci¨®n de recursos y por combatir la mercantilizaci¨®n del f¨²tbol con un esp¨ªritu de familiaridad y de exhibici¨®n de la modestia.

Es el Espanyol un equipo sobrevalorado, que ha vivido m¨¢s de la excitaci¨®n que supone sumar hasta 10 partidos sin perder que de una propuesta futbol¨ªstica. M¨¢s que contenido, Brindisi le ha dado un car¨¢cter bondadoso, solidario, acorde con el quehacer del club. Jug¨® ayer muy a la expectativa, asumiendo su inferioridad, dejando que el choque se disputara exclusivamente en su campo. El Espanyol se lo dej¨® hacer todo, as¨ª que hasta el ¨¢rbitro le meti¨® mano con un penalti que nada habr¨ªa pasado de no pitarlo.

A falta de adversario, el Bar?a jug¨® contra s¨ª mismo. Desde una posici¨®n muy c¨®moda, dirigi¨® el encuentro a su aire. Marc¨® al primer cuarto, sentenci¨® en el segundo y administr¨® a partir del tercero. La tarea result¨® tan liviana que el equipo se dej¨® ir, y entre Figo, Rivaldo y Kluivert deshicieron el remiendo que hab¨ªa hecho Brindisi en una zaga descosida por las ausencias de futbolistas de peso como Crist¨®bal y Pochettino.

Desestructurado, sin consistencia, el Espanyol se rompi¨® en cada una de las llegadas del Bar?a, que jug¨® al buen tunt¨²n, sin tensi¨®n, muy suelto. La fragilidad blanquiazul invit¨® al grupo de Van Gaal a atacar de forma diseminada, individualista, un terreno abonado para Rivaldo. Sali¨® del margen izquierdo de la cancha y fue al encuentro del bal¨®n en cada acci¨®n. En su partido numero 100 en Primera, no quiso pasar desapercibido: meti¨® dos goles, aunque uno llegara de penalti y otro en un semifallo, y se levant¨® la zamarra para dejar al descubierto una segunda camiseta con el nombre de Giovanni, un gesto que habla de su peso en el equipo y de su capacidad de reivindicaci¨®n ante Van Gaal.

La efectividad azulgrana fue tan manifiesta como la candidez blanquiazul. Brindisi se equivoc¨® en las marcas individuales y su juego de presi¨®n en la l¨ªnea de medios result¨® in¨²til. El Bar?a marc¨® cuando quiso. Por primera vez en mucho tiempo, ni siquiera sufri¨® sobresalto alguno y gobern¨® la contienda con ritmo de entrenamiento. Le alcanz¨® con el juego de posici¨®n que garantiza Xavi, un jugador menos luminoso que Guardiola, pero muy responsable, met¨®dico, que lee la libreta de Van Gaal con una gran facilidad.

Con el toque de Xavi, la salida de Frank de Boer, el centro de Figo, la zurda de Rivaldo y el cuerpo de Kluivert, el Bar?a llen¨® el partido y se gan¨® un marcador decoroso. En algunos momentos pareci¨® que el resultado pod¨ªa ser mucho m¨¢s da?ino para el Espanyol. Brindisi se tap¨® moviendo el banquillo para hacer ver que hac¨ªa alguna cosa, pero su equipo nunca estuvo en el Camp Nou, salvo en un remate de Galca en un libre directo que escupi¨® el travesa?o. Poco trabajado t¨¢cticamente, no tuvo defensa ni gol para salir de forma decorosa del derby. Le salv¨® sobre todo la actitud comprensiva del Bar?a, que s¨®lo arre¨® en el ¨²ltimo tramo, cuando Rivaldo pareci¨® empe?ado en meter un tercer tanto. Quiz¨¢ le falt¨® sentido de equipo. Pero, a falta de emoci¨®n, el partido exig¨ªa ciertos actos de ego¨ªsmo.

Jug¨® el Bar?a parado, la pelota al pie, sin mucho dinamismo; sin embargo, le bast¨® para zanjar un partido que no fue derby ni nada. Triste situaci¨®n para los azulgrana, a los que se juzga m¨¢s por lo que se les supone que por lo que hacen.