Vidas cruzadas, v¨ªas repetidas
Marco Pantani y Jan Ullrich llevan dos caminos totalmente contrarios en su preparaci¨®n
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
Pantani, desenfrenado; Ullrich, en la enfermer¨ªa. El Pirata, asustando a sus potenciales rivales ya en marzo; el alem¨¢n, cuidando su salud y entren¨¢ndose en secreto en Mallorca. Los dos grandes rivales del pasado Tour, los dos mejores ciclistas de los ¨²ltimos a?os, no hacen, sin embargo, nada diferente a lo que han hecho en temporadas pasadas. Cada uno sigue un camino de preparaci¨®n hacia las grandes citas del a?o que antes de ellos siguieron otros corredores. Ninguno ha inventado nada. La ¨²nica diferencia, lo que hace llamativo el asunto, es que ambos lo hacen de forma exagerada y que ambas formas coinciden en el tiempo. Son las vidas cruzadas de los dos grandes campeones del momento.El joven Jan Ullrich, de 25 a?os, hizo historia el a?o pasado cuando rompi¨® con todas las normas de pasados campeones y se pas¨® el invierno comiendo. Lleg¨® a pesar 18 kilos m¨¢s de los que habituaba a tener cuando participaba en el Tour. La temporada fue una dura penitencia rigurosamente vigilada por todos los aficionados y concluida un triste y fr¨ªo d¨ªa de julio. Aquel d¨ªa en el Galibier, Ullrich perd¨ªa nueve minutos y el Tour a manos de Pantani.
La historia no se repetir¨¢, anunciaron y prometieron todos. Los dirigentes de su equipo, el Telekom, los t¨¦cnicos, m¨¦dicos y masajistas. No cometeremos los mismos errores. Pero un a?o despu¨¦s, el misterio Ullrich se ha acrecentado.
Se le ha visto poco (s¨®lo ha disputado dos d¨ªas de carerra: a principios de febrero dos etapas de la Vuelta a Mallorca) y aunque est¨¢ claro que no ha engordado los 18 kilos del 98, sus escasas apariciones p¨²blicas han mostrado a¨²n a un Ullrich gordito, con mofletes y tripa. Un Ullrich d¨¦bil y febril. Ha sufrido al menos dos gripes y una infecci¨®n dental que se intent¨® zanajar extray¨¦ndole la muela del juicio.
Para evitar a?adir al da?o privado la injuria p¨²blica, los directores del Telekom han actuado sensatamente este a?o. Los aficionados que no comulgan con su forma de ejercer el ciclismo no se dar¨¢n este a?o el gustazo de verle arrastrarse en el autob¨²s de los sprinters como el a?o pasado. Ullrich suspendi¨® su prevista participaci¨®n en la Vuelta a Valencia, Murcia, la Tirreno-Adri¨¢tico y la Mil¨¢n-San Remo. Hasta que no reaparezca (a partir del mi¨¦rcoles en el GP Telecom de Portugal), s¨®lo podr¨¢n verle entrenarse los turistas de Mallorca: en la isla balear (su habitual refugio invernal) se ha concentrado, junto al equipo amateur del Telekom y su entrenador-gur¨² Pter Becker. Acumulando kil¨®metros perder¨¢ grasas, ganar¨¢ volumen y se preparar¨¢ para la intensidad del Tour. Su promesa de que las cl¨¢sicas de primavera estaban en su mente, para el a?o 2000.
Paralelamente, las evoluciones de Marco Pantani han tenido un efecto devastador en la moral de sus rivales en el pr¨®ximo Giro. Las huestes escaladoras espa?olas (Jim¨¦nez, Blanco, Heras), francesas (Virenque), italianas (Guerini, Gotti, Piepoli) se preparan para pegarse por la segunda plaza del Giro m¨¢s monta?oso de los ¨²ltimos tiempos. En s¨®lo 11 d¨ªas de competici¨®n, el Pirata les ha mostrado que era posible incluso mejorar respecto a su m¨¢gico 1998.
Pantani, de 29 a?os, es un artista ha alcanzado la madurez y el dominio de su arte. Un maestro en la cima de su carrera. Conoce su cuerpo a la perfecci¨®n y no precisa del ej¨¦rcito de m¨¦dicos, entrenadores, encargados de prensa y dietistas que rodean y protegen a Ullrich. ?l cuenta que su preparaci¨®n es puramente emp¨ªrica, con m¨¦todos fruto de sus muchos a?os de oficio. Y as¨ª, llega la Vuelta a Murcia y no s¨®lo gana la etapa reina, algo que ya hab¨ªa hecho otros a?os, sino que sorprende y asusta por su gran estilo de contrarrelojista, de gran ciclista. Gana tambi¨¦n la general murciana y, discretamente se retira a sus cuarteles italianos. El primer golpe ya est¨¢ dado. El edificio del Giro, su primer desaf¨ªo del a?o, empieza a tomar forma.
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