'Madrid, ciencia y corte' recobra para la ciudad tres siglos de su legado cient¨ªfico

Madrid recobra a partir de hoy una parte importante de su pasado. De su pasado como polo cient¨ªfico, oscurecido por el pesimismo y la desmemoria. Para combatir ambos, la Comunidad de Madrid, la Universidad de Alcal¨¢ y el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas han conjuntado esfuerzos para montar en el Jard¨ªn Bot¨¢nico la exposici¨®n Madrid, ciencia y corte, un recorrido entre los vasos comunicantes de la imaginaci¨®n, el conocimiento y el poder a lo largo de los tres siglos de surgimiento, despliegue y letargo de la hegemon¨ªa mundial espa?ola.

Equipos de electricistas, carpinteros, iluminadores y alg¨²n que otro documentalista recorr¨ªan ayer afanosamente el interior del cartesiano Pabell¨®n Juan de Villanueva, en el Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid. Daban velozmente los ¨²ltimos retoques a la exposici¨®n madrile?a que, a la una del mediod¨ªa de hoy, va a ser inaugurada. Un frenes¨ª de v¨ªspera parec¨ªa adue?arse de todos los operarios. El deseo de mostrar al futuro visitante, de manera clara y did¨¢ctica, una etapa compleja, pero muy rica, de la historia de Madrid, era el acicate primordial de los responsables de la muestra. Juan Astorga, arquitecto sevillano de 28 a?os, con experiencia en la Expo de Sevilla y en la futura de Hannover, explica que los 700 metros cuadrados de los tres ¨¢mbitos que ocupan las salas han sido singularizados para mostrar el sesgo cient¨ªfico de cada siglo."La ciencia en Madrid naci¨® bajo el est¨ªmulo de la corte de Felipe II", explica Nuria Valverde, comisaria adjunta de la exposici¨®n, perteneciente al CSIC. "Surgi¨® un eje con tres grandes polos: el Alc¨¢zar de los Austrias se?alaba al imperio; El Escorial, al coraz¨®n de la cristiandad hisp¨¢nica, y Aranjuez, al ed¨¦n". Antes, Alcal¨¢ de Henares, con su Universidad y su desarrollo urban¨ªstico, ser¨ªa la s¨ªntesis de los saberes renacentistas, marcadamente la filolog¨ªa, las matem¨¢ticas y la medicina, tan necesarios para insuflar fuerza creativa a todo el proceso desde su origen.

De aquella tr¨ªada pol¨ªtica, espiritual y recreativa surgieron primero los focos de actividad, arquitectura, ingenier¨ªa e hidr¨¢ulica, a trav¨¦s de los cuales el pensamiento cient¨ªfico despleg¨® en Madrid una estela prolongada y f¨¦rtil. "Su recorrido abarc¨® desde la tutela inicial de la Corona, su primera impulsora desde la corte del XVI, estimulada por la convicci¨®n de que el poder estaba necesitado de los saberes, hasta la instrucci¨®n de la nobleza en la centuria siguiente, que culmin¨® en la emancipaci¨®n cient¨ªfica y en su divulgaci¨®n por los ilustrados durante el Siglo de las Luces", cuenta Nuria Valverde.

El cuerpo sublime

El siglo XVI est¨¢ signado bajo el ep¨ªgrafe de El cuerpo sublime. Ocupa la primera de las tres salas. Muros negros permiten, seg¨²n el arquitecto Juan Astorga, la abstracci¨®n necesaria para visualizar con numerosos est¨ªmulos gr¨¢ficos la sutil conexi¨®n entre el poder de la Corona y los saberes. La red de Sitios Reales queda en la exposici¨®n ampliamente descrita; al igual que la experiencia de Am¨¦rica, donde cartograf¨ªa y bot¨¢nica vieron trocadas sus tradiciones hasta un esplendor cierto, mientras disciplinas como la etnograf¨ªa y la estad¨ªstica adquirieron rango cient¨ªfico.

La segunda sala, correspondiente al siglo XVII, ha sido denominada Los maestros de la nobleza. El protagonista de esta etapa fue el libro, relata la comisaria Valverde. El cuidado simulacro gr¨¢fico de una gran biblioteca expresa en la sala central del Pabell¨®n de Villanueva la vitalidad inducida por el saber libresco. Los responsables de la muestra han querido identificar a la Compa?¨ªa de Jes¨²s con la expresi¨®n de la s¨ªntesis entre un doble, y contradictorio, discurso: de un lado, el de la Contrarreforma, la defensa a ultranza de la verdad revelada; del otro, la divulgaci¨®n de las verdades cient¨ªficas reci¨¦n halladas, de las cuales, cuenta Nuria Valverde, el mundo ignaciano tambi¨¦n quiso ser palad¨ªn.

El Siglo de la Ilustraci¨®n, denominado La Rep¨²blica de los Sabios, en la tercera gran sala, que cuenta con un teatro virtual que recrea un taller de alquimia, muestra la irrupci¨®n de la corte en la Villa de Madrid. La ciudad perdi¨® su anterior inmundicia, florecieron saneamientos y empedrados urbanos, prosper¨® la iluminaci¨®n y surgieron academias, museos y los grandes edificios civiles.

R¨¦plicas de ingenios hidr¨¢ulicos, paneles interactivos y relieves, todo mimosamente iluminado por el t¨¦cnico Bernard Freyman, mostrar¨¢n en su delicado montaje del Jard¨ªn Bot¨¢nico el ancho despliegue de la ciencia en Madrid.