I?aki declara que Ullastre le enga?¨® e insiste en que ¨¦l era "el menos malo"
Sebasti¨¤ Comas, el secuestrador apodado I?aki por la farmac¨¦utica Maria ?ngels Feliu y que ingres¨® en prisi¨®n en la noche del martes, crey¨® inicialmente que hab¨ªa sido reclutado para un asunto de drogas porque el presunto cabecilla de la operaci¨®n, Ramon Ullastre, el propietario de la vivienda donde se construy¨® el zulo, le prometi¨® entre 6 y 10 millones de pesetas por "recoger un paquete y custodiarlo" cuando estableci¨® contacto con ¨¦l en octubre de 1992. Comas, que conoce a Ullastre desde la infancia, explic¨® tambi¨¦n en su declaraci¨®n que, por ese motivo, pens¨® que el supuesto paquete conten¨ªa drogas. De ah¨ª que acompa?ase en dos ocasiones a Ullastre a un lugar situado cerca de Olot para recoger el "paquete". Esas dos ocasiones, la primera hacia finales de octubre y la segunda el 10 de noviembre de 1992, corresponden a las fechas en las que los presuntos integrantes de la banda intentaron secuestrar sin ¨¦xito a Feliu. I?aki, cuya profesi¨®n m¨¢s habitual es la de camarero, tambi¨¦n declar¨® que la noche del secuestro se encontraba trabajando y recibi¨® una llamada de Ullastre en la que le comunic¨®: "Ya tienes aqu¨ª el pajarito", en alusi¨®n a la presencia de Maria ?ngels Feliu, aunque ¨¦l no lo sab¨ªa. Esa misma noche, Sebasti¨¤ Comas, seg¨²n su declaraci¨®n, sali¨® de su trabajo y acudi¨® directamente a la casa de Ullastre en Sant Pere de Torell¨® para custodiar al paquete, pero al llegar se encontr¨® con que, en realidad, se trataba de una persona.A partir de entonces, de acuerdo con su versi¨®n, I?aki inici¨® el papel de carcelero que le hab¨ªan reservado y custodi¨® a la farmac¨¦utica durante los primeros 15 d¨ªas sin abandonar ni un solo momento el zulo.
Negociaci¨®n del rescate
Hasta febrero o marzo de 1993, apenas sal¨ªa unas horas a la semana. Cuando ¨¦l no vigilaba a Maria ?ngels Feliu, los investigadores suponen que lo hac¨ªa Ullastre o alguna otra persona implicada en la trama. Sebasti¨¢ Comas ha declarado tambi¨¦n que acompa?¨® en dos ocasiones a Ullastre para negociar el cobro de un rescate, pero las conversaciones no fructificaron. Al ver que se alargaba el secuestro, pidi¨® explicaciones a Ullastre y al reclamar el dinero prometido, ¨¦ste le dio largas y le pidi¨® "paciencia".
I?aki explic¨® tambi¨¦n que Ullastre fue su ¨²nico interlocutor y que no vio al resto de la banda. Tambi¨¦n le dijo que "contactaba con otra gente y que hab¨ªa m¨¢s personas por otra parte" involucradas en el secuestro. Sobre el rescate le indic¨® que "no depend¨ªa de ¨¦l".
Fuentes de la investigaci¨®n han revelado que el guardi¨¢n de Maria ?ngels Feliu ha asegurado que no pregunt¨® los nombres de esas otras personas al considerar que "cuanto menos supiera" era mejor para ¨¦l. Comas afirm¨® tambi¨¦n que, harto de esperar y de "mentiras", se fue el 26 de marzo de 1994 a Vic y, tras ver un partido de f¨²tbol televisado, regres¨® al zulo, liber¨® a la mujer en la madrugada del d¨ªa 27 de marzo y la condujo en su furgoneta a Lli?¨¤ de Vall (Barcelona). Ullastre, seg¨²n I?aki, se enter¨® de la liberaci¨®n de la farmac¨¦utica por la prensa y le llam¨® para pedirle explicaciones.
Durante su comparecencia ante la juez, Comas subray¨® que fue ¨¦l quien trat¨® de hacer m¨¢s llevadero el secuestro de la farmac¨¦utica permiti¨¦ndole, por ejemplo, escuchar la radio o leer libros. En dos ocasiones, incluso, la dej¨® salir del zulo y ambos comieron los mismos alimentos muchos d¨ªas: bocadillos, pan de molde, conservas, embutidos y yogures. En muy pocas ocasiones le sirvieron comida caliente. I?aki tambi¨¦n explic¨® que, por el contrario, desobedeci¨® a Ullastre cuando le pidi¨® que le mintiese a la mujer y le diese pistas falsas. Tambi¨¦n relat¨®, para acusar el due?o de la vivienda, que ¨¦ste quer¨ªa que Feliu escuchase una emisora de radio francesa para despistarla.
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