Bichos ex¨®ticos de granja
Ara?as comep¨¢jaros, insectos-palo y tar¨¢ntulas de varios continentes se cr¨ªan en una finca madrile?a
Sus antecesores proceden de frondosas selvas africanas e intransitables parajes de Centroam¨¦rica, pero ellos son madrile?os de pura cepa porque han nacido en una granja privada que la empresa Microfauna posee en un peque?o pueblo de la regi¨®n. Estos ar¨¢cnidos, reptiles y anfibios viven felices disfrutando de los mimos que les dispensan sus criadores, Pedro Velasco y Paloma Delgado, que les rodean de los elementos necesarios para reproducir los distintos h¨¢bitats. As¨ª, a los insectos-palo les han puesto unas peque?as ramas dentro de su vitrina, la ara?a comep¨¢jaros puede hacer la digesti¨®n bajo la tenue luz cenital de una l¨¢mpara ultravioleta, y en la urna contigua, una rana venenosa se refresca con el agua que mana de un peque?o ca?o. "Uno de los ejemplares que m¨¢s atrae a los ni?os es la serpiente, y, sin embargo, a muchos adultos les llama la atenci¨®n la facilidad para camuflarse de los insectos-palo", comenta Pedro Velasco, que ha integrado a estos bichos en la exposici¨®n Vivitos y coleando, que ya ha visitado media Espa?a.Este estudioso de la naturaleza posee tantos peque?os animales vivos que puede permitirse tener de gira m¨¢s de una exposici¨®n a un tiempo. "A la vez est¨¢n funcionando una sobre los insectos m¨¢s raros del mundo, otra sobre tar¨¢ntulas y una tercera dedicada a la conservaci¨®n de las selvas", dice Velasco. Alimentar a todas sus criaturas le exige un presupuesto boyante, ya que cada una tiene su men¨² particular: pastel de zarzamora para unos, aperitivo de grillos para otros y cr¨ªas de rat¨®n para los m¨¢s voraces. "Tenemos contacto con un laboratorio de investigaci¨®n que nos suministra ratones de laboratorio para alimento de las serpientes", detalla Pedro Velasco.
A los mandos del criadero est¨¢ tambi¨¦n Paloma, que oficia de enfermera de los bichos y cuya experiencia le ha librado de m¨¢s de un ataque venenoso. Por ejemplo, la cuidadora muestra una precauci¨®n extrema al tocar la piel mef¨ªtica de algunas ranas o al cambiar el agua de las cr¨ªas de caim¨¢n. Tambi¨¦n hace de matrona eventual, cuidando de los huevos de las diferentes especies para garantizar una gestaci¨®n sin contratiempos. "Hay ejemplares que viven hasta 20 a?os, como la ara?a comep¨¢jaros, pero otros mueren enseguida y hemos de asegurarnos su descendencia", comenta el investigador.
Todas las especies animales que hoy pululan por la granja de Microfauna han nacido en Madrid, pero los primeros ejemplares llegaron de ?frica, Centroam¨¦rica y Europa. "Nos cost¨® mucho conseguir los permisos especiales para importar los animales del principio", recuerda el expositor. Tanto Paloma como Pedro distinguen a la perfecci¨®n a sus criaturas, aunque no les hayan puesto nombre.
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