Stockhausen trae a Espa?a su iluminada m¨²sica espacial
El compositor alem¨¢n dirige tres conciertos en el Auditorio Nacional
Hiperactivo y locuaz a pesar de sus 69 a?os largos, absolutamente metido en el gigantesco universo musical electro-ac¨²stico-espacial que lleva creando desde hace casi 50, Karlheinz Stockhausen (Colonia, 1928) lleg¨® ayer a Madrid para explicar y ejecutar una peque?a parte de su muy prol¨ªfica, herm¨¦tica, complicada y a ratos horr¨ªsona obra. El compositor dirigir¨¢ tres conciertos en el Auditorio Nacional y ofrecer¨¢ una conferencia.
El corpulento compositor, que fue pianista en bares y garitos antes de convertirse en el creador m¨¢s vanguardista de la m¨²sica contempor¨¢nea, sigue manteniendo por su oficio un entusiasmo envidiable, lleno de optimismo y de fe: "?Que si es capaz de provocar emoci¨®n mi m¨²sica, la m¨²sica electr¨®nica? Yo he visto a gente llorar, gritar, saltar, aplaudir... Y eso no lo he visto nunca en un concierto de m¨²sica cl¨¢sica convencional", dijo ayer Stockhausen, que se mostr¨® de un humor excelente y ansioso por o¨ªr flamenco "lo m¨¢s tradicional posible, por favor".El flamenco tendr¨¢ que ser el martes: esta tarde, ma?ana y pasado, el gran patriarca de la m¨²sica del siglo XX va a tener mucho trabajo. Primero, dirigir tres conciertos distintos en el Auditorio Nacional, y el lunes, dar una conferencia en la Residencia de Estudiantes. All¨ª explicar¨¢ algunos detalles de Luz, su obra m¨¢s ambiciosa, en la que lleva trabajando m¨¢s de 20 a?os sin interrupci¨®n, exactamente desde 1977.
Parece mucho tiempo, pero no lo es, sobre todo si se tiene en cuenta la duraci¨®n estimada de la obra (28 horas en total, distribuidas en siete d¨ªas de la semana) y la complejidad quijotesco-divina de un opus que en realidad son centenares y en los que hay de todo: ¨®peras, cuartetos, conciertos para orquesta y para solistas, m¨²sica electr¨®nica grabada y en directo, teatro, coros, m¨²sicos en movimiento ( "todas mis partituras incluyen notas sobre cada peque?o gesto"), v¨ªdeos...
D¨ªas y planetas
?Y qu¨¦ tal va la cosa, por qu¨¦ d¨ªa de la semana va en este momento?, le pregunt¨® ayer tarde un periodista para romper el hielo. En perfecto ingl¨¦s, Stockhausen contest¨® durante unos 18 minutos. "Va estupendamente, debo llevar ya 24 horas completas, as¨ª que lo terminar¨¦ como hab¨ªa previsto, en el 2003. Ahora s¨®lo me queda la parte final del Domingo de Luz, que estrenar¨¦ en Canarias (Luz empez¨® por el lunes). Hasta anteayer he estado trabajando en Aguas de Luz, la primera parte del Domingo. Son 35 minutos muy especiales. Para orquesta, soprano y tenor. Hac¨ªa 15 a?os que no escrib¨ªa nada para orquesta y pensaba que despu¨¦s de 35 obras no lo volver¨ªa a hacer, pero recib¨ª un encargo del festival de Danau. Aquella sala me permite colocar a los m¨²sicos y a los espectadores como yo quiero: los m¨²sicos 29 forman un gran cuadrado y una cruz dentro, y el p¨²blico se sienta en medio del cuadrado, entre las aspas de la cruz. As¨ª, el sonido se mueve como una red por el espacio, y la soprano y el tenor pueden ir cantando y andando por los pasillos, entre los m¨²sicos, encendi¨¦ndoles una luz verde cuando tengan que empezar a tocar. Todo tiene que ver con los ciclos del tiempo y el movimiento del sistema solar, las lunas..."
"Parece que no tiene nada que ver con la m¨²sica", contin¨²a, "pero es un gran error. Las estrellas, los planetas, est¨¢n llenos de m¨²sica. Es un gran camino para progresar, creo que el futuro es la m¨²sica estelar. Por eso compuse el texto incluyendo todos los nombres de las lunas que hay en el sistema solar. He aprendido mucho haci¨¦ndolo".
Nada hay de chistoso en todo ese parlamento, aunque a alguien pueda parec¨¦rselo. El inventor de la m¨²sica octof¨®nica es as¨ª: un tipo ¨²nico, que concibe la m¨²sica como una materia universal, maleable, transformable, y que ve en el sonido una herramienta a la que se puede moldear a voluntad. "Hace 50 a?os que hago eso: intento crear nuevos sonidos, nuevas formas de interpretar y de escuchar, nuevos espacios para tocar y o¨ªr. Empec¨¦ dise?ando y colocando una orquesta como si fuera un piano y el director fuera el pianista, y ahora he compuesto un cuarteto para cuerda y helic¨®ptero. Todo eso, que en el fondo es lo mismo s¨®lo que m¨¢s complejo, demuestra que los m¨²sicos no tienen por qu¨¦ estar juntos para tocar, ni quietos en la sala donde estamos oy¨¦ndoles".
Babelia
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