Flacas peligrosas
Estallan algunos asuntos de repente, aunque vengan de lejos, como si fuesen la noticia que se ha conocido horas antes. As¨ª ha ocurrido en las ¨²ltimas semanas con la anorexia o, m¨¢s exactamente, con la moda femenina que, al parecer, incita a las mujeres j¨®venes y adolescentes a buscar la delgadez extrema y, en consecuencia, a vestir ropa de talla muy peque?a.Por lo visto, la mayor¨ªa de los desfiles de moda se han convertido en un escaparate para exhibir flacas. Flacas y algunas peligrosas, sin ellas quererlo, porque, seg¨²n parece, una legi¨®n de jovencitas se lanza a imitarlas con serio riesgo para su salud.
El domingo 21 de febrero, este peri¨®dico dedic¨® una p¨¢gina entera, en la secci¨®n de Sociedad, a descubrir algunos de los problemas de esta inquietante tendencia. Luc¨ªa Argos firm¨® un texto con el t¨ªtulo La "talla anor¨¦xica" engancha a las adolescentes y un subt¨ªtulo que denunciaba una realidad apabullante: "Los especialistas estiman que una de cada cinco j¨®venes est¨¢ en riesgo de padecer un trastorno alimentario".
Adem¨¢s, el 7 de marzo se public¨® un editorial, Ley y anorexia, una de cuyas tesis fundamentales era que esta enfermedad "debe combatirse con todas las armas posibles".
A partir de ah¨ª se ha desencadenado un saludable aguacero de informaciones y reportajes en peri¨®dicos, emisoras de radio y televisi¨®n, mientras, curiosamente, este peri¨®dico rebajaba la intensidad informativa sobre el problema.
Pero lo que ha movido la actuaci¨®n del Defensor del Lector han sido dos cartas y varias llamadas telef¨®nicas en las que se acusaba al peri¨®dico de "incoherente", "c¨ªnico" e "hip¨®crita".
Y todo porque Miguel Auliz Prado, desde Madrid, u otro que pide reserva para su misiva han encontrado una clara contradicci¨®n entre las informaciones, la postura editorial y los reportajes fotogr¨¢ficos sobre moda incluidos en varios n¨²meros de El Pa¨ªs Semanal, el suplemento en color.
El 28 de febrero y, sobre todo, el 14 de este mes se publicaron en el suplemento semanal una serie de fotograf¨ªas que ilustraban un amplio reportaje sobre la moda de primavera y que resultaba un muestrario de delgadeces, figuras escu¨¢lidas, demacradas. Llamaba la atenci¨®n tanta mujer de aspecto l¨¢nguido y, en ocasiones, maquilladas para resaltar el gesto mustio, desfallecido, casi enfermo.
?lex Mart¨ªnez Roig, redactor jefe del suplemento dominical del peri¨®dico, ha respondido a la petici¨®n del Defensor para que explicase el porqu¨¦ de este despliegue de im¨¢genes tan lacias, tan desmayadas y, en opini¨®n de algunos, tan invitadoras a los h¨¢bitos que pueden acrecentar esa plaga amenazante de la anorexia.
Dice Mart¨ªnez Roig que quienes elaboran el suplemento son "los primeros interesados en evitar im¨¢genes que fomenten la anorexia. Puede ser que, a veces, un lector se sienta especialmente ofendido. Lo lamentamos". A partir de esta disculpa ha trasladado al Defensor una explicaci¨®n muy ilustrativa de la realidad que rodea a este fen¨®meno de la moda.
"Todas las modelos que aparec¨ªan en el n¨²mero especial dedicado a la moda de primavera vest¨ªan la talla 38, excepto dos que llevaban la 40 y otra que luc¨ªa la 42. El problema surge al trabajar en un reportaje que presenta las tendencias; es decir, las ¨²ltimas y exclusivas creaciones de los grandes dise?adores".
"Todos ellos", a?ade Mart¨ªnez Roig, "desde los a?os cincuenta, trabajan con un ¨²nico muestrario de la talla 38, que se utiliza para los desfiles y las sesiones de fotos. No existe alternativa", asegura, y a?ade: "pero es que ¨²ltimamente hay dise?adores muy importantes que est¨¢n desfilando en Par¨ªs con tallas incluso inferiores: la 36 o la 34".
"Las agencias de modelos, tanto en Espa?a como en el extranjero, trabajan, casi en exclusiva, con modelos de talla 38. La situaci¨®n es grav¨ªsima", se lamenta.
Y para demostrar que los responsables del suplemento semanal no son ajenos a estas preocupaciones, su redactor jefe explica que en m¨²ltiples ocasiones han incluido en los reportajes sobre moda, hechos con modelos profesionales, fotograf¨ªas de "gente de la calle que no est¨¢ obligada a esas limitaciones, como, por ejemplo, presentadoras de televisi¨®n (figuraban en el suplemento de la moda primaveral), mujeres embarazadas, mujeres de m¨¢s de 50 a?os, maduras ( como se hizo en el extra de oto?o), madres con sus hijos, deportistas, actrices, cantantes bailarinas, profesionales de la cultura e incluso ancianos de 80 a?os que lucieron con humor y prestancia moda veraniega".
Todo ello supone una explicaci¨®n amplia que concluye con un prop¨®sito importante y esperanzador para los lectores alarmados: "En todo caso vamos a estar alerta y prometemos un mayor control de las im¨¢genes en el futuro inmediato".
El Defensor est¨¢ ¨ªntimamente convencido de que en ning¨²n momento se ha tratado de estimular ese mundo de apariencia tan marchita que m¨¢s parece galer¨ªa de cl¨ªnica antigua para la tisis que pasarela de la alegr¨ªa y el disfrute del bien vestir. La realidad que nos rodea permite preguntarse, como lo hace Miguel Auliz, al dirigirse al Defensor, si es l¨ªcito y ¨¦tico el apoyo que los medios de comunicaci¨®n prestan a algunos "gurus de la moda que est¨¢n intentando y logrando cambiar los c¨¢nones est¨¦ticos de la poblaci¨®n" cuando parece comprobado que "afectan a la salud de millones de personas e incluso a la vida misma".
Tampoco parece necesario dramatizar -aunque algunas familias tengan vivencias tr¨¢gicas- ni llevar las cosas m¨¢s lejos de la atenci¨®n razonable que exigen y que el peri¨®dico se dice dispuesto a mantener. Lo indudable es que los lectores obligar¨¢n a permanecer en alerta.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (
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