El PP elimina obst¨¢culos legales para que los militares puedan ir y volver de la pol¨ªtica

En febrero de 1977, el general Manuel Guti¨¦rrez Mellado impuso a los militares que quisieran dedicarse a la pol¨ªtica la obligaci¨®n de colgar definitivamente el uniforme. Su objetivo era acabar con casi dos siglos de intervenci¨®n militar en la pol¨ªtica espa?ola. Veintid¨®s a?os despu¨¦s, la ley del R¨¦gimen del Personal de las Fuerzas Armadas, a tr¨¢mite en el Senado, elimina los ¨²ltimos obst¨¢culos para que los militares puedan ocupar cargos pol¨ªticos sin renunciar a su carrera. Un coronel, por ejemplo, podr¨¢ mandar un regimiento a los seis meses, como m¨¢ximo, de que haya dejado de ser diputado.

La ley del Personal Militar, de 1989, suaviz¨® ya el decreto ley de 1977, estableciendo que quienes se presentaran como candidatos a ¨®rganos representativos p¨²blicos a nivel estatal, auton¨®mico o local, o fuesen designados altos cargos del Gobierno central o de los auton¨®micos, pasasen dos a?os en excedencia tras abandonar el cargo o presentarse a las elecciones, si no eran elegidos.Se sustitu¨ªa as¨ª el pase forzoso a retiro por un periodo de cuarentena, para evitar la contaminaci¨®n partidista de las Fuerzas Armadas, a cuyos miembros se exige una escrupulosa neutralidad pol¨ªtica y se prohibe la afiliaci¨®n a partidos o sindicatos.

La utilizaci¨®n fraudulenta de este sistema por parte de algunos pilotos, que obten¨ªan as¨ª la baja que se les negaba para trabajar en l¨ªneas a¨¦reas privadas, llev¨® al Gobierno socialista a cambiar dicha ley en 1994, suprimiendo la excedencia de dos a?os y disponiendo el inmediato regreso a filas de quienes no resultasen elegidos o dejasen un cargo pol¨ªtico. Excedencia con trienios

El proyecto que ahora se tramita en el Senado presenta dos novedades. Por un lado, la excedencia voluntaria para dedicarse a la pol¨ªtica ser¨¢ m¨¢s ventajosa, pues durante la misma se cobrar¨¢n trienios y, adem¨¢s, ser¨¢ computable a efectos de antig¨¹edad y derechos pasivos. De otra parte, desaparece la situaci¨®n de disponible, a la que pasaban los militares al cesar en un cargo pol¨ªtico. Ello quiere decir que, en un plazo m¨¢ximo de seis meses, deber¨¢ asignarse un destino adecuado a su empleo a todo militar que se reincorpore tras dejar la pol¨ªtica.

Pero no es ¨¦sta la ¨²nica innovaci¨®n del texto para facilitar el acceso de los miembros de las Fuerzas Armadas a la actividad pol¨ªtica. Los militares que sean designados altos cargos en la Administraci¨®n central o en las auton¨®micas, as¨ª como en organismos p¨²blicos, que hasta ahora deb¨ªan pedir excedencia, pasar¨¢n en el futuro a servicios especiales.

En esta situaci¨®n, no s¨®lo les computar¨¢ dicho periodo para trienios y derechos pasivos, sino tambi¨¦n como tiempo de servicios, por lo que podr¨¢n ascender si cumplen los dem¨¢s requisitos.

El PP ha presentado dos enmiendas en el Senado para corregir el texto del Congreso, en el sentido de que s¨®lo pasar¨¢n a servicios especiales quienes sean nombrados altos cargos de ministerios diferentes al de Defensa, pues los ¨®rganos directivos de este ¨²ltimo podr¨¢n ser ocupados por militares en activo.

En consecuencia, el subsecretario, el secretario general, el secretario general t¨¦cnico y los directores y subdirectores de Defensa podr¨¢n ser militares en activo, que no interrumpen su carrera y siguen sujetos a las leyes disciplinarias y penales militares.

Esta posibilidad estaba impl¨ªcita en la ley de 1989 pero, hasta ahora, s¨®lo se ha aplicado a subdirectores y directores generales.

Su ampliaci¨®n hasta el subsecretario plantea la contradicci¨®n de que el m¨¢ximo responsable de aplicar la pol¨ªtica de personal en Defensa pueda ser un inferior jer¨¢rquico de los jefes de los ej¨¦rcitos, a cuyas ¨®rdenes estar¨¢ al d¨ªa siguiente de cesar en el cargo.

Adem¨¢s, al tratarse de un militar en activo, no podr¨¢, seg¨²n la ley disciplinaria militar, "expresar p¨²blicamente opiniones que supongan infracci¨®n del deber de neutralidad en relaci¨®n con las diversas opciones pol¨ªticas", so pena de ser sancionado, lo que resulta dif¨ªcil de cumplir para un cargo pol¨ªtico del Gobierno.

Ministro arrestado

El PP se ha visto obligado a presentar otra enmienda en el Senado para evitar un disparate may¨²sculo, e involuntario, contenido en el texto que aprob¨® el Congreso: los militares que fuesen nombrados ministros o secretarios de Estado, seg¨²n ese texto, estar¨ªan en excedencia, pero seguir¨ªan sujetos a disciplina militar. L¨®gicamente, se aprobar¨¢ la enmienda, por lo que no ser¨¢ posible ver a un ministro arrestado.

El PSOE, que ha cuestionado algunos de los cambios introducidos por el PP, ha pedido, sin embargo, que se cierre el c¨ªrculo y se permita volver al Ej¨¦rcito, como militares en la reserva y con excedencia voluntaria, a quienes tuvieron que colgar el uniforme en aplicaci¨®n del decreto de Guti¨¦rrez Mellado y siguen ocupando cargos de elecci¨®n popular.

Los beneficiarios de esta medida son dos antiguos jur¨ªdicos de la Armada: el presidente del Congreso, Federico Trillo, y el diputado socialista Carlos Sanju¨¢n.