300 coches y ni una plaza

Llegar hasta el centro de Patones de Arriba es una de las mayores penitencias que un visitante podr¨ªa imponerse cualquier fin de semana o la pr¨®xima Semana Santa. Este pueblo de 30 habitantes puede llegar a recibir, seg¨²n los c¨¢lculos del alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa Herrero, del PSOE, m¨¢s de 300 veh¨ªculos particulares en un solo d¨ªa, lo que, sumado a la gente que llega a ¨¦l andando -lo mejor es dejar el coche en Patones de Abajo-, sit¨²a el n¨²mero de personas que recorren sus calles en m¨¢s de 1.000. "Yo he tomado la decisi¨®n de no subir nunca a Patones de Arriba los d¨ªas festivos", dice el regidor.Y todo esto teniendo en cuenta que en este municipio no existe ni una sola plaza de aparcamiento y que la ¨²nica carretera de acceso hasta el casco urbano es una v¨ªa estrecha, angosta, pendiente y sin arcenes.

El Ayuntamiento ha intentado varias medidas para paliar el caos circulatorio que sufre el pueblo. En 1993, el Consistorio anunci¨® que prohibir¨ªa entrar autom¨®viles, pero la medida no cuaj¨®.

En 1997, los mun¨ªcipes buscaron otra soluci¨®n. Proyectaron el primer aparcamiento de la historia de la localidad, que a¨²n no est¨¢ terminado. Iba a tener 100 plazas y servir¨ªa para reducir el tap¨®n circulatorio de los festivos. Pero la Direcci¨®n General de Patrimonio, temiendo que las obras da?asen el entorno art¨ªstico, redujo paulatinamente el n¨²mero autorizado de plazas. De 100 se pas¨® pronto a 60; luego, a 50, y finalmente, a s¨®lo 30.

"Bueno, no son muchas, pero para algo servir¨¢n", se consuela el regidor.