"Los militares tienen todo bien atado para no juzgar a Pinochet"

Antonio Do?ate es un hombre de modos suaves, tiene 59 a?os y tras haber sido presidente de la Audiencia Provincial de Barcelona durante cinco a?os y juez de Vigilancia Penitenciaria, es ahora profesor en la Escuela Judicial de Barcelona. Miembro de la agrupaci¨®n Jueces para la Democracia, ha estado cinco veces en Chile en estos a?os. Acaba de regresar de Santiago junto a Claude Katz, presidente de la Federaci¨®n Internacionales de Ligas de los Derechos Humanos (FIDH), y el abogado argentino Juan Carlos Capurro. La misi¨®n, que viaj¨® entre el 3 y el 10 de marzo, fue recibida por el ministro de Relaciones Exteriores, Jos¨¦ Miguel Insulza, y por los ministerios de Justicia e Interior, partidos pol¨ªticos, asociaciones de abogados y de desaparecidos, torturados y ejecutados pol¨ªticos, y el director general de Gendarmer¨ªa. La misi¨®n mantuvo una larga reuni¨®n con el juez Juan Guzm¨¢n, que tramita 19 querellas contra Pinochet.Pregunta. El ministro Insulza insiste en que Chile tiene la asignatura pendiente de enjuiciar a Pinochet y que esto puede hacerse, ?cu¨¢l es su impresi¨®n?

Respuesta. S¨ª, el ministro recibi¨® a la misi¨®n y explic¨® que es posible el enjuiciamiento de Pinochet. Sin embargo, nuestra conclusi¨®n es otra. Hemos estado con ministros, pol¨ªticos, juristas, abogados, v¨ªctimas, militares y jueces. Todo est¨¢ bien atado por los militares para evitar un juicio como ¨¦ste. He estado ya cinco veces en Chile. S¨¦ c¨®mo funcionaba el sistema judicial durante la dictadura; ahora he podido comprobar c¨®mo se ha desarrollado cierta continuidad en el sistema vigente.

P. Cuando dice "bien atado" ?qu¨¦ quiere expresar?

R. Lo que quiero decir es que si usted escoge la justicia civil advertir¨¢ que siempre, cuando se trata de enjuiciar a un militar, hay un auditor militar, vamos un jur¨ªdico militar, que se a?ade a los tres magistrados para formar sala. Escoja usted una sala de la corte de apelaciones de Santiago. Si el acusado es un militar, se ha de integrar la sala, que tiene tres miembros o "ministros", con un auditor militar. Vea usted el pleno de la Corte de Apelaciones. Hay 25 ministros, pero si se ha de enjuiciar un militar, se agrega un auditor militar. Y si usted examina el Pleno de la Corte Suprema ver¨¢ que a los 21 ministros que son miembros se a?adir¨¢, en el caso de un acusado de las Fuerzas Armadas, un auditor militar.

P. ?Este control militar sobre el sistema judicial es lo que explica su desconfianza? R. No es el ¨²nico. Porque la mayor parte de los integrantes de la Corte Suprema los ha designado Pinochet. Y los nuevos nombramientos, tanto los realizados por el ex presidente Aylwin como por Frei, llevan la marca de la fidelidad a ciertas reglas de juego que no deben modificarse. Recuerdo que ya en 1988 realic¨¦ un informe sobre el sistema judicial bajo la dictadura de Pinochet con ocasi¨®n de participar en el Encuentro Internacional de Magistrados.

P. ?C¨®mo ha visto usted el Chile actual?

R. Hay un cambio importante cuando hablas con la gente, pero tengo que decirle que he visto todav¨ªa bastante miedo. Cierta gente se expresa de una manera en privado y de otra cuando se trata de una reuni¨®n algo m¨¢s amplia.

P. El Gobierno ha solicitado al Consejo de Defensa del Estado que el Estado se persone en los procedimientos contra Pinochet. ?No ve usted posibilidades de un mayor impulso si eso ocurre?

R. El Consejo no ha dado todav¨ªa su respuesta. Pero, seg¨²n hemos podido observar, el problema no es tanto esa personaci¨®n. Lo m¨¢s importante es asegurar que esas querellas nunca ser¨¢n asumidas, en cierto momento de la investigaci¨®n, antes de llegar a un hipot¨¦tico juicio, por la jurisdicci¨®n militar. Antes hemos se?alado la presencia militar en la jurisdicci¨®n civil, pero la experiencia indica que cuando se trata de juzgar a un militar, la justicia militar asume los asuntos. Es lo que puede pasar con las investigaciones del juez Guzm¨¢n.

P. ?C¨®mo se podr¨ªa asegurar eso?

R. Con el nombramiento de un juez o "ministro de fuero" de la Corte Suprema. Esto supondr¨ªa que ya nunca la justicia militar podr¨ªa asumir los casos contra Pinochet. Pero esta posibilidad ya se ha perdido. En noviembre de 1998, el Gobierno, en pleno fragor de la detenci¨®n de Pinochet y de juicio en Londres sobre la inmunidad, pidi¨® a la Corte Suprema esa designaci¨®n, que fue rechazada. Ello hubiera supuesto la sustituci¨®n de una persona valiosa como el juez Guzm¨¢n, pero se hubiera garantizado la jurisdicci¨®n penal civil.

P. ?C¨®mo ve usted la investigaci¨®n que lleva adelante el juez Guzm¨¢n?

R. La verdad es que nos ha recibido durante varias horas. Es un hombre entusiasta y bondadoso, pero tambi¨¦n sabemos que tiene limitaciones muy serias. Si se le plantea la necesidad de investigar en un cuartel militar no puede hacerlo directamente. Ahora bien, Guzm¨¢n tiene muy claro que el de los detenidos-desaparecidos es un delito permanente, que permanece en el tiempo a¨²n cuando la acci¨®n inicial pudiera llevarse a cabo con mucha anterioridad al momento de la investigaci¨®n o del juicio.

P. Por tanto, es usted pesimista.

R. Realista. Han pasado muchos a?os en el proceso de transici¨®n chileno. Y sobre 3.197 casos reconocidos oficialmente s¨®lo ha habido 19 condenas desde 1990. Todas a militares de rango inferior.