Dos testigos declaran que el 'camionero de los GAL' les confes¨® un doble crimen
El juicio en la Audiencia Nacional contra Miguel Brescia, conocido como el camionero de los GAL, depar¨® ayer nuevas sorpresas. Dos testigos, Manuel L¨®pez Gonz¨¢lez y Yannick Coudret, afirmaron que Brescia les confes¨® su participaci¨®n en el atentado de Bidarray (Francia), ocurrido el 17 de febrero de 1986 y que cost¨® la vida a la joven de 16 a?os Catherine Brion y al pastor de 60 Christophe Machicotte. L¨®pez Gonz¨¢lez, que dijo ser amigo del camionero, acompa?¨® a ¨¦ste durante la entrevista que el presunto gal mantuvo con un periodista de Intervi¨².L¨®pez asegur¨® que Brescia conoc¨ªa perfectamente la zona francesa donde se cometi¨® el atentado y que s¨®lo si se hab¨ªa estado all¨ª se podr¨ªa describir lo que ¨¦l cont¨®, por d¨®nde cay¨® el coche y desde d¨®nde se dio la orden de disparar. Tambi¨¦n a?adi¨® que Brescia sab¨ªa que el periodista le estaba grabando. Brescia hab¨ªa negado ambos extremos el lunes. L¨®pez Gonz¨¢lez asegur¨® que el camionero de los GAL le entreg¨® un arma, que estaba sucia, en una caja que tiraron a un r¨ªo en Cenicero (La Rioja).
M¨¢s sorprendente todav¨ªa result¨® la declaraci¨®n de Yannick Coudret, un delincuente conocido de Brescia que hasta ayer se encontraba en paradero desconocido. Coudret dijo que en el casino Kursaal de San Sebasti¨¢n un empresario de Pamplona que quer¨ªa vengar a su hermano asesinado por ETA le propuso junto a Brescia efectuar el atentado de Bidarray.
Coudret agreg¨® que ¨¦l no acept¨® pero el camionero s¨ª y alquil¨® un coche que us¨® en el atentado. Este testigo, que denunci¨® los hechos a la polic¨ªa francesa en 1989, precis¨® que poco despu¨¦s se encontr¨® con Brescia en el bar Cosmos de Barcelona y que ¨¦ste le confes¨® a ¨¦l y a otras personas que hab¨ªa matado por error al pastor y a la joven. Coudret declar¨® tambi¨¦n que su amigo Joseph Couchot, a quien se refiri¨® como el organizador de los GAL en Francia, le dijo que no denunciase los hechos en Espa?a porque todos los atentados de los GAL eran ordenados por altos cargos de la polic¨ªa espa?ola.
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