Acuerdo sin ambici¨®n
EL ACUERDO sobre la financiaci¨®n de la UE para los pr¨®ximos siete a?os, alcanzado en Berl¨ªn de madrugada, salva los principios comunitarios, pero carece de coherencia y de ambici¨®n para avanzar en la construcci¨®n europea. Aznar lo describi¨® como "razonable". Trat¨¢ndose de un acuerdo de rebajas generalizadas, Espa?a limita da?os: consigue menos de lo que quer¨ªa, pero m¨¢s de lo que se le ofreci¨® en los peores momentos de la negociaci¨®n. En fondos estructurales y de cohesi¨®n, Espa?a recibir¨¢ de promedio en los pr¨®ximos a?os menos que en 1999. Como se?al¨® el anfitri¨®n y presidente del Consejo Europeo, a nadie le ha tocado la loter¨ªa. El canciller Gerhard Schr?der, que no se pod¨ªa permitir un fracaso de la cumbre, desbloque¨® la negociaci¨®n con algunas renuncias propias. Alemania frena el aumento de su aportaci¨®n a la UE, pero no consigue reducirla. El ¨²nico ganador ha sido Tony Blair, que mantiene "intacto" el cheque brit¨¢nico, tras argumentar que sin ¨¦l no podr¨ªa convencer a su electorado de entrar en el euro. Pero los pa¨ªses m¨¢s ricos ser¨¢n los que menos contribuyan a ese cheque. Visto desde Espa?a, eso es tener un amigo. Se ha evitado generalizar este nada comunitario sistema de devoluci¨®n parcial a los pa¨ªses que m¨¢s contribuyen a las arcas comunitarias, pero a cambio de llenar el acuerdo de Berl¨ªn de cl¨¢usulas especiales para contentar a unos y otros. En definitiva, una proliferaci¨®n encubierta de cheques que merma su coherencia.Aznar ha parecido negociar sobre todo contra la sombra de Gonz¨¢lez y el paquete que el presidente socialista consigui¨® en Edimburgo para el periodo 1993-99. Declar¨® haber logrado un 15% m¨¢s para Espa?a en los pr¨®ximos siete a?os. En t¨¦rminos de septenio es cierto; pero si se compara con las cifras del ¨²ltimo a?o, las cuentas son negativas, como no pod¨ªa ser menos. En fondos estructurales, Espa?a ingresar¨¢ unos 180.000 millones anuales menos que en 1999, pero Aznar consigui¨®, tras paralizar la cumbre de madrugada como empieza a ser ya habitual, un aumento pol¨ªticamente apreciable del Fondo de Cohesi¨®n.
En el terreno agr¨ªcola y ante la resistencia francesa, se ha diluido la reforma de la Pol¨ªtica Com¨²n que pactaron los titulares del ramo el pasado 11 de marzo. Las reducciones en los precios garantizados de algunos productos se aplazan varios a?os y se congela el gasto. Espa?a ha preservado el aumento anteriormente pactado de la cuota de producci¨®n l¨¢ctea, deshaciendo as¨ª una injusticia hist¨®rica de alto coste en multas.
Quiz¨¢ el paso m¨¢s decisivo dado a la larga en Berl¨ªn sea la decisi¨®n de modificar el sistema de aportaciones a las arcas comunitarias, en detrimento del IVA, que grava a los pa¨ªses m¨¢s consumidores, para dar m¨¢s peso al producto nacional bruto de cada pa¨ªs, lo que resulta algo m¨¢s equitativo. Pero ¨¦sta es una modificaci¨®n que habr¨¢ que negociar en detalle y que requiere una ratificaci¨®n por los Parlamentos nacionales antes del 2002. Al que m¨¢s perjudica es a Italia, pero lo ha aceptado de buena gana a cambio de colocar a Romano Prodi al frente de una Comisi¨®n Europea que ahora los Estados requieren "fuerte".
Se despeja as¨ª la llamada Agenda 2000. Pero no es nada seguro que sobre la base de este acuerdo se logre llevar a cabo la misi¨®n hist¨®rica de la ampliaci¨®n de la UE a los pa¨ªses del Este. En todo caso, si se produce la ampliaci¨®n, habr¨¢ que ajustar una parte de estas cuentas "por mayor¨ªa cualificada", con lo que se pierde la palanca del veto, tan presente en Berl¨ªn. Adem¨¢s, ?podr¨¢ hacerse la ampliaci¨®n dentro del techo m¨¢ximo de gastos de la UE del 1,27% del PNB conjunto, algo contra lo que hab¨ªa luchado Espa?a pero que ha tenido que aceptar en Berl¨ªn? A pesar del reciente lanzamiento del euro, la UE que se ha recompuesto en Berl¨ªn no parece demasiado ambiciosa ni hacia el interior ni hacia el exterior, cuyas partidas congela.
Una lecci¨®n final parece haber sacado la UE de estos meses: no es posible, menos en una Uni¨®n ampliada, que cada siete a?os los Estados miembros se enzarcen en debates sobre los dineros que envenenan la vida comunitaria durante muchos meses. La UE necesita una base financiera m¨¢s independiente. Quiz¨¢ por ello en Berl¨ªn se ha encargado a la Comisi¨®n que haga propuestas al respecto, incluyendo la posibilidad de crear recursos aut¨®nomos para nutrir las arcas comunitarias. ?Un impuesto europeo?
Despu¨¦s de Berl¨ªn es urgente que la UE vuelva a ponerse en marcha. El espect¨¢culo de la pelea sobre los dineros ha resultado doblemente pat¨¦tico mientras se libraba una guerra en Serbia en la que participan una docena de Estados europeos, pero en la que Europa, como tal, nada tiene que decir.
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