Un disparate lleno de talento
Sical¨ªptico: "Sexualmente malicioso", dice el diccionario de Mar¨ªa Moliner. A La corte de Fara¨®n se la defin¨ªa en su ¨¦poca como sical¨ªptica. Era una ¨¦poca en que la revista, el espect¨¢culo de variedades, compet¨ªan con el cine. No hab¨ªa a¨²n televisi¨®n, ni porno duro al alcance de un bot¨®n. La picard¨ªa, la sugerencia escabrosa, ven¨ªan de la palabra dicha con intencionalidad, con malicia.Eran otros tiempos, en los que la represi¨®n estimulaba el humor y el erotismo era menos directo, m¨¢s imaginativo. El franquismo prohibi¨® La corte de Fara¨®n. Bromas las m¨ªnimas, sobre todo en lo referente al sexo.
Alfredo Arias ha dise?ado un espect¨¢culo disparatado, con escenograf¨ªas vaginales, un ballet burl¨®n de cisnes y mosquitos que mantiene la continuidad del ritmo teatral, y un coro que est¨¢ m¨¢s divertido que nunca. El oficio teatral se nota porque todo est¨¢ muy medido, y el resultado art¨ªstico global ir¨ªa mucho m¨¢s arriba si el elenco vocal cantase con un poco m¨¢s de intenci¨®n y actuase con algo de picard¨ªa. Mantiene el tipo Linda Mirabal, pero no es suficiente. Todo cambia cuando aparece la vedette Esperanza Roy. Verla pisar el escenario, caminar, decir cada s¨ªlaba reteniendo el tiempo, insinuando el juego er¨®tico, es algo impagable que produce una sensaci¨®n de nostalgia. Enamora con tres frases dichas con maestr¨ªa, improvisa, establece un di¨¢logo de complicidades con el director de orquesta -"maestro Karajan", le llama- y salta la chispa, la magia del teatro.
La corte de Fara¨®n
Opereta b¨ªblica de Vicente Lle¨®. Director musical: Pedro Alcalde. Director art¨ªstico: Alfredo Arias. Con Esperanza Roy, Mar Abascal, Linda Mirabal, Mario Rodrigo. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del teatro de la Zarzuela. Coproducci¨®n con el teatro San Carlo de N¨¢poles. Teatro de La Zarzuela, 28 de marzo.
Pedro Alcalde realiza un trabajo de orfebrer¨ªa con la Orquesta de la Comunidad de Madrid. Saca el m¨¢ximo de sus posibilidades con un planteamiento riguroso, refinado, estructurado. Gran director y sobre todo gran m¨²sico.
Algunas p¨¦rdidas de tensi¨®n esc¨¦nica y algunas escenas fallidas (la del garrot¨ªn, por ejemplo) no obstaculizan la valoraci¨®n de un trabajo teatral bien trazado. Arias se mueve a sus anchas en un territorio cercano al kitsch y lo barriobajero porque asume los conceptos desde una perspectiva actual e intelectualizada por donde entran y sales los ecos de la memoria y de la vida. El humor es, a veces, disparatado, pero el talento flota por todos los costados.
Babelia
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