Patria nacionalista
EN UNA entrevista televisiva emitida ayer, Arzalluz declar¨® que mientras haya violencia no podr¨¢ celebrarse de manera unitaria el Aberri Eguna o D¨ªa de la Patria vasca: porque "no la podemos amar de la misma manera los que andan con la pistola en las manos que los que vamos de forma libre".Pese al frente nacionalista de Lizarra, no habr¨¢, pues, celebraci¨®n unitaria del Aberri Eguna como la hubo hasta al menos 1966. Como suced¨¢neo de esa a?orada unidad habr¨¢ actos conjuntos en cada Ayuntamiento, formalmente convocados por la Asamblea de Municipios constituida por las fuerzas nacionalistas en febrero pasado. Pero los actos pol¨ªticos centrales del d¨ªa se celebrar¨¢n por separado y en diferentes localidades. Ayer se conoci¨® el documento pol¨ªtico aprobado para la ocasi¨®n por la direcci¨®n del Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Trat¨¢ndose de una celebraci¨®n patri¨®tica, pero a la vez partidista, el documento no regatea elogios a la clarividencia propia ni denuestos a la mala fe de los que no comparten la suya. El tono exaltado rima con un sectarismo que sigue llamando la atenci¨®n, pese a la costumbre. Toda la virtud, de un lado; toda la maldad, del otro. Hay una referencia al drama de Kosovo que tal vez podr¨ªa interpretarse al rev¨¦s de como lo hace el PNV. Ese drama es, ante todo, la consecuencia de la obsesi¨®n identitaria del nacionalismo panserbio; de su af¨¢n por convertir el mito en programa pol¨ªtico y por dividir a los ciudadanos en funci¨®n de criterios de adscripci¨®n ¨¦tnica o nacional. En la Espa?a actual, y m¨¢s en concreto en el Pa¨ªs Vasco, no son precisamente los partidos y ciudadanos no nacionalistas los que se mueven en ese terreno. Ni los que acosan, amenazan o incendian la casa de los disidentes. El texto contiene una interpretaci¨®n del proceso que llev¨® a la tregua de ETA que atribuye el m¨¦rito principal al acercamiento del PNV a HB. Es una interpretaci¨®n defendible, aunque hay fuertes indicios de que la tregua estaba ya decidida por ETA cuando los nacionalistas le prepararon la pista de aterrizaje de Lizarra. Y resulta discutible la defensa que se hace del planteamiento de Lizarra, en el que se da por supuesto que debe abrirse un proceso constituyente porque as¨ª lo exigen quienes han impugnado -a tiros- el actual marco institucional.
El PNV acusa al PP y al PSOE de estar abriendo "una sima entre lo vasco y lo espa?ol". Que esa sima se agranda a ojos vistas es una evidencia, pero tal vez la responsabilidad est¨¦ m¨¢s repartida. El hecho mismo de que el PNV nunca se considere responsable de nada, que pretenda ser a la vez partido de gobierno -y del presupuesto- y de la oposici¨®n m¨¢s radical, convocando paros y manifestaciones contra la aplicaci¨®n de la ley a quienes la vulneran, est¨¢ contribuyendo en grado sumo a que la sima se ampl¨ªe. Declaraciones como "el que venga con nosotros debe tener claro que s¨®lo somos vascos" contribuyen poco a establecer lazos de convivencia entre los nacionalistas y la otra mitad de la poblaci¨®n. Un estudio del CIS que se publica hoy mismo indica que seis de cada diez vascos siguen considerando compatible, en diferente grado, su identidad vasca y espa?ola.
Lo m¨¢s llamativo del texto del PNV es la referencia al deterioro del Estado de derecho en Espa?a. Llamativo no porque no haya motivos de preocupaci¨®n, sino por el tono tan desgarrado con que se habla de la "degeneraci¨®n" resultante del "aherrojamiento de la justicia por las instancias pol¨ªticas". Tan desgarrado como un reciente art¨ªculo de Xabier Arzalluz titulado R¨¦quiem por Montesquieu.
El documento del PNV considera "un sarcasmo" la atenci¨®n prestada a la kale borroka cuando se est¨¢ celebrando el juicio del caso Brouard. Pero no hay ninguna menci¨®n a las 330 personas asesinadas por ETA en los quince a?os transcurridos entre aquel crimen y el que acab¨® en junio pasado con la vida del concejal Zamarre?o. Desde entonces no ha habido m¨¢s atentados mortales de ETA, pero los dos encapuchados que comparecieron el martes en la televisi¨®n vasca -con caretas blancas: como los chetniks serbios de la Segunda Guerra Mundial- condicionaron su retirada definitiva de la escena a la aceptaci¨®n por los dem¨¢s partidos y ciudadanos de su programa de apertura de un proceso constituyente de acuerdo con su planteamiento de autodeterminaci¨®n y territorialidad, y que las amenazas, coacciones y agresiones s¨®lo afecten ya a los no nacionalistas no significa que hayan desaparecido.
Tiene raz¨®n Xabier Arzalluz. Mientras haya violencia no podr¨¢ haber celebraci¨®n conjunta de la patria vasca.
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